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menú
memeces y naderías banqueros y bancarios
ojos de agujas y ojos de buey
castas y castizas
gentes de capital y de capital federal
mundos e inmundos juntos y aislados
confluyen en el menú con silabeos y gemidillos de cómo
cae la lluvia en karaganda y en tacuarembó
para plasmarlo con fondo plúmbeo
de inequiparables extranjerías
o extranjerías equiparables
vuelvo transido de perfil y tres cuartos
y de frente frío o caliente
informó juan que apostó pedro
pedrojuanismo utilitario
lo mismo para un pulido que para un rascado
menú
maní
maná
nombres en la noche
aquí tomando sol de bajo calibre
bebiendo vino fino con arena gruesa
pachorrientos y sin embargo produciendo nuestros propios opiáceos
—endorfinas y encefalinas—
y hasta la mesma anfetamina
imprescindibles para todo criollo que se precie
no fue en la antigua grecia (o roma, en su defecto)
ni fue en una isla —formentera, mayaguana, rarotonga— contemporánea de la estupidez o el descuido
ni fue en un claro u oscuro del bosque o caballo
ni fue a través de acuerdos moleculares
o de otros naturales frangollos
torrentes como el sanguíneo
popeye balanceando tatuajes
olivia detrás de la concertación de sus pestañas
la espinaca dotando al marinero
cartoon
retomando a la estupidez por sus orejas tóxicas
nos permitiremos reiterar países y provincias
imprecisamente habilitados por indiscernibles monigotes
que blanden nuestros nombres en la noche
cerrada a vaticinios
in memoriam de mí, la desbordada y el entregador
desde niño me broto en primavera
púber ya me doy a derramar
joven soy sin pelos
y fastidio:
seno, cuna y cama
no siento al ciento por ciento
(frascos de rechupete con difenilhidramina
—o codeína o dextrometorfán—
aguardan por mí en la heladera)
sentir es chocar
¿jarabe o más que padre es un amigo?:
rapiñar una víscera en combate
reino animal
una pizca de inercia y remembranza
de sangre fría circulación incompleta
y respiración branquial primero y luego pulmonar
y una mujer mira a una mujer
que mira a otra mujer mirar a otra
que me mira mirando desear y sonreír
a maría schell encantadora de batracios
de felicidad
yo por ejemplo croo
capicúa
te escribo desde mi afiatadísimo trigémino
en el ocho del ocho del ochenta y ocho
festejando tan sorprendente capicúa del siglo
con mis huesos mal avenidos
y nudos en trapecio
asocio con circo migrañoso
donde las fieras rancias y toda mi heroica trup
(honrosa, sensible y predestinada)
se rematan al mayor costo
psíquico y atentamente
primeros tiempos
primeras fechorías del ladrón de calcio
primeros fantasmas primeras ambivalencias
primeras lenguas primeras poluciones
primeros muertos
primeros proyectos primeras obras
primeros tiempos con ángela
últimos tiempos y final con ángela
últimas aproximaciones
correlato
el olvido de los zapatitos
del ojo de la novia
del blanco tul y de la lágrima
al lado del alado caballero de frac
con pico amarillo y cabeza de avechucho verde
con toda la lógica escatológica iconográfica
a ras de la turbiedad y el descrédito
debajo de la cera
peligrábamos en el batifondo espiritista
no renunciábamos no retrocedíamos
nos caíamos de la mismísima rama del falso cedro de la verídica huerta
o nos apelmazábamos profanados por un decir
éramos harina de un costal vigilado
apenas apenados por nuestra prestancia de vaga bakelita
profanados vigilados apenados apareados
a merced de un extravagante correlato
uncidos al destino cada quien germinaba a solas
anualmente comparativos ineficaces
en un simposio de potrero nos pasábamos lista
mientras los pájaros teóricos volaban como cien
me
esta música me puede
esa autora —ursula kroeber le guin— me puede
los gentilicios me pueden
las estratagemas me pueden
las mujeres de mi pasado me pueden
la manía me puede
esa mamá me podía
ese papá no
el recuerdo de ese papá me puede
los diminutivos me embisten
las vocaciones me administran
los fervores me consumen
la gratitud me asombra
la beatitud me chinga
la rima interna me tienta
la vanidad me hace morder el polvo
los polvos caben en la lírica
la lírica me puede
el resentimiento me asalta
la decepción me asalta y me consume
me puede
la remuerrección de finndenuevo
presentaciones
(a carlos de la púa)
el capar la razón esclavos del aburrimiento
la davi se da vuelta como una tortuga
qué tendrá el pejerrey que está tan tristongo como yo
qué tendrá el sapo
qué tendrán el pelícano y el ornitorrinco
mis jóvenes amigos los presento huyendo
del capullo de yiro de tarifas irresistibles
y del diente nocturno de la loca del cementerio de flores
buenos aires a caballo
vía crucis buenos aires en la ofrenda ombligal
y otros pases
a una constelación levantadita
buenos aires el mejor bocado me baraja
es viva buenos aires
a caballo zaino regalado de atípicas desdichas
hoy vine a sublimarla
aunque
buenos aires multisectorial
la atravieso
con todo mi cariño
Las manecillas del reloj regresaron al mismo punto por el que transitaron ayer, el calendario está en la misma fecha, situación irrepetible por siempre en la nomenclatura gregoriana. Frente a la ventana, ella pierde su mirada en el infinito, una maleta de cuero café depositada en el piso está a su costado.
Osiris Valdés López es una icónica novelista cubano-española. Su obra se caracteriza por abarcar distintos géneros literarios, desde la poesía lírica, novela narrativa, hasta el género dramático. Ha sido elogiada por su versatilidad y creatividad en el mundo literario. Su capacidad para fusionar diferentes géneros y estilos se ve en sus obras. “El Arcoíris de mis deseos insaciables” muestra su talento y pasión para contar historias.
El 26 de abril retornó la poesía a la Quinta de la Fuente del Berro, un hermoso palacete remozado en centro cultural municipal que habitúa a ejercer como incomparable marco para actos como el que tuvo lugar de la mano del Grupo Retablo, engrosado en la actualidad por los siempre animosos Mayte Domínguez y Pablo Bethencourt, quienes dan cobijo y aúpan a las más diversas e incluso divergentes propuestas líricas, atesorando en su henchido morral las principales voces poéticas que por nuestro día a día transitan.
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