Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | Cultura | Poesía
Compartiendo diálogos conmigo mismo

Con ser amor, soy de Dios

|

Para conciliar hay que reconciliarse,
cada cual consigo y junto a los demás.
También para vivir hay que vivirse,
cada día como si fuera el último.
Tan importante como abrirse el alma
es reabrirse al amor para alegrarse.
Sólo quien sabe amar sabe quererse,
y ha de hacerlo hasta el extremo de ser.
Porque quien es amor no se posee,
se dona hasta si es preciso agonizar.

Todo es compartir, pedir perdón,
con el valor de perdonarse perdonando,
de arrepentirse arrepintiéndose,
pues nada somos por sí mismos,
cuando pensamos ser algo fallecemos,
tan corto es el andar que no llegamos,
tan largo es el camino que no avanzamos,
y únicamente de generación en generación,
alcanzamos el horizonte, abrazamos la luz,
dejemos entrar a Dios para crecernos.

Aunque penitentes somos, la esperanza
es el sueño requerido con desvelo,
la clemencia que el Creador nos injerta
a la especie, lo que requiere compasión
de unos a otros y de otros a unos,
ya que todo es de Dios y ha de volver
a Él, pues todo es por Él, y en Él
se embellece con espíritu naciente,
como dador de alientos y receptor
de deseos; de este ser-amor, para ser de Dios.

Con ser amor, soy de Dios

Compartiendo diálogos conmigo mismo
Víctor Corcoba
domingo, 7 de febrero de 2016, 03:06 h (CET)
Para conciliar hay que reconciliarse,
cada cual consigo y junto a los demás.
También para vivir hay que vivirse,
cada día como si fuera el último.
Tan importante como abrirse el alma
es reabrirse al amor para alegrarse.
Sólo quien sabe amar sabe quererse,
y ha de hacerlo hasta el extremo de ser.
Porque quien es amor no se posee,
se dona hasta si es preciso agonizar.

Todo es compartir, pedir perdón,
con el valor de perdonarse perdonando,
de arrepentirse arrepintiéndose,
pues nada somos por sí mismos,
cuando pensamos ser algo fallecemos,
tan corto es el andar que no llegamos,
tan largo es el camino que no avanzamos,
y únicamente de generación en generación,
alcanzamos el horizonte, abrazamos la luz,
dejemos entrar a Dios para crecernos.

Aunque penitentes somos, la esperanza
es el sueño requerido con desvelo,
la clemencia que el Creador nos injerta
a la especie, lo que requiere compasión
de unos a otros y de otros a unos,
ya que todo es de Dios y ha de volver
a Él, pues todo es por Él, y en Él
se embellece con espíritu naciente,
como dador de alientos y receptor
de deseos; de este ser-amor, para ser de Dios.

Noticias relacionadas

Cada vez que aparece un libro del escritor Daniel Alarcón, una pregunta cae por insistencia, con mayor razón cuando quienes la formulan son, en su mayoría, escritores en actividad. ¿Es Alarcón un escritor peruano? Para algunos sí, para otros no.

Jorge Urreta es un escritor bilbaíno, veterano y especializado en 'thriller', género que acostumbra a mezclar con otros como el paranormal, la ciencia ficción, la novela negra o la novela policiaca. Desde 2012 ha venido publicando con distintas editoriales y ha cosechado una comunidad muy fiel de lectores. Es un autor prolífico que ha trabajado tramas de todo tipo, a cuál más fascinante.

Habiendo definido el tema y el personaje de mi escrito de ahora, vino a mi memoria una frustrada ilusión literaria, cuando siendo un mozuelo, con interés, puse atención al radio estación de la Radio Occidental donde mi hermano mayor Moncho, para codearse con sus compañeros de clase, entre los que sobresalían los jóvenes Rothschild, pues Moncho, declamaría un poema para concursar, a espera de ganar un gran premio de 20 pesos de entonces.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto