Sé que no es lo mismo gobernar España que Madrid o la Comunidad de
Valencia o Barcelona o Cádiz o un pequeñísimo municipio malagueño
como Cartajima, por cierto que en la localidad últimamente citada es harto
engorroso hacerlo porque cualquier “barbaridad” que cometa la autoridad
al vecino con el que va a jugar por la tarde la partida de dominó, puede
llevar a un cruel ahorcamiento del seis doble.
Y dejando la anterior premisa en el frontispicio de este “copo”, no sé
la causa por la que todos dan por imposible un pacto de PSOE con el
“apestado” Podemos del silente Pablo Iglesias en el remoto caso que el
“marianismo” salga derrotado en la inminente investidura; un servidor no
lo descarta del todo porque esas formaciones políticas gobiernan unidas en
un buen número de ciudades y comunidades del país y nadie se rasga las
vestiduras. Ahí están los casos, entre otros menos sonados, de las ciudades
de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Granada, Cádiz, Alicante, etc., o
algunas Comunidades Autónomas como Valencia, Extremadura, Cantabria,
etc., donde con sus votos afirmativos o de abstención ambos partidos
políticos han conseguido ser excelentes compañeros de viaje.
Ya sabemos que las matemáticas están ahí y que la suma de ciento
setenta y seis escaños es muy difícil de conseguir, aunque no imposible ya
que desde siempre, o sea, desde los tiempos de Suárez hasta los de
Zapatero, pasando por los gobiernos en minoría de Felipe y Aznar, el
vampirismo nacionalista se encuentra al acecho para dar si tú me das; y
aunque todo parezca que es cuestión del famoso referéndum catalanista de
secesión, en el fondo del armario nacionalista, vasco o catalán, existe un
libre mercado donde en el frontispicio está grabado a fuego: “yo te doy, si
tú me das”.
¿O acaso creen ustedes que don Mariano no está hablando con
algunos chicarrones del norte para ver qué pasa con lo suyo? Ocurre sin
embargo que las elecciones vascas, ya a la vuelta de la esquina, o sea,
cuando saquemos del armario la alcanforada gabardina, van a influir en
este “toma y daca” que se traen entre manos los compañeros del PP y C’S.
Claro que para “toma y daca” el nuevo Sevilla FC de Sampaoli que
no sabe jugar a defender o a empatar, siempre a vencer. Ya saben: ¡hasta la
muerte!
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