Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Al aire libre
Pascual Falces

Rebelión de las clases medias

|

Esta ventilada columna “a nada, ni a nadie” se debe, excepto a la amable voluntad del Director del presente diario por colgarla de la red -no del pescuezo-, y, en consecuencia con su particular y público lema de “independiente, plural y abierto”. Por ella, el columnista no recibe el menor emolumento, estipendio, u honorario, debiéndose tan sólo cuanto en la misma se vierte a la razón más carpetovetónica que existe, la de la de la “real gana”. En el día de hoy se siente obligado a relatar algo que oteó a mediodía de ayer no muy lejos de este elevado y aireado observatorio a punto de convertirse en “gélido” según asegura el parte meteorológico. También, se ha visionado “El Padrino I” suficiente número de veces como para saber, en cambio, lo de los periodistas “en nómina”, y tampoco ha nacido ayer, precisamente.

Serían las doce de la mañana del pasado domingo, cuando una multitud de varios millares de ciudadanos nacionales de la clase media, dicho sin retintín -así les denomina quien les había convocado-, estaban apiñados en una clara mañana alrededor del mástil de la bandera de España que ondea en la madrileña Plaza de Colón. El convocante era el conocido periodista y escritor Enrique de Diego, que, con su Manifiesto de las Clases Medias, viene clamando de un tiempo a esta parte por estimular entre la Sociedad Civil un sentimiento de protesta ante la explotación a que les somete el Estado a través de distintos instrumentos fiscales y educativos sin derecho a rechistar. El lema de la convocatoria era sencillo, y, a la par, novedoso: ¡CON MI DINERO, NO!

El argumento es contundente: ¿Qué sería de los más de seiscientos sesenta asesores personales de ZP, o de las “embajadas” abiertas en el extranjero por el Sr. Carod Rovira, o de los “Audis” del Sr. Touriño, sin la recaudación previa del impuesto de carburantes?... por ejemplo. Y, es un decir...

Esta “rebelión de las clases medias” -que son las mayores consumistas; las que cargan con los impuestos indirectos además de sufrir el IRPF que les devuelven cuando quieren-, es parte de la respuesta al desánimo creciente ocasionado por los partidos mayoritarios, entregados el uno a su electoralismo, y el otro a no se sabe bien “qué”, mientras los nacionalismos garrulos se aparentan como poder emergente sin que nadie se atreva a pararles los pies anhelando sus votos.

La noticia de esta inicial “rebelión”, junto a la estatua del Descubridor, no se ha debido juzgar importante por el resto de los medios que no se han hecho eco de ella. Cuestión que deben agradecer los tres o cuatro lectores de esta “columneja”, ya que, de este modo, están mejor informados que los demás (por si alguien no capta con sentido del humor lo de “tres o cuatro”, que sepan que cada día son cuantiosos los “e-mails” que se reciben llamando al autor de todo menos por su nombre; es lo que se conoce como falsa humildad). Bien pudiera compararse la citada reunión con los grandes acontecimientos en la Naturaleza, que se inician de manera modesta y silenciosa. Por ejemplo, el origen de la vida humana, el fenómeno cumbre de la Creación, sucede sin que la madre se entere hasta que pasan los primeros catorce días de la fecundación, o ¿no?... piénsenlo.

Rebelión de las clases medias

Pascual Falces
Pascual Falces
miércoles, 26 de noviembre de 2008, 10:51 h (CET)
Esta ventilada columna “a nada, ni a nadie” se debe, excepto a la amable voluntad del Director del presente diario por colgarla de la red -no del pescuezo-, y, en consecuencia con su particular y público lema de “independiente, plural y abierto”. Por ella, el columnista no recibe el menor emolumento, estipendio, u honorario, debiéndose tan sólo cuanto en la misma se vierte a la razón más carpetovetónica que existe, la de la de la “real gana”. En el día de hoy se siente obligado a relatar algo que oteó a mediodía de ayer no muy lejos de este elevado y aireado observatorio a punto de convertirse en “gélido” según asegura el parte meteorológico. También, se ha visionado “El Padrino I” suficiente número de veces como para saber, en cambio, lo de los periodistas “en nómina”, y tampoco ha nacido ayer, precisamente.

Serían las doce de la mañana del pasado domingo, cuando una multitud de varios millares de ciudadanos nacionales de la clase media, dicho sin retintín -así les denomina quien les había convocado-, estaban apiñados en una clara mañana alrededor del mástil de la bandera de España que ondea en la madrileña Plaza de Colón. El convocante era el conocido periodista y escritor Enrique de Diego, que, con su Manifiesto de las Clases Medias, viene clamando de un tiempo a esta parte por estimular entre la Sociedad Civil un sentimiento de protesta ante la explotación a que les somete el Estado a través de distintos instrumentos fiscales y educativos sin derecho a rechistar. El lema de la convocatoria era sencillo, y, a la par, novedoso: ¡CON MI DINERO, NO!

El argumento es contundente: ¿Qué sería de los más de seiscientos sesenta asesores personales de ZP, o de las “embajadas” abiertas en el extranjero por el Sr. Carod Rovira, o de los “Audis” del Sr. Touriño, sin la recaudación previa del impuesto de carburantes?... por ejemplo. Y, es un decir...

Esta “rebelión de las clases medias” -que son las mayores consumistas; las que cargan con los impuestos indirectos además de sufrir el IRPF que les devuelven cuando quieren-, es parte de la respuesta al desánimo creciente ocasionado por los partidos mayoritarios, entregados el uno a su electoralismo, y el otro a no se sabe bien “qué”, mientras los nacionalismos garrulos se aparentan como poder emergente sin que nadie se atreva a pararles los pies anhelando sus votos.

La noticia de esta inicial “rebelión”, junto a la estatua del Descubridor, no se ha debido juzgar importante por el resto de los medios que no se han hecho eco de ella. Cuestión que deben agradecer los tres o cuatro lectores de esta “columneja”, ya que, de este modo, están mejor informados que los demás (por si alguien no capta con sentido del humor lo de “tres o cuatro”, que sepan que cada día son cuantiosos los “e-mails” que se reciben llamando al autor de todo menos por su nombre; es lo que se conoce como falsa humildad). Bien pudiera compararse la citada reunión con los grandes acontecimientos en la Naturaleza, que se inician de manera modesta y silenciosa. Por ejemplo, el origen de la vida humana, el fenómeno cumbre de la Creación, sucede sin que la madre se entere hasta que pasan los primeros catorce días de la fecundación, o ¿no?... piénsenlo.

Noticias relacionadas

A quienes estamos convencidos de la iniquidad intrínseca de Sánchez, no nos va a confundir la supuesta “carta de amor” de este cateto personaje a su Begoña amada, redactada de su “puño y letra” (con sus tradicionales errores y faltas gramaticales) y exceso de egolatría.

Recuerdo con nostalgia la época en la que uno terminaba sus estudios universitarios y metía de lleno la cabeza en el mundo laboral. Ya no había marchas atrás. Se terminaron para siempre esos años de universitario, nunca más ya repetibles. Las conversaciones sobre cultura, sobre política, sobre música. Los exámenes, los espacios de relajamiento en la pradera de césped recién cortado que rodeaba la Facultad, los vinos en Argüelles, las copas en Malasaña...

Tras su inicial construcción provisional, el Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, reforzado en su interior por cables de acero para así acrecentar su firmeza. Se organizó, asimismo, la denominada "franja de la muerte", formada por un foso, una alambrada, una carretera, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto