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“El ejército está constituido para defender las leyes y las instituciones, no para servir de pedestal a las tiranías.” Leandro Alem

¿Militares chavistas en el Ejército? ¡May day, may day…!

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Hace unos días, no demasiados, los españoles de a pie que todavía conservamos este espíritu de amor por nuestra patria, los que suspiramos para que se mantenga su unidad y los que vemos como, poco a poco, el materialismo, esa corriente filosófica que mantiene que “en la relación entre el pensar, el espíritu y la naturaleza, postula que la materia es lo primario y la conciencia y el pensamiento son consecuencia de ésta, a partir de un estado altamente organizado…”, se va apoderando de mayor número de nuestros conciudadanos, adictos a las nuevas corrientes relativistas, en las que el egoísmo y el desprecio por la espiritualidad se impone sobre cualquier otro sentimiento elevado; hemos tenido ocasión de comprobar como, entre nosotros, todavía tenemos personas a las que la aureola del romanticismo, el espíritu castrense y la entrega en cuerpo y alma al servicio de la patria, les impulsa a revolverse contra esta clase de individuos, esta ralea de personajes de medio pelo y grandes ínfulas de soberbia, en la que queda encuadrado este actorzuelo sin trabajo, este amigo de Fidel Castro y farandulero, este tal que es conocido como Willy Toledo, que presume de antisistema y progre, creyéndose facultado para injuriar a aquellos que no comulgan con sus opiniones ácratas, sin el menor respeto por la verdad, la decencia, la honestidad, la educación y el lenguaje comedido.

El general Monzón, retirado, en un programa “Una hora en libertad” tuvo la valentía, el arrojo un tanto obsoleto, es cierto, pero digno de admiración, de retar a Willy Toledo a un duelo. Si, señores, lo han entendido bien: un duelo, para cuya celebración le dio a escoger al deslenguado actor, el tipo de armas que se debían utilizar. Y es que, el patriota general Monzón, se sintió justamente ofendido, como nos sentimos todos los españoles que amamos a España, cuando el botarate de turno se permitió, refiriéndose a la fiesta del 12 de Octubre, pronunciarse en los siguientes términos: "me cago en el 12 de octubre", "me cago en la fiesta nacional", "me cago en la monarquía y sus monarcas", "me cago en la Virgen del Pilar y me cago en todo lo que se menea". Como es fácil suponer el aludido no se atrevió a recoger el guante que ele tiraba el general, demostrando su cobardía y poco hombría. Visto lo cual, el bravo general ha vuelto a la carga y, ahora, lo ha retado de nuevo, sólo que esta vez, al ver que no tiene lo que hace falta para enfrentarse con las armas a él, le reta a un debate democrático, en el mismo programa desde que lanzó su primer desafío.

Sin embargo, señores, esta anécdota en la que queda demostrado el patriotismo de nuestros militares, puede que no sea suficiente para contrarrestar una noticia, que hoy ha salido en la prensa, en la que se desvela el fichaje del general retirado, José Julio Rodriguez, por el grupo de Pablo Iglesias, el grupo importado del comunismo bolivariano de Venezuela, amparado y protegido por el dictador Maduro y que está integrado por una serie de presuntos “intelectuales” que han intentado convertir a España en un satélite nuevo del comunismo indigenista, que hoy está tan en boga en algunas naciones de Sudamérica. Lo peor es que no se trata de un suboficial del ejército (algo que tampoco se entendería), sino que estamos hablando de un general del Ejército del Aire, un señor que ostentó el cargo de Jefe del Estado Mayor de la Defensa durante los años 2008 a 2011, durante el gobierno socialista del señor Rodríguez Zapatero, apoyado por la entonces ministra de Defensa, la señora Carmen Chacón.

Un militar que, por otra parte, tiene una brillante hoja de servicio y que se le considera muy bien preparado técnicamente. Lo que ocurre es que muchos, muchísimos españoles, que vemos con honda preocupación el deterioro de la política en España, que observamos el avance de corrientes políticas antisistema, ácratas, de orientación rupturista con todo orden, ley, organización económica, unidad de la nación, relaciones internacionales y leyes de mercado; no podemos sustraernos a la idea de que, si hay quien puede parar esta deriva, cuando el resto de defensas del Estado de Derecho puedan fallar ( y es muy posible que esto ocurriera si, los partidos constitucionalistas, no dejan a un lado sus intereses propios para unirse en la lucha contra el separatismo) es, sin duda alguna, el Ejército de España bajo la directa dependencia del Jefe de Estado, en este caso, SM Felipe VI.

