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Siempre se castiga al que lo hace bien

Eva Redondo
Redacción
martes, 24 de marzo de 2009, 10:33 h (CET)
Cada vez más, se escuchan diferentes conversaciones sobre la verdadera crisis que estamos padeciendo y no es la económica precisamente, es la crisis de valores que adolecemos profundamente en la sociedad española y no voy más allá dado que no lo tengo tan cerca.

Como sucede en muchos ámbitos de nuestro entorno, año tras año, se anuncian nuevas leyes, órdenes, directivas, normas dentro de las empresas, normas en los colegios que lo único que hacen es, ni más ni menos, que castigar a los que lo hacen bien en lugar de atajar lo que la mayoría consideramos, el mal funcionamiento de unos pocos.

¿Qué nos lleva a los seres humanos a obrar así? En lugar de potenciar todo aquello que está funcionando correctamente, nos empleamos en castigar a la mayoría por las actuaciones de una minoría.

Basaré mi reflexión en un ejemplo sucedido hace unos días que, sin embargo, es extrapolable al ámbito empresarial, laboral, familiar, cualquiera que se nos ocurra.

Truchas y esos que se hacen llamar “pescadores”: La semana pasada se abrió la veda de pesca en numerosos lugares de nuestra geografía, fecha que guarda mucha expectación por todos aquellos verdaderos aficionados responsables y cumplidores de las normas que se aplican a un bonito y sabroso manjar como es la Trucha.

Como en casi todo, la sobreexplotación por parte de unos pocos, hicieron que ese día tan esperado se convirtiese en un día decepcionante.

Este año, el cupo se había rebajado a cuatro ejemplares por persona, ejemplares que deben ajustarse a una talla determinada, recordemos, pezqueñines no gracias.

Sin embargo, la sorpresa se iba acusando según iban pasando las horas: Después de un largo año, NO había truchas que se ajustasen al tamaño, ni una, ni dos, ni tres, ni cuatro.

¿Qué está pasando se preguntaban los buenos aficionados a este arte? Algunas noticias, vienen hablando del aumento del caudal este año, del aumento de la temperatura del agua…

Nada más lejos de la realidad amigos. Simple y llanamente, lo que está sucediendo, es que existen algunos personajes que usan malas artes, a escondidas, cuán furtivos. Día tras otro, incluso en aquellos días en que está prohibido pescar y con cebos igualmente prohibidos, se dedican a usas estas malas artes cuya traducción en el fondo, es una excasa falta de valores. Lo maravilloso que puede llegar a ser, ver a un buen pescador batirse con una buena trucha, en igualdad de condiciones.

La actitud y las acciones de estos personajes, se traducen en un endurecimiento de esas leyes, órdenes, directivas o normas que muchos SÍ acatamos y sin embargo, a ellos les sigue entrando por un oído y saliendo por el otro dado que el castigo es mínimo o simple y directamente, no les llega.

Está claro que el sistema no funciona ya que, supongo, estaremos de acuerdo que dicho “castigo” no está recayendo en dónde debe recaer. Reflexionen ciudadanos, ¿en cuántas situaciones de su vida sucede exactamente lo mismo?

Si queremos que los valores que tenemos muchos funcionen, se debe potenciar y premiar y, frente a esa minoría con excasez de los mismos castigarlos y a lo sumo, formarlos en ellos.

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