La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido en un informe que las
muertes por enfermedades relacionadas con el cambio climático van a aumentar en
los próximos años.
De cada 250.000 defunciones, la OMS prevé que 38.000 serán por exposición de
personas ancianas al calor, 48.000 por diarrea, 60.000 por malaria y 95.000 por
desnutrición.
"Muchas de las enfermedades más mortíferas, como las diarreas, la malnutrición,
la malaria y el dengue, son muy sensibles al clima y es de prever que se agravarán
con el cambio climático. Las zonas con malas infraestructuras sanitarias que se hallan
en su mayoría en los países en desarrollo serán las menos capacitadas para prepararse
ante esos cambios y responder a ellos si no reciben ayuda", subrayó la OMS.
En los últimos 25 años, el cambio en el calentamiento mundial se ha acelerado.
Los expertos calculan que en cien años el mundo se ha calentado aproximadamente 0,75
grados centígrados, mientras que, actualmente, la cifra aumenta una media de 0,18
grados por década.
Además, los efectos de este fenómeno son devastadores, incluidos aquellos
relacionados con la salud pública, ya que involucra una serie de aspectos que ponen
en riesgo la salud mundial.
"Con el cambio climático la oferta hídrica se modifica completamente y el agua es
la fuente primaria de la vida. Esto, a su vez, amenaza la oferta de alimentos y modifica
la tierra, generando población de desplazados, lo que implica una demanda alta de
recursos económicos. Este cambio climático es irreversible y se suma un problema más:
los recursos son finitos y la población crece rápido", explica el docente de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Antioquia Alfredo Gómez.
AUMENTO DE LOS PROBLEMAS RESPIRATORIOS
Según la OMS, las temperaturas altas también incrementan las cantidades de ozono y
de otros contaminantes del aire que agravan el sistema respiratorio. "Los niveles de
polen y otros causantes de alergias también son mayores en caso de calor extremo.
Éstos pueden provocar asma, una dolencia que afecta a unos 300 millones de personas".
Igualmente, de acuerdo con el doctor Jorge Mario Villa, los cambios de estación
"pueden favorecer los trastornos respiratorios en quienes no los tienen". Además,
indica, también existe una "mayor susceptibilidad a la transmisión de enfermedades
virales como la H1N1, desarrollar alergias a las altas o bajas temperaturas".
Asimismo, los pacientes con enfermedades como la fibromialgia también se ven
afectados por el cambio climático, dado que a causa de la humedad del vapor de agua,
el aire se vuelve más denso y movilizarse requiere mayor esfuerzo.
El desprendimiento de las capas de ozono provoca, a su vez, problemas visuales de la
retina, dado que los rayos ultravioleta, al no filtrarse, producen lesiones oculares. "Estos
daños son irreversibles dependiendo de la exposición que haya tenido cada
persona", indica Villa.
Adicionalmente, cuando el agua escasea, su consumo resulta más peligroso dado que
hay que buscar otras fuentes y, muchas veces, el líquido está contaminado con químicos
o insecticidas. Por esa razón, existe una mayor proliferación de virus o enfermedades
bacterianas "así como las de origen parasitario o virales como hepatitis, sobretodo, la A",
concluye el doctor .