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Su mirada ya gris,
sus huesos trabajados,
su colita moviendo
por estar a mi lado.
Ese es mi perro...
Compañero de vida,
confidente de secretos,
consejero de esta cautiva
de sus encantos de perro.
Te quiero, perro,
lucharé por los que son perros,
porque lleven vida digna
y no vida de basurero.
Valen más que muchos hombres
pues dan alegrías y paz,
te entretienen y la vida,
se te pasa dejando en ti
un buen sabor de boca:
...Conocí el amor de un perro,
aquel que no llegué a conocer
en ningún hombre.
-Mil gracias, perro.
Hojas de colores, variopintos sabores, bolsos sin dinero, discos de vinilo, cassettes en el coche, el Renault Dacia Logan que pude comprarme... Oyen que a velocidad se acerca otro coche por la carretera, entre luces y sombras y no es un coche barato...
“Yo nací entre los hombres, y entre las mujeres. Entre los humanos. Pero no me sentía como ellos. Sabía que existía algo superior a todo lo que veía. Un día hallé esta historia, la historia más ocultada, deformada, falseada y burlada -y a la vez la más colosalmente hermosa y violenta- que ha existido en esta tierra. La historia de los animales sometidos y esclavizados por los humanos en las sociedades modernas y antiguas. Entonces supe quién era entre todos ellos, qué tenía que decir, y qué hacer. Y comencé por detallar los holocaustos.
Editorial Leviatán, de Buenos Aires, publicó recientemente una nueva entrega del autor local, que se suma a la extensa trayectoria en el género que acredita Revagliatti desde su inicial Obras completas en verso hasta acá, de 1988. Uno de los poetas argentinos más originales, de más vasta producción y más traducido a otras lenguas de la generación de los 80.
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