No olvidemos que, una gran parte de los integrantes de nuestro ejército, son inmigrantes que se han enrolado en el mismo como un modus vivendi; un medio para aprender un oficio y para poder atender a sus necesidades familiares. Yo lo podría describir como una especie de Legión extranjera, pero muy lejos del espíritu de este cuerpo de élite, de su reconocida disciplina y de su demostrada eficacia en el campo de batalla. Lo del general Rodríguez nos hace recordar demasiado el disgusto imperante, en el ejército de la segunda República española, por los escasos emolumentos que recibían y a causa de la labor de zapa de Azaña, antimilitarista, que fomento la creación de la división de la milicia, procurando la adhesión de los militares adictos a la UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista), de izquierdas, enfrentada a la UME red de jefes y oficiales organizada por la derecha monárquica. De aquellos polvos se puede decir que surgieron, más tarde, las bases de lo que fue la Guerra Civil española.

Que un militar del prestigio del general Rodríguez se haya prestado, haya cedido o haya caído en las redes del populismo de Podemos, no se puede decir que sea una buena noticia. Un general que había prometido ( no quiso jurar) respetar la Constitución española u la unidad de España, que ahora se preste a “reconocimiento constitucional de la naturaleza plurinacional de España” como propone Podemos o que los gobierno autonómicos tengan capacidad de celebrar consultas para que la ciudadanía decida sobre “ el encaje territorial del país” algo que, evidentemente, podría conducir a un caos en el que, cada autonomía o entidad de menor rango territorial, podría establecer sus propias normas y decidir sus obligaciones, dejando al poder central desprovisto de cualquier autoridad sobre ellas. El señor Rodríguez, ya no está en activo, pero sigue siendo un militar y, como tal, debería de haber medido las consecuencias que, para España y su futuro, podrían tener el que Podemos alcanzara la gobernabilidad y aplicara la serie de proyectos totalitarios y medidas sociales y económicas que ha ido anunciando ( hay que decir que, cada vez es más difícil saber, en definitiva, cuales serán ya que, como ocurrió en el caso de Siriza, en Grecia, han ido rectificando cada vez que han visto que se salían de madre y esto les ha llevado a perder la iniciativa que, hace apenas unos meses, amenazaba con darles una mayoría electoral en los próximos comicios del 20D)

Ha sido un aviso para navegantes que convendría que el Gobierno no dejara en saco roto. Tenemos muchos contenciosos en España, el caso catalán no se sabe como puede acabar y las propuestas de desintegración de España cada vez parece que amenazan más la unidad de la nación. Los ciudadanos no tenemos medios, al menos no los suficientemente creíbles, para saber lo que se cuece en el seno de nuestro Ejército y esto puede que nos cree una cierta susceptibilidad, cuando se produce una deserción como la del general Rodríguez, que nos pudiera hacer pensar que, militares como él, pero en activo, pudieran estar minando la moral de la tropa, destruyendo el sentimiento de amor a la patria, de su obligación de garantes de su unidad y defensores a ultranza de la Constitución, bajo el mando del Jefe del Estado, que todos pensamos que existe en nuestro Ejército.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos con gran preocupación que, contrariamente a lo que todos pensábamos, en nuestra milicia existen topos que, en un momento determinado, pudieran volverse contra el orden establecido apoyando a propuestas políticas, que sólo pueden ser las causantes de la destrucción de nuestro sistema democrático de gobierno, para ayudar a implantar en nuestra tierra una fórmula, como la promocionada por Podemos, basada en el comunismo bolivariano importado de Venezuela cuyos efectos, hasta para los menos espabilados de nuestro país, es evidente que sólo conducen a la quiebra institucional y a la dictadura leninista.

¿Militares chavistas en el Ejército? ¡May day, may day…!

