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Formación digital

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El uso de Internet y las nuevas tecnologías multimedia en las aulas es indudablemente, provechoso ya que, si se utilizan bien, mejoran la calidad del aprendizaje. Actualmente, los cursos MOOC gratuitos que hacen posible el aprendizaje a distancia son también un recurso más, puesto a disposición de cualquier persona que quiera aprender, y se puede acceder a las plataformas virtuales en cualquier lugar de nuestro planeta.

Por supuesto, existe la formación reglada presencial, y la que es a distancia. Pero en la era digital, en la que ya estamos, desde hace un cierto número de años, se ponen a disposición de todos muchos modos de formación adaptados a distintos estilos de aprendizaje, y a diferentes ritmos de estudio.

La existencia de la formación no reglada, también tiene su espacio en la red. Y aunque las jóvenes generaciones, ya son nativos digitales, me parece que, de modo general, necesitan una formación mayor, en lo que se puede denominar, metodologías o procesos de investigación. Sobre todo en la enseñanza media, antes de llegar a la Universidad.

Por ejemplo, potenciar la didáctica de la expresión escrita correcta, y que los estudiantes tengan mayor facilidad para escribir de modo argumentativo y descriptivo, y de forma coherente.

Si bien es evidente que esto se logra a través, sobre todo, del hábito de la lectura. Y por desgracia, hoy en día con los celulares y con las tabletas electrónicas, etc., muchos, aunque no todos, están perdiendo la capacidad de mantener la atención, en periodos de tiempo prolongados.

Y esto se nota, claramente, en los problemas que tienen muchos adolescentes en ponerse a escribir sobre un tema, ya que encuentran dificultades para elegir las palabras apropiadas, en función de lo que quieren expresar.

Por lo tanto, el uso de las nuevas tecnologías no es la panacea en el aprendizaje, aunque pueden ser muy útiles e imprescindibles, tanto en el presente como en el futuro. Simultáneamente, habría que lograr que los estudiantes dominaran mucho más las técnicas de estudio fundamentales. Ya que son sencillas y no son difíciles de aprender, si se pone interés.

El autoaprendizaje es otro de los retos que todas las personas deberían incorporar, a mi juicio, en su bagaje de habilidades. Los profesores cada vez más, deben ser más bien orientadores del proceso de enseñanza, y solucionar dudas, establecer objetivos, informar sobre procedimientos, evaluar conocimientos, etc.

Pero una de las premisas fundamentales, tanto de la formación virtual como de la presencial es la motivación y el interés por saber. Sin curiosidad es difícil que exista un claro deseo de aprender.

Otra, y de la misma importancia, o mayor, es la tenacidad, la perseverancia en el estudio. Es lo que se denomina la cultura del esfuerzo, para el logro de un rendimiento académico adecuado.

Además, la docencia virtual puede entenderse, perfectamente, como complementaria de la presencial. Ya que ambas buscan, entre otras cosas, aumentar la capacidad de pensar, entender, reflexionar, analizar, comentar, criticar, discutir, etc., de cada sujeto. En definitiva, lo que pretenden también es mejorar la calidad de la enseñanza impartida.

El uso de la formación digital abre un campo inmenso para las personas que quieran ampliar o profundizar sus conocimientos, en cualquier lugar, y a cualquier hora desde el ordenador. La utilidad del correo electrónico para enviar escritos, información, conocimientos, correcciones, etc., es enorme.

Formación digital

José Manuel López García
martes, 4 de agosto de 2015, 09:18 h (CET)
El uso de Internet y las nuevas tecnologías multimedia en las aulas es indudablemente, provechoso ya que, si se utilizan bien, mejoran la calidad del aprendizaje. Actualmente, los cursos MOOC gratuitos que hacen posible el aprendizaje a distancia son también un recurso más, puesto a disposición de cualquier persona que quiera aprender, y se puede acceder a las plataformas virtuales en cualquier lugar de nuestro planeta.

Por supuesto, existe la formación reglada presencial, y la que es a distancia. Pero en la era digital, en la que ya estamos, desde hace un cierto número de años, se ponen a disposición de todos muchos modos de formación adaptados a distintos estilos de aprendizaje, y a diferentes ritmos de estudio.

La existencia de la formación no reglada, también tiene su espacio en la red. Y aunque las jóvenes generaciones, ya son nativos digitales, me parece que, de modo general, necesitan una formación mayor, en lo que se puede denominar, metodologías o procesos de investigación. Sobre todo en la enseñanza media, antes de llegar a la Universidad.

Por ejemplo, potenciar la didáctica de la expresión escrita correcta, y que los estudiantes tengan mayor facilidad para escribir de modo argumentativo y descriptivo, y de forma coherente.

Si bien es evidente que esto se logra a través, sobre todo, del hábito de la lectura. Y por desgracia, hoy en día con los celulares y con las tabletas electrónicas, etc., muchos, aunque no todos, están perdiendo la capacidad de mantener la atención, en periodos de tiempo prolongados.

Y esto se nota, claramente, en los problemas que tienen muchos adolescentes en ponerse a escribir sobre un tema, ya que encuentran dificultades para elegir las palabras apropiadas, en función de lo que quieren expresar.

Por lo tanto, el uso de las nuevas tecnologías no es la panacea en el aprendizaje, aunque pueden ser muy útiles e imprescindibles, tanto en el presente como en el futuro. Simultáneamente, habría que lograr que los estudiantes dominaran mucho más las técnicas de estudio fundamentales. Ya que son sencillas y no son difíciles de aprender, si se pone interés.

El autoaprendizaje es otro de los retos que todas las personas deberían incorporar, a mi juicio, en su bagaje de habilidades. Los profesores cada vez más, deben ser más bien orientadores del proceso de enseñanza, y solucionar dudas, establecer objetivos, informar sobre procedimientos, evaluar conocimientos, etc.

Pero una de las premisas fundamentales, tanto de la formación virtual como de la presencial es la motivación y el interés por saber. Sin curiosidad es difícil que exista un claro deseo de aprender.

Otra, y de la misma importancia, o mayor, es la tenacidad, la perseverancia en el estudio. Es lo que se denomina la cultura del esfuerzo, para el logro de un rendimiento académico adecuado.

Además, la docencia virtual puede entenderse, perfectamente, como complementaria de la presencial. Ya que ambas buscan, entre otras cosas, aumentar la capacidad de pensar, entender, reflexionar, analizar, comentar, criticar, discutir, etc., de cada sujeto. En definitiva, lo que pretenden también es mejorar la calidad de la enseñanza impartida.

El uso de la formación digital abre un campo inmenso para las personas que quieran ampliar o profundizar sus conocimientos, en cualquier lugar, y a cualquier hora desde el ordenador. La utilidad del correo electrónico para enviar escritos, información, conocimientos, correcciones, etc., es enorme.

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