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Sobre los sentimientos humanos

Los pensamientos de la señorita Eugenia (I)

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Hay que disimular la ira... y me cuesta la noche entera... no comprendo lo que hacer y lamento dolor eterno, angustia que no cesa, pena sin descanso, traición y acción, contradicción... temblor de piernas, calenturas de inocente... ¿qué hice yo?, ¿qué?, ¿qué camino tomaré?, ¿qué será de mí, ahora?, ¿a dónde iré, después?, ¿a dónde iré a parar?... este domingo tengo la misa del peregrino.

Viendo a Lola... niña bonita, de peluche, preciosita, amante de los hombres, cariñosita con pecas, no me quiso besar. Viéndola ojo a ojo, sintiéndola, cara a cara, jugando con muñecas, divirtiéndose sin cesar, gritando con la boca llena, dándome sus muñecos, bailando a buen ritmo, pisando pedales de bici, sin llorar ni un pelo, con sus ojos luminosos de oro, abiertos cual la luz solar, grandes cual es mi presente, haciéndose querer mucho.

…Sé que todo destruirán... y no llorarán, se reirán de la africanita, de país de poco valor... y de ahí salió ella que supo mantenerse en su virtud, defendiendo las leyes del divino, del todopoderoso amigo del cielo y de la luz divina del sol.

…Mini, mi gata de ojos azules… cual terciopelo tu textura, de acero inoxidable, del bueno… cual recuerdo en la distancia, Minini beige de pelo, Minia dorada del sol Minia de dioses lejanos, encantada, Minia, muñequita de flores frescas armada, embrujada de la noche, acaramelada y triste en su soledad, sin nada en su seno, en la sombra del trueno, del llanto y el lamento del mismo ser que no fue...

Pocha de oro negro... de cruel mirada cuando el hambre de triste sombra la invade, como Nanny es fiel llamando a su dueña. De cuello estrecho pero real y blanca y negra, y de ojos verdes cual dos luceros, y rabo de ratón, Pocha Josefina, gata concha de tortuga, gato con botas bien puestas, máscara del zorro, Pocha maravillosa gata de dulce corazón de miel, de garganta enferma de herida cruel que no se dejó castrar, ya que quería ser madre, Pocha de la luz. Me haces feliz.

Nanny, Nenita... gatita loca, de tres colores, presumida como ninguna. Nena, nenita, nena, misericordiosa y sonriente, que le gustan las chucherías, que le gusta la chicha, en la noche se acuesta en las alfombras, Nanny, Nena, suave pelo de seda fresca y dulce tez... gran colorido de armonía, y una niñez... en el rostro sombrío de quien ha sufrido debajo de un camión en las calles del olvido.

Vivir en paz... con Dios, con los demás... con lo que soy, yo soy yo... y quiero tanto, con lo que me ofrezca. Vivir en paz, en soledad, en armonía el alma que no llora, en sabiduría, ciencia eterna, en gracia de los que gracias hacen y no en la distancia. Vivir en paz, paz es paz... paz interior, de espíritu, paz verdadera, de dentro, paz eterna, en plenitud, en noches difíciles no se cree, decir... sólo me queda: vivir en paz.

Para lo que me queda... mejor arrojar una sonrisa al cielo, al aire, a la inconstancia y decirle: aquí estoy yo: Eugenia... Quiero sobrevivir, salir de abajo, aún más, ayúdame. Para lo que me resta ¿qué será?, mejor ver los campos de flores y frondosos los bosques, todo lleno de pétalos de rosas, mejor no llorar la pena por lo que fue, ni será. Ya no será gracias a Dios y mejor así. Mucho mejor.

Para lo que me resta, me miro en el espejo cara a cara, ganas de llorar tengo y lloro, que triste es todo en el río... me quedé muda. Sola... Sólo nada tengo, vacíos los ahorros, más que la noche oscurita, aquella en la que me cuesta dormir. Para lo que me queda, bendiciones pido al cielo y que me deje sobrevivir, poder dormir bien y verme un futurito aunque sea pequeño, y encontrar fuera lo que no encontré dentro del mundo… Aunque reconozco que he sabido ser feliz en medio de la locura.

