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Dana Milbank

Una prensa libre al alcance de la mano

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WASHINGTON - Los líderes mundiales de visita en Washington con motivo de la Cumbre de Seguridad Nuclear del Presidente Obama deben haber creído haber sido transportados en su lugar al Moscú de la era soviética.

Entraron a una capital transformada en campamento militar, con policía militar de camuflaje en blindados y suficientes vehículos del ejército para parecer el desfile del 1 de Mayo por la Avenida de Nueva York, donde un ciclista se dejó la vida bajo un vehículo pesado de la Guardia Nacional.

En medio de todo el ajo estaba Obama - titular de un cargo conocido otrora como "líder del mundo libre" - dando a algunos de los peores dictadores del mundo una clase magistral de cómo burlar la libertad de prensa.

El único espacio de la cumbre, aparte de la conferencia de prensa post-sesión, visible a la opinión pública fue el discurso de inauguración de ocho minutos pronunciado por Obama, que finalizaba con las palabras: "Voy a pedirles unos minutos para que la prensa abandone la estancia antes de abrir nuestra primera sesión".

Los periodistas de los medios extranjeros, acreditados por primera vez en la oficina de prensa de la Casa Blanca, se llevaron la impresión de que las tan cacareadas libertades estadounidenses no están todo lo asentadas que la gente presume.

Yasmín Alamiri, de la Agencia Saudí de Prensa, tuvo su dosis de libertad de prensa cuando intentaba cubrir las declaraciones de inauguración de Obama como parte de esa exclusiva clá: "Los periodistas/ cámaras extranjeros fueron escoltados por la seguridad al exterior en cuestión de dos minutos, justo cuando los líderes estaban a punto de comenzar, y Obama iba a hacer comentarios".

Los homólogos de Alamiri en todo el mundo redactaron experiencias parecidas en sus crónicas de sesión. Nadia Bilbassy-Charters, de la cadena en árabe MBC TV, decía lo siguiente de la reunión de Obama con el monarca jordano: "Estuvimos allí durante aproximadamente 30 segundos, ni lo suficiente para darnos cuenta del color de las corbatas de ambos presidentes. Creo que la del rey era azul".

The Press Trust of India, en el encuentro de Obama con el premier paquistaní, informaba: "En menos de un minuto, se pedía que el personal de prensa acreditado abandonara la estancia". La corresponsal Yomiuri Shimbun concluía que era "expulsada de malas maneras en 30 segundos" a su llegada a la reunión de Obama con el primer ministro de Malasia. Un reportero del holding turco TRT-Turk acudía a la reunión de Obama con el presidente de Armenia, pero "tuvimos que abandonar la estancia otra vez en menos de 40 segundos".

Hasta el presidente chino, Hu Jintao, se mostraba más locuaz con la prensa que Obama. Michelle Jamrisko, de Kyodo News de Japón, señalaba en su crónica que Hu, en su reunión con Obama, habló con los medios de comunicación chinos en chino, mientras que Obama se limitó principalmente a "saludar a las cámaras" y dar "gracias a todos".

La agenda oficial de Obama el martes habría hecho las delicias del Comité Central de China. Extractos: "El Presidente recibirá a los Jefes de Delegación en un almuerzo de trabajo. Este almuerzo se cierra a la prensa... El Presidente se reunirá con el Primer Ministro turco Erdogán. Esta reunión se cierra a la prensa... El Presidente asistirá a la II Sesión Plenaria de la Cumbre de Seguridad Nuclear. Esta sesión se cierra a la prensa".

Los reporteros, hasta los que llevan dos décadas acreditados en la Casa Blanca, dijeron que se trataban de las reuniones de este tipo más blindadas que habían visto nunca.

Las restricciones se han convertido en una práctica común para la Casa Blanca Obama. Cuando el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu realizaba una visita hace un par de semanas, la prensa fue vetada. Poco después, Obama firmó una ejecutiva del aborto, otra vez sin ningún tipo de cobertura.

A lo largo del fin de semana, Obama rompió con años de protocolo y se dejó caer por un partido de fútbol sin el séquito "protector" que siempre ronda al presidente en caso de que ocurra lo impensable. Obama bromeó sobre ello más tarde con el primer ministro de Pakistán, diciendo que los periodistas "estaban muy molestos".

En los encuentros "bilaterales" con mandatarios extranjeros, normalmente los presidentes responden a la prensa, o al menos intercambian discursos. Pero en la mayor parte de los encuentros de Obama, sólo ha habido "lecturas". Canadá: "El presidente y el primer ministro toman nota de la fortaleza perdurable de nuestra relación bilateral". La India: "Los dos líderes se comprometen a continuar fortaleciendo la relación sólida entre los pueblos de sus países". Pakistán: "El presidente Obama comenzó señalando que tiene gran aprecio por Pakistán".

Por último, lejos de los demás líderes, Obama atendió a los periodistas durante 20 minutos. Fueron preguntas duras y escépticas que superaban lecturas banales: señalar que los acuerdos de no proliferación no son vinculantes, señalar las declaraciones equívocas de China sobre las sanciones contra Irán, y presionar a Obama con el fracaso a la hora de frenar el armamento de Corea del Norte. Scott Wilson, del Washington Post, preguntó a Obama si iba a pedir a Israel, que no estuvo representado formalmente en la cumbre, que declarara sus armas nucleares.

"Yo no voy a hacer declaraciones sobre su programa", dijo Obama.

No es de extrañar. Pero sigue siendo importante que se formulen las preguntas.

