Creo que el señor Rodríguez Zapatero debería, como Presidente de nuestro gobierno, explicarnos algunas cosas a los españoles de a pie que, seguramente por nuestra supina ignorancia, no acabamos de entender; no tanto su política interior en contra de la crisis de la que, por supuesto, no entendemos nada en absoluto; sino también del funcionamiento de sus actuaciones en el exterior y de su política internacional. Yo creo que, en primer lugar, muchos ciudadanos estaríamos interesados en que se nos dijera el porqué de que, una ministra tan incompetente, sectaria y manipuladora como es la señora Chacón, puede continuar al frente del ministerio de Defensa después de los tropiezos que ha ido teniendo en el desempeño de su cargo, entre los cuales podríamos citar, a vuela pluma, el caso infumable del pesquero Alakrana; la forma disparatada con la que manejó el tema del contagio de la A(N1H1) en los cuarteles; el anuncio precipitado y absolutamente irresponsable del regreso de nuestros soldados destacados en Kosovo; la arbitrariedad y evidente clientelismo con la que se saltó el escalafón para el nombramiento de determinados cargos militares; los problemas que está teniendo ante el descontento de los oficiales ante las reformas legislativas que se propone hacer y, ahora, en estos últimos días, el conocimiento que hemos tenido, por la prensa, de sus artimañas y argucias, encaminadas a lograr –enmendando la plana a los mandos que dirigen dicha institución –,interviniendo directamente para que, del Museo Militar de Toledo, se excluyeran determinadas referencias y textos en los que se hace alusión a gestas heroicas de nuestros soldados, como la defensa del Alcázar de Toledo por el entonces corones Moscardó o citas de las campañas del general Franco, pretendiendo que se borraran de ellos toda mención a dicho general.
Una señora que se ha atrevido a atentar contra el honor de la milicia de forma tan temeraria, ya debería de haber sido destituida desde hace mucho tiempo y enviada a su casa a hacer calceta ¡Ya fue idea peregrina la del señor ZP, al poner a una destacada antibelicista al frente de un ministerio de militares! El hecho de designar, para tal misión, a una antimilitarista, partidaria del autogobierno catalán y amiga del fallecido señor Rubianes; era para sospechar: ¡aquí hay mucho diablo! Y lo hubo, si señor. Su objetivo: desactivar la milicia y convertirla en una mera ONG, fácilmente manejable y poco propensa a otra cosa que a permanecer en sus cuarteles y cobrar sus emolumentos. Así, nadie debe de poner el grito al cielo y clamar la ira de los dioses cuando, en uno de sus frecuentes desplantes ecologistas, la señor Chacón haya dicho –demostrando su verdadera condición – con toda tranquilidad, la siguiente frase: “Los Ejércitos del siglo XXI tienen que ser conscientes del respeto al medio ambiente”
Frase lapidaria que, seguramente, debería ser grabada en letras de oro en el frontispicio del edificio del Ministerio de Defensa; para que todo el mundo sepa que, de hoy en adelante, nuestras tropas no dispararán cañones, ni utilizarán bombarderos ni causarán bajas a los ejércitos enemigos, por aquello de que: el ir matando a gente está muy feo y, además, sin duda alguna, puede causar serios desperfectos en el paisaje campestre. Suerte hay de que, al parecer, los modernos ingenios de guerra, fruto de los trabajos de los investigadores, no van a destruir las edificaciones ni perjudicar a árboles y plantas aunque, eso sí, van a ser letales para las personas. Ya nos imaginamos un paisaje idílico lleno de cadáveres de soldados ¡qué atentado contra el medio ambiente! Seguramente, la señora ministra, ordenará de inmediato la retirada de los cadáveres pera que no priven al paisaje de su belleza.; eso sí, sin nada de condecoraciones ni medallas al valor, porque esto tampoco es ecologista y porque, en los tiempos que corremos, ya nadie aspira a ser héroe más bien se estila lo de ser “pasota”..
No obstante, se ve que a la ministra le importa un rábano el medio ambiente del Afganistán, porque está dispuesta a enviar a 511 efectivos para que se añadan a los que ya militan en aquella región, alcanzando un total de 1.068 efectivos. Allí, por mucho que el Gobierno se empeñe en decir que no corren peligro y que no estropean “el medio ambiente”, los talibanes no se van con rodeos y disparan con balas de verdad, arrojan granadas que explotan y matan y no les importa enterrar minas para que estallen bajo los mal protegidos vehículos militares en los que transitan nuestros soldados. ¿Por qué doña Carmen no se da un garbeito por aquellas lejanas tierras y les explica a los guerrilleros afganos, que tanto llevan de cabeza a las tropas de la OTAN, esto de que no deben estropear el medio ambiente?, ¡a ver si le hacen caso y paran de matar los muy pajoleros! Si no fuera un tema tan serio y preocupante para España y su defensa, lo podríamos comparar con los hilarantes sketchs del incomparable humorista Gila. “Oiga, ¿es el enemigo? ¿sí? Bien, pues el jefe me dice que les proponga una tregua para arreglar el medio ambiente que, de tantas bombas, tanques y cadáveres, está hecho una porquería, ¿Qué sí? De acuerdo, la escoba la ponemos nosotros. Vale”
Pero, ya se sabe lo que se puede esperar de ZP y sus incursiones por los foros internacionales. En Copenhague ha estado sublime. Aparte de mantenerse en sus trece sosteniendo con tesón aquello que no practica en España, como pudiera ser la ayuda de 2.000 millones de euros a las minas de carbón que, al parecer, para él, no contaminan; ha pretendido epatar al resto de intervinientes y, supongo que con la ayuda de Moratinos, poniéndose de un cursi subido al pretender darle un carácter poético a su discurso. Lo cierto es que no ha tenido objeción a sorprender a sus aburridos oyentes con frases como “En el mundo hay muchos pobres, demasiados, y muchos ricos, demasiados. La tierra no pertenece a nadie, solo al viento”. Si, señores, y también todos sabemos que las palabras vacuas también se las lleva el propietario del mundo, el viento. Seguramente el señor ZP estaba pensando en las veces en que ha pronunciado afirmaciones categóricas que luego se han esfumado en el viento; este elemento al que él ha transferido, motu propio, la propiedad de toda la Tierra; seguramente personificando este fenómeno producido por la diferencias de presiones barométricas, en el dios Eolo quien, según la mitología, reinaba sobre los tumultuosos vientos encerrados en la caverna de Eolia (dentro de odres de cuero)
Haría bien nuestro Presidente, en lugar de pretender aleccionar a los demás países sobre como deben comportarse y lo que deben hacer para evitar el calentamiento global de la Tierra ( suponiendo que su propietario, el viento, se lo permita); es ocuparse más de lo que ocurre en España que, entre recesión, paro, consultas ilegales en Catalunuya, descalificación de nuestra Deuda Pública, el juez Garzón metido en apuros y las corridas de toros puestas en entredicho; mucho nos tememos que, de no remediarlo, no tardaremos en tener un final igual de dramático que aquella famosa película, de la que se está celebrando su septuagésimo aniversario y que se tituló “Lo que el viento se llevó” ¿sería el mismo al que ha aludido nuestro romántico Zapatero?
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