Sr. Presidente de la Sociedad General de Autores y Editores:
He tenido conocimiento, por la prensa, que en ciertas ocasiones el reproducir ciertas canciones están sujetas a un impuesto destinado a la Sociedad que usted preside.
En mi familia somos muy alegres, mi hijo mayor toca la guitarra, los dos menores les gusta la percusión, mi esposa, que es muy sandunguera, canta como los ángeles y un servidor acompaña con las palmas. Casi todos los días, a eso del crepúsculo, nos organizamos una sesión de cante y a veces baile. Como vivimos en un pisito moderno los tabiques son “papel de fumar” y siempre los vecinos se suman a la fiestecita, la mayoría de las veces se muestran tan contentos que acompañan con palabras y tacos que no me atrevo a reproducir. Usted, mejor que nadie, entenderá aquello de que: “los artistas somos unos incomprendidos”
Lo que quiero es evitarme problemas de espías, denuncias y otras zarandajar y saber si, por lo que le he contado, tenemos que pagarle a la SGAE. En caso afirmativo le ruego sea tan amable me indique la cantidad y el lugar de pago.
El repertorio que cantamos es, principalmente, canción española; a mi “prójima” le gusta mucho. Las coplas más repetidas son : “La bien pagá”, “Maria de la O”; no sabe lo bien que nos sale la estrofa que dice “ mardito parné, que por tu culpita dejaste al gitano que fue tu querer....” Últimamente, y para no encasillarnos, estamos ensayando música de películas, hemos empezado por la música de “Por un puñado de dólares”
A la espera de sus noticias reciba un saludo muy musical: Tararí.