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Etiquetas | Libro | ​Pedro Castillo | Perú | Golpe de Estado
El libro de investigación de Umberto Jara destaca la labor cumplida por el Equipo Especial de la Policía Nacional del Perú

¿Quiénes estuvieron detrás de la caída de Pedro Castillo?

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La historia política peruana, en especial la comprendida en sus dos últimos lustros, es todo un desafió. Hasta el politólogo más pintado claudica ante la seguidilla de eventos insólitos que la marcan.


Se entiende que el relato de esta historia política reciente ostente muchos capítulos, pero ninguno tan significativo como el protagonizado por el expresidente Pedro Castillo Terrones, quien estuvo 17 meses en el poder. Tras su golpe de Estado del 07/12/2022, motivo por el cual se encuentra preso en el penal de Barbadillo, no pocos periodistas y editores prestaron atención a la posibilidad de escribir/editar un libro sobre su estrambótico gobierno. No era para menos: Castillo pretendió dinamitar el sistema democrático.


Todo un desafío, sin duda, para la mirada editorial: ¿cómo contar esta parodia criminal?, ¿bajo qué criterios se abordaría a Castillo?, ¿cómo se relataría el inicio y fin de su gestión presidencial? Preguntas sencillas pero complejas para responder. No se puede transitar por el lugar común. A lo dicho, añadamos que aún no se cuenta con la suficiente distancia a pesar de que ha transcurrido más de un año de la gracia golpista del chotano. Poco margen para la reflexión y el análisis. Muchas cosas pasaron con Castillo en Palacio. Un cachito, de varios: 78 ministros desfilaron durante su gobierno.


978612319897


En este escenario, el experimentado periodista Umberto Jara presentó su último libro de investigación: Así cayó Castillo (Planeta). En lugar de brindar una mirada sociológica o totalizadora de la gestión del expresidente, Jara narra el fin de Castillo en función a los agentes del Equipo Especial de la Policía Nacional del Perú, formado en mayo de 2022 y encargado de apoyar/ejecutar las disposiciones de la Fiscalía en su investigación contra la red criminal del expresidente.


El autor destaca el rol del coronel Harvey Colchado, del mismo modo el desempeño delas fiscales Patricia Benavides y, en especial, Marita Barreto (que hoy los acontecimientos los tengan separados y enfrentados, no medra la labor cumplida hasta el 07/12/2022). El primero y su equipo trabajaron en circunstancias adversas (incluso eran víctimas de seguimiento por parte del aparato castillista), situación que por tramos nos recuerda a lo que pasaron los agentes del GEIN que capturaron en 1992 a Abimael Guzmán. Además, Jara consigna testimonios de algunos de los 67 agentes del equipo especial con el fin de documentar/detallar la telaraña informal liderada por Castillo. Si los agentes del GEIN se enfrentaron a una logística ideológica, los liderados por Colchado lucharon contra un andamiaje acriollado de rasgos matonescos.


De congresistas comprados (obras/licitaciones/puestos de trabajo para los chupes/ministerios/etc.), más conocidos como “Los niños”, a las muestras más bajas de la criollada (la famosa visita de Castillo al Ministerio de la Vivienda y Construcción en mayo de 2022, no obedeció a sus preocupaciones por el sector, era más bien una visita de cobranza porque el entonces ministro Geiner Alvarado no le pasó su mensualidad respectiva), Así cayó Castillo es también el testimonio de un periodo marcado por el silencio cómplice.


Jara se pregunta, entre varios aspectos, por qué buena parte de la prensa peruana estuvo en silencio ante estas tropelías. Ese silencio se debió, en la mayoría de casos, a la simpatía ideológica de izquierda llevada al radicalismo (la negación, propia de los tiempos polarizados que corren).De ello se vale Jara para marcar su preferencia ideológica. Es decir, no le miente al lector desde la posición que escribe y, así guste o no a sus detractores, los hechos se imponen a las narrativas que pretendieron pasar por agua tibia lo injustificable. No pocos despertaron del letargo, en vivo y en directo, el 07/12/2022.


Pero quienes sí estuvieron despiertos desde días previos fueron los 67 agentes del Equipo Especial. El 07/12/2022, Castillo estaba seguro de que no se conseguirían los votos (87) para vacarlo. Ese día iba a llevarse a cabo la tercera moción de vacancia en su contra (la primera, en noviembre de 2021, no logró la aprobación para su debate; y la segunda, en marzo de 2022, no consiguió los 87 votos), pero a diferencia de las dos mociones precedentes, Castillo no estaba del todo calmado. El Equipo Especial necesitaba un paso en falso del expresidente, de lo contrario, tendría la cancha libre para instaurar un régimen dictatorial para protegerse de las graves acusaciones de corrupción. Por tal razón, apuntaron al lado emocional de Castillo desde el 5 de diciembre.


Muchos creyentes/seguidores de Castillo exigían pruebas contundentes de sus supuestos actos de corrupción. Hubo audios y videos que lo convertían en sospechoso de los mismos (conversaciones telefónicas de Bruno Pacheco y videos del propio Castillo entrando a la casa de Sarratea en Breña, por ejemplo), pero no eran suficientes. Se requería de un video, tal y como sucedió con la dictadura de Fujimori y Montesinos. Pero lo que hubo fue una advertencia (declaración de Salatiel Marrufo al Congreso desde el penal Castro Castro horas antes del debate de la tercera moción de vacancia, quien afirmó tener material de las corruptelas de Castillo) y un inesperado video promovido por el propio Pedro Castillo, en donde solito se puso la soga al cuello. Ese suicidio político no fue gratuito.

