Según la Wikipedia, la palabra competencia tiene dos grandes vertientes: por un lado, hace referencia al enfrentamiento o a la contienda. En el mismo sentido, se refiere a la rivalidad entre aquellos que pretenden acceder a lo mismo. E incompetencia: la Incapacidad para resolver con eficacia algo. En la selva, cuando un animal pierde su competencia por cualquier causa, viene otro y se lo come. En la empresa privada ocurre lo mismo: tanto el empresario como el trabajador deben de ser competentes, de lo contrario la selva (la sociedad), los devora.
Por duro que parezca, este es el orden de las cosas: la competencia es lo que nos mantiene despiertos. Solo existe un ámbito en donde la competencia se castiga y se premia al inútil: en el Gobierno. Luego, la competencia aquí sería: la capacidad de mantener el puesto a cualquier precio.
Bien, como ejemplos pondré el caso del coronel Pérez de los Cobos y el de Alberto Garzón. Dijo la prensa en su día:” La Audiencia concluye que Marlaska cesó a Pérez de los Cobos "por cumplir con lo que la ley y el mandato judicial ordenaban". Si tenemos en cuenta el ejemplo anterior, no hay que ser un fiera para sospechar que Garzón está presionado por el Gobierno para que sea punta de lanza para sus experimentos. Y que, una vez se ven los resultados, éste se desmarca públicamente dejando a Garzón con el trasero al aire, aunque conservando la confianza del Gobierno. Extremo por el que no pasó el coronel Pérez de los Cobos...
|