Escalofriante: Según un estudio publicado en el prestigioso noticiario The Lancet, en la India se mata cada año a casi medio millón niñas mediante el aborto. Si es niña o no, lo saben por los exámenes de ultrasonido al principio del embarazo. ¡Terrible!: la cultura de la muerte se ha difundido por la Tierra y los bebés no están seguros ni en el nido natural del vientre materno. No sólo eso: en la India, a las bebés niñas no queridas, las asesinan por asfixia, ahogo, envenenamiento, o quemándolas vivas en recipientes sucios sellados. A este holocausto le llama la periodista india Gita Aravamudhan, «un crimen organizado». En China sucede otro tanto, pero impuesto por el gobierno comunista, ateo, que, por no creer en Dios ni respetar su nombre, tampoco respeta los derechos del hombre. A las familias les permiten un hijo, y dos si viven en zona rural. Como allí, culturalmente, se da más importancia al varón, en espera del niño se asesina a las niñas antes de nacer o recién nacidas, o las abandonan, presionadas como están las mujeres embarazadas por un gobierno que las persigue. Si en Occidente no luchamos contra el crimen nefando del aborto, no lejos podremos llegar a lo mismo. ¡Qué digo! ¡Pero si ya hemos llegado…! En España somos el escándalo de Europa: en algunas clínicas españolas se atreven a matar fetos grandes por tres mil euros, y tenemos un índice oficial de abortos, de cien mil al año. La matanza de niños, nonatos o nacidos, es la mayor degradación moral que pensarse pueda, y, cualquiera que sea su edad, clama venganza al Cielo.

Considero las palabras de Manuel Cruz, Presidente de Fundación Vida: "hoy se habla mucho de la mujer, pero no se valora la maternidad, ni se les tiende la mano con ayudas sociales a quienes han solicitado un aborto".