¿Quiénes estuvieron detrás de la caída de Pedro Castillo?

El libro de investigación de Umberto Jara destaca la labor cumplida por el Equipo Especial de la Policía Nacional del Perú
Gabriel Ruiz Ortega
martes, 26 de diciembre de 2023, 09:13 h (CET)

La historia política peruana, en especial la comprendida en sus dos últimos lustros, es todo un desafió. Hasta el politólogo más pintado claudica ante la seguidilla de eventos insólitos que la marcan.


Se entiende que el relato de esta historia política reciente ostente muchos capítulos, pero ninguno tan significativo como el protagonizado por el expresidente Pedro Castillo Terrones, quien estuvo 17 meses en el poder. Tras su golpe de Estado del 07/12/2022, motivo por el cual se encuentra preso en el penal de Barbadillo, no pocos periodistas y editores prestaron atención a la posibilidad de escribir/editar un libro sobre su estrambótico gobierno. No era para menos: Castillo pretendió dinamitar el sistema democrático.


Todo un desafío, sin duda, para la mirada editorial: ¿cómo contar esta parodia criminal?, ¿bajo qué criterios se abordaría a Castillo?, ¿cómo se relataría el inicio y fin de su gestión presidencial? Preguntas sencillas pero complejas para responder. No se puede transitar por el lugar común. A lo dicho, añadamos que aún no se cuenta con la suficiente distancia a pesar de que ha transcurrido más de un año de la gracia golpista del chotano. Poco margen para la reflexión y el análisis. Muchas cosas pasaron con Castillo en Palacio. Un cachito, de varios: 78 ministros desfilaron durante su gobierno.


978612319897


En este escenario, el experimentado periodista Umberto Jara presentó su último libro de investigación: Así cayó Castillo (Planeta). En lugar de brindar una mirada sociológica o totalizadora de la gestión del expresidente, Jara narra el fin de Castillo en función a los agentes del Equipo Especial de la Policía Nacional del Perú, formado en mayo de 2022 y encargado de apoyar/ejecutar las disposiciones de la Fiscalía en su investigación contra la red criminal del expresidente.


El autor destaca el rol del coronel Harvey Colchado, del mismo modo el desempeño delas fiscales Patricia Benavides y, en especial, Marita Barreto (que hoy los acontecimientos los tengan separados y enfrentados, no medra la labor cumplida hasta el 07/12/2022). El primero y su equipo trabajaron en circunstancias adversas (incluso eran víctimas de seguimiento por parte del aparato castillista), situación que por tramos nos recuerda a lo que pasaron los agentes del GEIN que capturaron en 1992 a Abimael Guzmán. Además, Jara consigna testimonios de algunos de los 67 agentes del equipo especial con el fin de documentar/detallar la telaraña informal liderada por Castillo. Si los agentes del GEIN se enfrentaron a una logística ideológica, los liderados por Colchado lucharon contra un andamiaje acriollado de rasgos matonescos.


De congresistas comprados (obras/licitaciones/puestos de trabajo para los chupes/ministerios/etc.), más conocidos como “Los niños”, a las muestras más bajas de la criollada (la famosa visita de Castillo al Ministerio de la Vivienda y Construcción en mayo de 2022, no obedeció a sus preocupaciones por el sector, era más bien una visita de cobranza porque el entonces ministro Geiner Alvarado no le pasó su mensualidad respectiva), Así cayó Castillo es también el testimonio de un periodo marcado por el silencio cómplice.


Jara se pregunta, entre varios aspectos, por qué buena parte de la prensa peruana estuvo en silencio ante estas tropelías. Ese silencio se debió, en la mayoría de casos, a la simpatía ideológica de izquierda llevada al radicalismo (la negación, propia de los tiempos polarizados que corren).De ello se vale Jara para marcar su preferencia ideológica. Es decir, no le miente al lector desde la posición que escribe y, así guste o no a sus detractores, los hechos se imponen a las narrativas que pretendieron pasar por agua tibia lo injustificable. No pocos despertaron del letargo, en vivo y en directo, el 07/12/2022.


Pero quienes sí estuvieron despiertos desde días previos fueron los 67 agentes del Equipo Especial. El 07/12/2022, Castillo estaba seguro de que no se conseguirían los votos (87) para vacarlo. Ese día iba a llevarse a cabo la tercera moción de vacancia en su contra (la primera, en noviembre de 2021, no logró la aprobación para su debate; y la segunda, en marzo de 2022, no consiguió los 87 votos), pero a diferencia de las dos mociones precedentes, Castillo no estaba del todo calmado. El Equipo Especial necesitaba un paso en falso del expresidente, de lo contrario, tendría la cancha libre para instaurar un régimen dictatorial para protegerse de las graves acusaciones de corrupción. Por tal razón, apuntaron al lado emocional de Castillo desde el 5 de diciembre.


Muchos creyentes/seguidores de Castillo exigían pruebas contundentes de sus supuestos actos de corrupción. Hubo audios y videos que lo convertían en sospechoso de los mismos (conversaciones telefónicas de Bruno Pacheco y videos del propio Castillo entrando a la casa de Sarratea en Breña, por ejemplo), pero no eran suficientes. Se requería de un video, tal y como sucedió con la dictadura de Fujimori y Montesinos. Pero lo que hubo fue una advertencia (declaración de Salatiel Marrufo al Congreso desde el penal Castro Castro horas antes del debate de la tercera moción de vacancia, quien afirmó tener material de las corruptelas de Castillo) y un inesperado video promovido por el propio Pedro Castillo, en donde solito se puso la soga al cuello. Ese suicidio político no fue gratuito.

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