Amar es olvidar... lo que no se pudo tener y mala soy... porque no me han querido. Amar es olvidar y dar la espalda, los estragos del corazón, amar es olvidar la locura del insomnio y decir: Ramón ha elegido su vida, ha sido muy feliz. Bien... amar es comprender las conductas del otro y aceptarlas. Decir, pues sí, amar es saber bien que ha hecho lo mejor y yo: nunca fui suya... amar es continuar luchando en la sombra y el oriente de tu vida.

Amar es poder dormir bien de noche porque él, aquel chico tan guapo que conociste cuando tenías 25 años, ha hecho lo que ha querido. Amar es sufrir en silencio, en su silencio, comprender que fue feliz y conmigo, en mi misma silla, jamás lo sería. Amar es dar pasos grandes de luz y sombra oscura de campo y mar abiertos, de paloma y de caballo, y el bienestar que vendrá en la muerte.

Con el tiempo, saber que tuvo, que viajó y sonrió, se multiplicó por muchos, lo admiraron, se realizó en todos los campos, y que lo que yo deseo es olvidarlo, sé que lo haré, por eso, por él que eligió su camino. Él eligió, yo estuve ahí a destiempo.

Quiero otros pasos, otros logros, otros horizontes que no están en el pasado, y eso eres tú. Tienes que comprenderlo, tienes que asimilarlo, tienes que digerirlo, tienes que aplaudirlo y aceptarlo. Sé feliz, fuiste feliz, has triunfado, cabeza alta pero no conmigo, yo sufriendo fui malogrando mi vida. Pero lo hice, la malogré, y ahora no sé que queda. No lo sé.

Continuará…

Los pensamientos de la señorita Eugenia (I)

Sobre los sentimientos humanos
Aurora Peregrina Varela Rodriguez
viernes, 13 de enero de 2017, 00:00 h (CET)
Hay que disimular la ira... y me cuesta la noche entera... no comprendo lo que hacer y lamento dolor eterno, angustia que no cesa, pena sin descanso, traición y acción, contradicción... temblor de piernas, calenturas de inocente... ¿qué hice yo?, ¿qué?, ¿qué camino tomaré?, ¿qué será de mí, ahora?, ¿a dónde iré, después?, ¿a dónde iré a parar?... este domingo tengo la misa del peregrino.

Viendo a Lola... niña bonita, de peluche, preciosita, amante de los hombres, cariñosita con pecas, no me quiso besar. Viéndola ojo a ojo, sintiéndola, cara a cara, jugando con muñecas, divirtiéndose sin cesar, gritando con la boca llena, dándome sus muñecos, bailando a buen ritmo, pisando pedales de bici, sin llorar ni un pelo, con sus ojos luminosos de oro, abiertos cual la luz solar, grandes cual es mi presente, haciéndose querer mucho.

…Sé que todo destruirán... y no llorarán, se reirán de la africanita, de país de poco valor... y de ahí salió ella que supo mantenerse en su virtud, defendiendo las leyes del divino, del todopoderoso amigo del cielo y de la luz divina del sol.

…Mini, mi gata de ojos azules… cual terciopelo tu textura, de acero inoxidable, del bueno… cual recuerdo en la distancia, Minini beige de pelo, Minia dorada del sol Minia de dioses lejanos, encantada, Minia, muñequita de flores frescas armada, embrujada de la noche, acaramelada y triste en su soledad, sin nada en su seno, en la sombra del trueno, del llanto y el lamento del mismo ser que no fue...