Una prensa libre al alcance de la mano

Dana Milbank
Dana Milbank
sábado, 17 de abril de 2010, 08:39 h (CET)
WASHINGTON - Los líderes mundiales de visita en Washington con motivo de la Cumbre de Seguridad Nuclear del Presidente Obama deben haber creído haber sido transportados en su lugar al Moscú de la era soviética.

Entraron a una capital transformada en campamento militar, con policía militar de camuflaje en blindados y suficientes vehículos del ejército para parecer el desfile del 1 de Mayo por la Avenida de Nueva York, donde un ciclista se dejó la vida bajo un vehículo pesado de la Guardia Nacional.

En medio de todo el ajo estaba Obama - titular de un cargo conocido otrora como "líder del mundo libre" - dando a algunos de los peores dictadores del mundo una clase magistral de cómo burlar la libertad de prensa.

El único espacio de la cumbre, aparte de la conferencia de prensa post-sesión, visible a la opinión pública fue el discurso de inauguración de ocho minutos pronunciado por Obama, que finalizaba con las palabras: "Voy a pedirles unos minutos para que la prensa abandone la estancia antes de abrir nuestra primera sesión".

Los periodistas de los medios extranjeros, acreditados por primera vez en la oficina de prensa de la Casa Blanca, se llevaron la impresión de que las tan cacareadas libertades estadounidenses no están todo lo asentadas que la gente presume.

Yasmín Alamiri, de la Agencia Saudí de Prensa, tuvo su dosis de libertad de prensa cuando intentaba cubrir las declaraciones de inauguración de Obama como parte de esa exclusiva clá: "Los periodistas/ cámaras extranjeros fueron escoltados por la seguridad al exterior en cuestión de dos minutos, justo cuando los líderes estaban a punto de comenzar, y Obama iba a hacer comentarios".

Los homólogos de Alamiri en todo el mundo redactaron experiencias parecidas en sus crónicas de sesión. Nadia Bilbassy-Charters, de la cadena en árabe MBC TV, decía lo siguiente de la reunión de Obama con el monarca jordano: "Estuvimos allí durante aproximadamente 30 segundos, ni lo suficiente para darnos cuenta del color de las corbatas de ambos presidentes. Creo que la del rey era azul".

The Press Trust of India, en el encuentro de Obama con el premier paquistaní, informaba: "En menos de un minuto, se pedía que el personal de prensa acreditado abandonara la estancia". La corresponsal Yomiuri Shimbun concluía que era "expulsada de malas maneras en 30 segundos" a su llegada a la reunión de Obama con el primer ministro de Malasia. Un reportero del holding turco TRT-Turk acudía a la reunión de Obama con el presidente de Armenia, pero "tuvimos que abandonar la estancia otra vez en menos de 40 segundos".

Hasta el presidente chino, Hu Jintao, se mostraba más locuaz con la prensa que Obama. Michelle Jamrisko, de Kyodo News de Japón, señalaba en su crónica que Hu, en su reunión con Obama, habló con los medios de comunicación chinos en chino, mientras que Obama se limitó principalmente a "saludar a las cámaras" y dar "gracias a todos".

La agenda oficial de Obama el martes habría hecho las delicias del Comité Central de China. Extractos: "El Presidente recibirá a los Jefes de Delegación en un almuerzo de trabajo. Este almuerzo se cierra a la prensa... El Presidente se reunirá con el Primer Ministro turco Erdogán. Esta reunión se cierra a la prensa... El Presidente asistirá a la II Sesión Plenaria de la Cumbre de Seguridad Nuclear. Esta sesión se cierra a la prensa".

Los reporteros, hasta los que llevan dos décadas acreditados en la Casa Blanca, dijeron que se trataban de las reuniones de este tipo más blindadas que habían visto nunca.

Las restricciones se han convertido en una práctica común para la Casa Blanca Obama. Cuando el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu realizaba una visita hace un par de semanas, la prensa fue vetada. Poco después, Obama firmó una ejecutiva del aborto, otra vez sin ningún tipo de cobertura.

A lo largo del fin de semana, Obama rompió con años de protocolo y se dejó caer por un partido de fútbol sin el séquito "protector" que siempre ronda al presidente en caso de que ocurra lo impensable. Obama bromeó sobre ello más tarde con el primer ministro de Pakistán, diciendo que los periodistas "estaban muy molestos".

En los encuentros "bilaterales" con mandatarios extranjeros, normalmente los presidentes responden a la prensa, o al menos intercambian discursos. Pero en la mayor parte de los encuentros de Obama, sólo ha habido "lecturas". Canadá: "El presidente y el primer ministro toman nota de la fortaleza perdurable de nuestra relación bilateral". La India: "Los dos líderes se comprometen a continuar fortaleciendo la relación sólida entre los pueblos de sus países". Pakistán: "El presidente Obama comenzó señalando que tiene gran aprecio por Pakistán".

Por último, lejos de los demás líderes, Obama atendió a los periodistas durante 20 minutos. Fueron preguntas duras y escépticas que superaban lecturas banales: señalar que los acuerdos de no proliferación no son vinculantes, señalar las declaraciones equívocas de China sobre las sanciones contra Irán, y presionar a Obama con el fracaso a la hora de frenar el armamento de Corea del Norte. Scott Wilson, del Washington Post, preguntó a Obama si iba a pedir a Israel, que no estuvo representado formalmente en la cumbre, que declarara sus armas nucleares.

"Yo no voy a hacer declaraciones sobre su programa", dijo Obama.

No es de extrañar. Pero sigue siendo importante que se formulen las preguntas.

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