Los médicos José Luís Natalí y José Ángel Alda, en su libro “Adolescentes y nuevas tecnologías: Innovación o adicción?”, citan el caso de una joven de 15 años que cuando llega a casa, incluso antes de saludar, se conecta con Messenger para comunicarse con sus amigas a las que termina de dejar apenas hace unos minutos. Mientras hace los deberes sigue pendiente de contestar mensajes. No todos los adolescentes están enganchados a la Web, pero la adicción a Internet se convierte en epidemia.
Un informe publicado por Arlette Grasskosti y Paul Jeanneteau sobre ciberdependencia presentan diversas proposiciones para que los que juegan en la Web “lo hagan con el conocimiento de los riesgos que comporta su práctica excesiva y limitar las consecuencias”. Unos síntoma psicológicos que van apareciendo durante el proceso de gestación de la adicción a Internet son: Una actitud de euforia y un sentimiento de bienestar, la incapacidad de detenerse, la necesidad de amentar el tiempo que se le dedica, falta de tiempo para la familia y amigos, sentimiento de vacío, estados depresivos e irritabilidad cuando no se dispone de ordenador, propensión a mentir sobre sus actividades, aparición de problemas escolares y bajos rendimientos académicos. No todos los que utilizan Internet terminan siendo adictos. Son muchas las personas que saben establecer límites. Sin embargo, preocupa a las autoridades sanitarias el aumento de personas de todas las edades que son ciberdependientes.
Un comunicado de prensa informaba de un adolescente chino que apuñaló a sus padres porque se negaron a darle dinero para poder ir a un cibercafé. El joven confesó a la policía que hacía unas semanas que planeaba la muerte de sus padres porque “limitaban seriamente su crecimiento personal”. La reducción del universo personal provocado por la ciberdependencia porque corta la realidad, no es un hecho aislado que se cita como curiosidad psicológica. Los adolescentes que relacionan la idea de “desarrollo personal” con la cibernética , no son unos bichos raros . Desgraciadamente son profusión. Quienes impiden que el adolescente se entregue a su placer enfermizo son sus enemigos. Los enemigos que aparecen en el juego virtual deben eliminarse. El universo fantástico que inspiran los acontecimientos del juego, que invade de manera casi permanente la mente del ciberdependiente, contribuye a plantearse la eliminación que va del enemigo virtual al real, como en el caso del joven chino. La realidad psíquica reemplaza, en su confusión, la real. El cerebro del ciberdependiente está habituado a ignorar la frontera entre la realidad virtual y la real.
Para intentar frenar la ciberdependencia de los adolescentes el gobierno chino ha anunciado que frenará la expansión de los cibercafès no otorgando nuevas licencias.
Estudios efectuados por la Dra. Michele L. Ybarra y colaboradores: “Soluciones de Internet para chicos de Santa Ana, California” ponen de manifiesto que “el incremento de la violencia en los medios está relacionada con el comportamiento agresivo de los jóvenes……Reducir la exposición de los jóvenes a la violencia de los medios se tendría que ver como un factor muy importante en la prevención de la violencia “. El equipo Ybarra menciona un informe redactado por la Academia Americana de Pediatría que considera la violencia en los medios como “el único factor fácilmente remediable que contribuye a la violencia juvenil”. Según Ybarra y su equipo, el estudio de la Academia no da respuesta a la pregunta de si el medio violento vuelve violentos a los jóvenes, o si la juventud propensa a la violencia busca la violencia en Internet, o “lo que es más probable si actúa un poco de todo ello”.
La expresión violenta no es un factor adquirido. La información externa puede ayudare a aprender formas de violencia más sádicas. Si no fuese por la propensión innata no se daría ninguna manifestación violenta. Si hacemos un viaje a través del tiempo y nos remontamos hasta el inicio de la Historia nos encontramos con que Caín mata a su hermano Abel. Hasta aquel momento no se había vertido sangre humana. ¿Dónde aprendió Caín a matar? Según Jesús la violencia no es algo objetivo, sino interno: “Porque de dentro del corazón de los hombres, salen… homicidios…”(Marcos 7:21). Por su parte, el apóstol Pablo escribe sobre las obras de la carne que son las que hace una persona no convertida a Cristo. Entre ellas aparecen: “Enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones…homicidios…” (Gálatas 5:20,21). Volvemos a encontrar que esta fechorías se incuban en el corazón del hombre.
La plena salvación del creyente en Cristo todavía no se ha efectuado, es algo que está reservado para cuando Cristo regrese en su gloria. Mientras no se produzca este acontecimiento, el Espíritu Santo trabaja en el corazón del creyente, creando en él: ”Amor…paz, paciencia, benignidad, bondad…”(Gálatas 5:22). La obra del Espíritu Santo amortigua los impulsos violentos que nacen en el corazón del creyente y, con el salmista levanta a Dios un sentido clamor. “Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación” (Salmo 51:14).
Según la Biblia sabemos en donde se encuentra el origen de la violencia juvenil en concreto. Sabemos que el antídoto es Cristo que murió por el pecado del hombre. La pregunta es: ¿Nos lo aplicaremos?
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