En esta España de segunda, de tercera, o vaya usted a saber de qué clase es en la que la “transición” nos ha acomodado, se celebran “elecciones” generales, europeas, y de andar por casa. Del mismo modo que ya no se viaja en Primera, en Segunda o en la popular Tercera. Ahora, como bien se sabe, es “preferente”, “bussines”, o “turista”.
Ocurre, que, lo mismo Zapatero que Rajoy, sabían muy bien que se jugaban los cuartos en estas aparentes elecciones de tercera clase, y ninguno de los dos se tuvo a menos de acudir a “mojarse” todo lo que fuera necesario en defensa de sus allegados “representantes”. Lo que viene a ser unas “primarias” a la española, es decir, “sui generis”. Rajoy tenía detrás de sí, en la sombra, a Gallardón y Esperanza Aguirre, por lo menos, cuchillo entre los dientes, y esperando a que la mañana del “dos de marzo” hubiera estado señalada por la tragedia en Galicia. ¿Lo veis?... y el Congreso Extraordinario del PP no se hubiera hecho esperar. Entre los socialistas, todavía no se sabe que sucederá, y como se recompondrán del descalabro, y si con López camino de “lehendakari”, tendrán suficiente.
Se entiende que el rapapolvo experimentado por unos gañanes “galegos” -por muy a bordo de un Audi de lujo en que viajaran, o invitados en un flamante yate luciendo la bandera roja y gualda que denostaban-, no haya resultado una sorpresa. Si algo le sobra al gallego, en términos generales, es sentido común, y no es que, tras una extensa movilización fueran a depositar hasta el último voto, sino, que, fueron los justos para darles el puntapié necesario, y olvidar cuanto antes la pesadilla vivida estos tres últimos años y medio. Pufffffffffffffff...
De lo que ha pasado en el país vasco, resulta difícil opinar, porque, complicado es de entender el meollo de un vasco, como el mismo D. Miguel Unamuno escribía acerca del suyo propio. El resultado es un batiburrillo de siglas y anagramas donde tan sólo la estrella emergente de Rosa Díez parece saber qué es lo que quiere y hasta puede que le salga bien.
Mientras España se llena de talleres mecánicos en cada autonomía para toda clase de “arreglos y composturas” a base de elecciones “clase turista”, el resto del mundo sigue corriendo como puede por autopistas y sin limitación de velocidad. Aquí, llevamos camino de especializarnos en “boxes”, donde, también, se hace un papel, pero, para los demás. Cada vez estamos más expuestos a seguir viendo pasar los bólidos; entre tanto, en cada caseta se hacen probatinas para cuando se monte otro “gran premio”.
Las elecciones de andar por casa no depuran los partidos, si acaso, consolidan las listas cerradas establecidas, y mantienen lejos del resto de la ciudadanía nacional los entresijos y ocultas maniobras que, a nivel regional, se hayan llevado a cabo al gusto de la dirección nacional. ¿Feijoo era el candidato de “os galegos”, o de Rajoy?... ¿los votos perdidos por Basagoiti, los ha perdido Rajoy por haber prescindido de María San Gil?... son preguntas que con unas elecciones de tercera no pueden responderse, y que cuando se actualicen los partidos y los ciudadanos afiliados o simpatizantes sean escuchados en auténticas Primarias, serán respondidas con toda certeza. Mientras tanto, se seguirá viajando en “tercera”. aunque le denominen “turista”. ¿No creen?