Pocha de oro negro... de cruel mirada cuando el hambre de triste sombra la invade, como Nanny es fiel llamando a su dueña. De cuello estrecho pero real y blanca y negra, y de ojos verdes cual dos luceros, y rabo de ratón, Pocha Josefina, gata concha de tortuga, gato con botas bien puestas, máscara del zorro, Pocha maravillosa gata de dulce corazón de miel, de garganta enferma de herida cruel que no se dejó castrar, ya que quería ser madre, Pocha de la luz. Me haces feliz.

Nanny, Nenita... gatita loca, de tres colores, presumida como ninguna. Nena, nenita, nena, misericordiosa y sonriente, que le gustan las chucherías, que le gusta la chicha, en la noche se acuesta en las alfombras, Nanny, Nena, suave pelo de seda fresca y dulce tez... gran colorido de armonía, y una niñez... en el rostro sombrío de quien ha sufrido debajo de un camión en las calles del olvido.

Vivir en paz... con Dios, con los demás... con lo que soy, yo soy yo... y quiero tanto, con lo que me ofrezca. Vivir en paz, en soledad, en armonía el alma que no llora, en sabiduría, ciencia eterna, en gracia de los que gracias hacen y no en la distancia. Vivir en paz, paz es paz... paz interior, de espíritu, paz verdadera, de dentro, paz eterna, en plenitud, en noches difíciles no se cree, decir... sólo me queda: vivir en paz.

Para lo que me queda... mejor arrojar una sonrisa al cielo, al aire, a la inconstancia y decirle: aquí estoy yo: Eugenia... Quiero sobrevivir, salir de abajo, aún más, ayúdame. Para lo que me resta ¿qué será?, mejor ver los campos de flores y frondosos los bosques, todo lleno de pétalos de rosas, mejor no llorar la pena por lo que fue, ni será. Ya no será gracias a Dios y mejor así. Mucho mejor.

Para lo que me resta, me miro en el espejo cara a cara, ganas de llorar tengo y lloro, que triste es todo en el río... me quedé muda. Sola... Sólo nada tengo, vacíos los ahorros, más que la noche oscurita, aquella en la que me cuesta dormir. Para lo que me queda, bendiciones pido al cielo y que me deje sobrevivir, poder dormir bien y verme un futurito aunque sea pequeño, y encontrar fuera lo que no encontré dentro del mundo… Aunque reconozco que he sabido ser feliz en medio de la locura.

Amar es olvidar... lo que no se pudo tener y mala soy... porque no me han querido. Amar es olvidar y dar la espalda, los estragos del corazón, amar es olvidar la locura del insomnio y decir: Ramón ha elegido su vida, ha sido muy feliz. Bien... amar es comprender las conductas del otro y aceptarlas. Decir, pues sí, amar es saber bien que ha hecho lo mejor y yo: nunca fui suya... amar es continuar luchando en la sombra y el oriente de tu vida.

Amar es poder dormir bien de noche porque él, aquel chico tan guapo que conociste cuando tenías 25 años, ha hecho lo que ha querido. Amar es sufrir en silencio, en su silencio, comprender que fue feliz y conmigo, en mi misma silla, jamás lo sería. Amar es dar pasos grandes de luz y sombra oscura de campo y mar abiertos, de paloma y de caballo, y el bienestar que vendrá en la muerte.

Con el tiempo, saber que tuvo, que viajó y sonrió, se multiplicó por muchos, lo admiraron, se realizó en todos los campos, y que lo que yo deseo es olvidarlo, sé que lo haré, por eso, por él que eligió su camino. Él eligió, yo estuve ahí a destiempo.

Quiero otros pasos, otros logros, otros horizontes que no están en el pasado, y eso eres tú. Tienes que comprenderlo, tienes que asimilarlo, tienes que digerirlo, tienes que aplaudirlo y aceptarlo. Sé feliz, fuiste feliz, has triunfado, cabeza alta pero no conmigo, yo sufriendo fui malogrando mi vida. Pero lo hice, la malogré, y ahora no sé que queda. No lo sé.

Continuará…

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