“El ejército está constituido para defender las leyes y las instituciones, no para servir de pedestal a las tiranías.” Leandro Alem
Miguel Massanet
viernes, 6 de noviembre de 2015, 06:34 h (CET)
Hace unos días, no demasiados, los españoles de a pie que todavía conservamos este espíritu de amor por nuestra patria, los que suspiramos para que se mantenga su unidad y los que vemos como, poco a poco, el materialismo, esa corriente filosófica que mantiene que “en la relación entre el pensar, el espíritu y la naturaleza, postula que la materia es lo primario y la conciencia y el pensamiento son consecuencia de ésta, a partir de un estado altamente organizado…”, se va apoderando de mayor número de nuestros conciudadanos, adictos a las nuevas corrientes relativistas, en las que el egoísmo y el desprecio por la espiritualidad se impone sobre cualquier otro sentimiento elevado; hemos tenido ocasión de comprobar como, entre nosotros, todavía tenemos personas a las que la aureola del romanticismo, el espíritu castrense y la entrega en cuerpo y alma al servicio de la patria, les impulsa a revolverse contra esta clase de individuos, esta ralea de personajes de medio pelo y grandes ínfulas de soberbia, en la que queda encuadrado este actorzuelo sin trabajo, este amigo de Fidel Castro y farandulero, este tal que es conocido como Willy Toledo, que presume de antisistema y progre, creyéndose facultado para injuriar a aquellos que no comulgan con sus opiniones ácratas, sin el menor respeto por la verdad, la decencia, la honestidad, la educación y el lenguaje comedido.

El general Monzón, retirado, en un programa “Una hora en libertad” tuvo la valentía, el arrojo un tanto obsoleto, es cierto, pero digno de admiración, de retar a Willy Toledo a un duelo. Si, señores, lo han entendido bien: un duelo, para cuya celebración le dio a escoger al deslenguado actor, el tipo de armas que se debían utilizar. Y es que, el patriota general Monzón, se sintió justamente ofendido, como nos sentimos todos los españoles que amamos a España, cuando el botarate de turno se permitió, refiriéndose a la fiesta del 12 de Octubre, pronunciarse en los siguientes términos: "me cago en el 12 de octubre", "me cago en la fiesta nacional", "me cago en la monarquía y sus monarcas", "me cago en la Virgen del Pilar y me cago en todo lo que se menea". Como es fácil suponer el aludido no se atrevió a recoger el guante que ele tiraba el general, demostrando su cobardía y poco hombría. Visto lo cual, el bravo general ha vuelto a la carga y, ahora, lo ha retado de nuevo, sólo que esta vez, al ver que no tiene lo que hace falta para enfrentarse con las armas a él, le reta a un debate democrático, en el mismo programa desde que lanzó su primer desafío.

Sin embargo, señores, esta anécdota en la que queda demostrado el patriotismo de nuestros militares, puede que no sea suficiente para contrarrestar una noticia, que hoy ha salido en la prensa, en la que se desvela el fichaje del general retirado, José Julio Rodriguez, por el grupo de Pablo Iglesias, el grupo importado del comunismo bolivariano de Venezuela, amparado y protegido por el dictador Maduro y que está integrado por una serie de presuntos “intelectuales” que han intentado convertir a España en un satélite nuevo del comunismo indigenista, que hoy está tan en boga en algunas naciones de Sudamérica. Lo peor es que no se trata de un suboficial del ejército (algo que tampoco se entendería), sino que estamos hablando de un general del Ejército del Aire, un señor que ostentó el cargo de Jefe del Estado Mayor de la Defensa durante los años 2008 a 2011, durante el gobierno socialista del señor Rodríguez Zapatero, apoyado por la entonces ministra de Defensa, la señora Carmen Chacón.

