Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Análisis internacional

Fred Halliday (1946-2010)

Isaac Bigio
Isaac Bigio
jueves, 29 de abril de 2010, 05:55 h (CET)
El 25 de Abril Portugal celebraba 36 años de la revolución de los claveles que depuso a la más longeva dictadura europea. Al día siguiente, en la otra costa de la misma península ibérica fallecía el profesor Fred Halliday. A uno de los grandes estudiosos de las revoluciones a nivel mundial ahora hay que ponerle claveles en su entierro.

Sin embargo, el legado de Halliday nunca podrá morir. Hay quienes disienten de él en la derecha por sus constantes cuestionamientos a la política imperial anglo-sajona o porque dio su aval a la intervención soviética en Afganistán y dentro de la izquierda porque él apoyó la intervención occidental en Bosnia, Kosovo e Iraq. Sin embargo, nadie que hoy realmente quiera entender lo que pasa en el Medio Oriente y en el mundo puede dejar de consultar su obra.

Mientras la gran mayoría de los británicos solo puede hablar bien su natal inglés, este hombre que nació en Irlanda en 1946 pero que pasó el grueso de su vida profesional como profesor de Relaciones Internacionales en la London School of Economics (LSE), tenía la increíble habilidad de poder hablar árabe, persa, alemán, francés, italiano, ruso, español, portugués y catalán, además de entender muchos otros idiomas más. Escribió libros centrados en doctrinas de relaciones internacionales, las revoluciones de Yemen, Etiopía e Irán, Asia occidental, terrorismo, Islam, etc. Él me pidió que le diera una muy modesta colaboración en su libro sobre el fenómeno de las revoluciones en el mundo que él veía como otra potencia global.

Al igual que Fred yo también soy un hombre que me he forjado en la LSE. Desde 1994 fuimos trabando una amistad. El solía tomarme el pelo delante de todos sus alumnos cuando me veía sentado en el fondo de sus clases tomando nota de lo que él decía. Le llamaba la atención de que volviese a escuchar el mismo curso que él había dictado el año pasado, aunque yo no fuese su alumno o enseñase en otro departamento de la misma universidad.

Para mí, así como para otros colegas de la LSE él fue el mejor y más ameno conferencista de esta universidad, que se precia de ser la principal especializada en ciencias sociales del mundo.

En el 2008 él se fue e enseñar a Barcelona donde se dedicó a preparar su último libro, el cual aún está en prensa, acerca del exilio en Londres del coronel Caamaño, quien lideró la resistencia dominicana a la intervención de EEUU a su país en 1965. Sus investigaciones iniciales las enviaba para que sean publicadas en Minka News, el Diario hispano de Londres, del cual soy parte.

Todos los libros de Fred eran sobre fenómenos sociales que él veía desde fuera. Pero su obra póstuma fue sobre una de sus primeras experiencias juveniles (sus simpatías por el revolucionario latinoamericano). Durante toda su vida adulta estuvo conectado a Ibero América.

Fred deja un hijo (Alex) quien tuvo con Maxine Molyneux, otra gigante de las ciencias sociales. Ella es la directora de lo que fuera el Instituto de Estudios Latinoamericanos, quien tiene el orgullo de tener una calificación académica oficial más alta que Oxford, Cambridge o cualquier otra universidad británica.

Noticias relacionadas

Vivimos en un mundo hiperconectado, donde los jóvenes comparten su día a día en redes sociales, suben fotos, bailes, pensamientos y memes. Desde fuera, podría parecer que lo tienen todo. Sin embargo, detrás de muchas sonrisas digitales se esconden silencios profundos, angustias que no se ven y gritos que nadie escucha. Hoy, el suicidio es la segunda causa de muerte en menores de edad en muchos países del mundo. Una cifra que no debería dejarnos dormir tranquilos.

Tras los cristales blindados de La Moncloa —un palacio cuyas ventanas iluminadas solo fingen transparencia, mientras turbias sombras se deslizan por sus despachos—, hoy los prestamistas exigen la libra de carne que Pedro Sánchez —movido por su ambición— hipotecó en su propio beneficio.

La percepción pública suele dividir a los talibanes en dos campos: la facción dura e ideológica con base en Kandahar bajo el liderazgo de Hibatullah, y la llamada red pragmática y operativa liderada por los Haqqani en Kabul. Esta narrativa ha alimentado expectativas, impulsadas por servicios de inteligencia, de que la aparición del pragmatismo dentro de los talibanes podría conducir a cambios fundamentales en su comportamiento y políticas. Pero, ¿es realmente así?

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto