Foto: Nerea Coll

El Festival de les Arts cierra su segunda edición confirmando su alta rentabilidad, al borde del ‘sold out’, abarrotando la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia en sus dos jornadas. 40.000 asistentes han consolidado este evento, que casi duplica la asistencia del pasado año. La organización aseguraba, una hora después de poner el punto y final a su segundo asalto, que el próximo junio habrá nueva edición. El fin de semana concreto se dará a conocer en los próximos días.

Ofertas en trenes para llegar a la ciudad, anuncios en televisiones nacionales, promoción de BlaBlaCar… El Festival ha buscado en esta segunda edición comenzar a presentarse como una alternativa más a nivel global presumiendo de cartel. Sin embargo, los viernes siguen siendo viernes, y esta es una de las principales dificultades que tendrá que sortear la organización en próximas ediciones.

La tarde de la primera jornada, floja en cuento a afluencia, pero no en cartel. A las siete llegaba el entrante del banquete de boda. Manel abría el escenario principal, mientras fuera, escuchando sus temas, cientos de personas hacían cola para conseguir su pulsera acreditativa para acceder al recinto. Y así siguieron los aledaños de la Ciudad de las Artes hasta el final de concierto de Love Of Lesbian, que arrasó, aunque quedó eclipsado después de ver el exitazo del sábado.

Carlos Sadness consiguió que nadie notara la ausencia de Fuel Fandango, que no pudo acudir al evento, y Neuman, The Strypes y We are Scientists cumplieron con las expectativas del Escenario Coolway.

Lo único que brilló más el viernes que el sábado fue el nuevo Escenario Kaiku que, fuera por la novedad o por el cartel, fue de lo más comentado durante la primera jornada. Fizzy soup, Copo o Siberian Wolves tuvieron en este escenario sobre el agua, cuyo directo podía verse desde dándose un baño, su mejor carta de presentación.

Y para acabar el primer día de festival, al igual que el pasado año, música internacional. The Fratellis era uno de los grandes reclamos del evento. No contaba bajo con tantos fans como sus antecesores, pero sí con más gente con ganas de bailar al son de buenas melodías.

Todo apuntaba a éxito el sábado. Desde las cinco de la tarde Zahara llamó al encuentro con los festivaleros a la brisa y a pequeñas nubes que hicieron muy llevadero un conciertazo que la andaluza cargó de energía. Se paseó junto al público y se acompañó durante unas canciones de Sergio Sastre de Miss Caffeina, con quienes también compartiría después unos minutos.

“Pues no es sosa”. ¡Gracias, festivales! Qué gusto cuando la gente descubre a su artista favorito en directo. Zahara es pura caña, y puso en pie de guerra el foso principal desde primera hora, listo para explotar con Miss Caffeina a continuación.

Full repetía en Les Arts, y además lo hacía más pronto que el año pasado. Pese a ello, y pese a saltar del escenario más pequeño al mediano (que este año era todavía más grande) se quedó muy corto de espacio. Los sevillanos han crecido mucho en doce meses, y la organización no pudo llegar a imaginarse tal éxito.

Y llegó IZAL al Escenario Negrita. Un IZAL al que el Festival de les Arts le debía una, y se la pagó con creces. El año anterior, y para sorpresa de muchos, su concierto se ubicó a las siete de la tarde, bajo un sol irritante. Este año, horario estelar para los reyes del indie español que estuvieron una hora y media sobre el escenario, y que terminaron con uno de sus nuevos temas, ‘El baile’, acompañado de fuegos artificiales disparados desde el mirador del Museo Príncipe Felipe.

Después del concierto todo se volvió un poco caos. El espacio quedó escaso, tanto en el número de casetas para cenar (que no dejaron atrás las largas colas hasta pasadas las doce de la madrugada), como en espacios para disfrutar de la comida, aunque fuera en el suelo. Y es que este segundo día la zona del Escenario Kaiku no fue tan concurrida, y el doble de festivaleros que en 2015 se congregaba en el mismo espacio.

Como en la gestión del espacio, el Festival tendrá que seguir aprendiendo sobre muchos puntos. Y estamos seguros de lo hará. Buena prueba de ello fue el colofón. Slow Magic puso la electrónica, tan reclamada para terminar un buen día de música. Antes, Hurts y The Drums tampoco defraudaron. En primera fila sus fans más incondicionales, que llevaban un tiempo esperando que visitaran nuestro país.

Como se escuchó el año pasado, y todavía se escucha más este: Larga vida al Festival de les Arts.