Un militar que, por otra parte, tiene una brillante hoja de servicio y que se le considera muy bien preparado técnicamente. Lo que ocurre es que muchos, muchísimos españoles, que vemos con honda preocupación el deterioro de la política en España, que observamos el avance de corrientes políticas antisistema, ácratas, de orientación rupturista con todo orden, ley, organización económica, unidad de la nación, relaciones internacionales y leyes de mercado; no podemos sustraernos a la idea de que, si hay quien puede parar esta deriva, cuando el resto de defensas del Estado de Derecho puedan fallar ( y es muy posible que esto ocurriera si, los partidos constitucionalistas, no dejan a un lado sus intereses propios para unirse en la lucha contra el separatismo) es, sin duda alguna, el Ejército de España bajo la directa dependencia del Jefe de Estado, en este caso, SM Felipe VI.

No olvidemos que, una gran parte de los integrantes de nuestro ejército, son inmigrantes que se han enrolado en el mismo como un modus vivendi; un medio para aprender un oficio y para poder atender a sus necesidades familiares. Yo lo podría describir como una especie de Legión extranjera, pero muy lejos del espíritu de este cuerpo de élite, de su reconocida disciplina y de su demostrada eficacia en el campo de batalla. Lo del general Rodríguez nos hace recordar demasiado el disgusto imperante, en el ejército de la segunda República española, por los escasos emolumentos que recibían y a causa de la labor de zapa de Azaña, antimilitarista, que fomento la creación de la división de la milicia, procurando la adhesión de los militares adictos a la UMRA (Unión Militar Republicana Antifascista), de izquierdas, enfrentada a la UME red de jefes y oficiales organizada por la derecha monárquica. De aquellos polvos se puede decir que surgieron, más tarde, las bases de lo que fue la Guerra Civil española.

Que un militar del prestigio del general Rodríguez se haya prestado, haya cedido o haya caído en las redes del populismo de Podemos, no se puede decir que sea una buena noticia. Un general que había prometido ( no quiso jurar) respetar la Constitución española u la unidad de España, que ahora se preste a “reconocimiento constitucional de la naturaleza plurinacional de España” como propone Podemos o que los gobierno autonómicos tengan capacidad de celebrar consultas para que la ciudadanía decida sobre “ el encaje territorial del país” algo que, evidentemente, podría conducir a un caos en el que, cada autonomía o entidad de menor rango territorial, podría establecer sus propias normas y decidir sus obligaciones, dejando al poder central desprovisto de cualquier autoridad sobre ellas. El señor Rodríguez, ya no está en activo, pero sigue siendo un militar y, como tal, debería de haber medido las consecuencias que, para España y su futuro, podrían tener el que Podemos alcanzara la gobernabilidad y aplicara la serie de proyectos totalitarios y medidas sociales y económicas que ha ido anunciando ( hay que decir que, cada vez es más difícil saber, en definitiva, cuales serán ya que, como ocurrió en el caso de Siriza, en Grecia, han ido rectificando cada vez que han visto que se salían de madre y esto les ha llevado a perder la iniciativa que, hace apenas unos meses, amenazaba con darles una mayoría electoral en los próximos comicios del 20D)

Ha sido un aviso para navegantes que convendría que el Gobierno no dejara en saco roto. Tenemos muchos contenciosos en España, el caso catalán no se sabe como puede acabar y las propuestas de desintegración de España cada vez parece que amenazan más la unidad de la nación. Los ciudadanos no tenemos medios, al menos no los suficientemente creíbles, para saber lo que se cuece en el seno de nuestro Ejército y esto puede que nos cree una cierta susceptibilidad, cuando se produce una deserción como la del general Rodríguez, que nos pudiera hacer pensar que, militares como él, pero en activo, pudieran estar minando la moral de la tropa, destruyendo el sentimiento de amor a la patria, de su obligación de garantes de su unidad y defensores a ultranza de la Constitución, bajo el mando del Jefe del Estado, que todos pensamos que existe en nuestro Ejército.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos con gran preocupación que, contrariamente a lo que todos pensábamos, en nuestra milicia existen topos que, en un momento determinado, pudieran volverse contra el orden establecido apoyando a propuestas políticas, que sólo pueden ser las causantes de la destrucción de nuestro sistema democrático de gobierno, para ayudar a implantar en nuestra tierra una fórmula, como la promocionada por Podemos, basada en el comunismo bolivariano importado de Venezuela cuyos efectos, hasta para los menos espabilados de nuestro país, es evidente que sólo conducen a la quiebra institucional y a la dictadura leninista.

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