Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Carta al director

Gays y PP

Leónidas Tamarit (Madrid)
Redacción
martes, 11 de diciembre de 2007, 09:25 h (CET)
Leo en El Diario "El Mundo" (6-12-07), un artículo de Raúl del Pozo. Afirma: "es raro que los del PP (…) tengan aún mojigaterías contra el movimiento gay". Termina advirtiéndoles que "un boicot de homosexuales quebrantaría una mayoría de Gobierno".

Sr. Del Pozo, nada tiene que ver con la mojigatería, la aceptación o el rechazo del homosexual, quizá más acentuado en la historia de la izquierda ( la Cuba comunista llegó, incluso, a recluirlos en campos de concentración) , aunque ahora a Zapatero le interese arañar esos votos. Los homosexuales me merecen respeto, como toda persona; pero eso no me impide manifestar mi pensamiento. ¿Son demasiados los homosexuales? En Estados Unidos, y también aquí, no llegan al 3%, y apenas si llegan al 1% los que permanecen. Si no lo dijeran las estadísticas, bastaría con abrir los ojos. ¿ De dónde sacó el gobierno actual lo del 10 % y de dónde lo sacan los interesados? Se basan en un estudio publicado en 1948 sin rigor científico, y desfasado ya, de Alfred C. Kinsey (especialista en insectos) con una idea previa de cambiar los valores morales de la sociedad. De su estudio sobre una muestra sesgada, con demasiados presos y gente en tratamiento, Kinsey sacó esta conclusión: "el 10% de los hombres fue más o menos homosexual durante al menos 3 años de su vida entre los 16 y los 55 años, pero sólo el 4% seguían después de la adolescencia". En estudios recientes realizados en Estados Unidos, en Canadá y en diversos países de Europa, incluido España, apenas llegan al 3% los homosexuales y no suelen llegar ni al 1% los que permanecen. La tendencia homosexualidad no es innata, sino adquirida por causas a veces ajenas a la voluntad del sujeto (suele haber una herida muy honda detrás, o la influencia de amigos). Los homosexuales merecen nuestra comprensión y son, en otras facetas de su personalidad, exactamente iguales a los heterosexuales. Los que pedimos que no se discrimine a nadie por su tendencia sexual, pedimos que se respete, también, la institución matrimonial; exigimos que no se confunda el matrimonio con estereotipos que le son ajenos, tan dispares. La perversión del lenguaje acarrea una burla a la verdad de las cosas y no es un favor para nadie. Yo le pido al PP que sepa que muchos de sus votantes se sentirían engañados y empezarían a mirar al PP como los seguidores, a paso lento, del socialismo zapateril, si no cumple sus promesas hechas tras la manifestación de la Familia (2005) organizada por el Foro de la Familia, a la que secundó con su presencia encabezando la segunda fila. ¿ Lo recuerdan? ¿ Estuvieron allí e hicieron su promesa por convencimiento, o por conveniencia del momento?

Noticias relacionadas

Hay noticias que rayan el insulto y el desprecio hacia quienes se dirigen. Que son asumidas como una verdad irrefutable y que en ese globo sonda enviado no tiene la menor respuesta indignada de quienes las reciben. El problema, por tanto, no es la noticia en sí, sino la palpable realidad de que han convertido al ciudadano en un tipo pusilánime. En un mendigo de migajas a quien los grandes poderes han decidido convertirle, toda su vida, en un esclavo del trabajo.

La sociedad española respira hoy un aire denso, cargado de indignación y desencanto. La sucesión de escándalos de corrupción que salpican al partido en el Gobierno, el PSOE, y a su propia estructura ejecutiva, investigados por la Guardia Civil, no son solo casos aislados como nos dicen los voceros autorizados. Son síntomas de una patología profunda que corroe la confianza ciudadana.

Frente a las amenazas del poder, siempre funcionaron los contrapesos. Hacen posible la libertad individual, que es la única real, aunque veces no seamos conscientes de la misma, pues se trata de una condición, como la salud, que solo se valora cuando se pierde. Los tiranos, o aspirantes a serlo, persiguen siempre el objetivo de concentrar todos los poderes. Para evitar que lo logren, están los contrapesos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto