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Wolsvagen y el planeta Tierra

José Enrique Centén
sábado, 26 de septiembre de 2015, 07:42 h (CET)
El capitalismo siempre ha sido explotador y defraudador, a sus empleados, clientes y al fisco de las naciones en general, desde el momento que grandes fortunas conseguidas al amparo de sus empresas se ocultan en paraísos fiscales en la medida que todos ellos crearon filiales o franquicias con nombres distintos, ese es lo que pasa ahora con Wolsvagen con sus franquicias Seat, Skoda, Audi, Porsche, pero también engañaron o se dejaron engañar otras marcas y fabricantes, solo en Europa afecta a más de 11 millones de vehículos. Pero no solamente defrauda, engaña a la Humanidad por la manipulación en la emisión de partículas de CO2 que a corto plazo produce irritación oculares y aérea, terminando con síntomas respiratorios y finalmente, en algunos casos, la muerte. Pero a largo plazo estas emisiones de CO2 agrandarán aún más el agujero de ozono sobre la Tierra y son los causantes del calentamiento de ella, los gobiernos no actuarán contra Wolsvagen, lo harán los usuarios, al estar estos gobiernos en gran medida atados por las inversiones capitalistas, una muestra de ello está en la prensa nacional y mundial de estos días, solo les preocupa la caída de la bolsa. Los bancos, a su vez inversores en todos, echarán tierra encima para que solo paguen unas multas irrisorias a los afectados o el cambio de motor, no les preocupa lo más mínimo la Humanidad. Por ello debería de intervenir la ONU a través de sus organismos como, OMS (Organización Mundial de la Salud), OMM (Organización Meteorológica Mundial) y el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), pensando en su independencia.

Hay que ser consciente de este fraude a la Humanidad, ha sido descubierto posiblemente por otro monstruo del capital en esas guerras soterradas que tiene los distintos capitalistas para suprimirse mutuamente, al haber sido creados y controlados los conocimientos técnicos y científicos por unos pocos, como explicaba Radovan Richta y colaboradores en 1967 de la Academia de la Ciencia en Praga en el documento “La civilización en la encrucijada: efectos sociales y humanos de la revolución científica y técnica”.

El capitalismo aun siendo ejercido por personas, difícilmente se puede entender que sean del género humano, según Hegel “en todo lo humano es el pensar, el pensamiento, lo activo. También al animal vive, comparte con el hombre necesidades, sensaciones etc… Pero el hombre debe de distinguirse del animal, tiene que ser esta sensibilidad humana, no animal; es decir tiene que darse el pensamiento en ella. El animal tiene sentimientos sensibles, deseos, etc., pero no tiene religión, ni ciencia, ni arte, ni fantasías; en todo esto existe el pensamiento activamente”1.

Defino a estos elementos de la jerarquía capitalista como un género distinto al animal y humano, un tercer género, al tener solo un pensamiento único, el enriquecimiento, hay que desconfiar por principio sobre estos capitalistas por mucho que divulguen su interés por el progreso y en el avance de la humanidad, podríamos aplicar la frase de Descartes “Arquímedes para levantar la tierra y transportarla a otro lugar, pedía solo un punto de apoyo firme e inmóvil; también tendré yo derecho a concebir grandes esperanzas si tengo la fortuna de hallar sólo una cosa que sea cierta e indudable”.

1.- “Introducción a la historia de la filosofía”, G.W.F. Hegel, 2010 Prisa Innova SL, páginas 24, 25.

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Los legisladores actuales se han acostumbrado, de una forma que yo llamaría indecente, a lo que se le ocurre (sea lo que sea) a alguno de esos personajes (masculinos, femeninos y neutros) de la rampante y vulgar moda de los pijos progres. Estamos observando en los últimos tiempos que el legislador actual se entromete en ámbitos privados sin ningún recato, creando normas para regular los modelos que necesita para la promoción de su disparatada ideología.

En medio de la escalada del aluvión de desastres climáticos que nos acorralan y de los incesantes conflictos que nos persiguen, defender los valores humanos y la ética humanitaria, es una de las más urgentes necesidades del momento. Hoy más que nunca precisamos reponernos, trabajar en los valores interiores de cada cual, para encontrar el reposo necesario y la primordial quietud que generan las razones de la esperanza, que todos nos merecemos por el mismo hecho de nacer.

Ni teléfono ni internet, lo justo para sentirse desnortado y pensar en otras posibilidades. Al abrir la ventana escuché a varias personas que llevaban un transistor en la mano, pegado al oído como aquel fatídico 23F o las tardes de domingo para conocer los resultados del fútbol. Decidí no esperar más y pensé dónde podía estar alguno de los dos transistores que tenía en otra época. No tardé en encontrarlos y, tras poner pilas nuevas, resulta que funcionaban como el primer día.

 
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