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Miembros y miembras

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La política es pose, apariencia, es una foto detrás de una cinta de inauguración. Es vanidad, artificio; es voz impostada, palabra hueca. La política es un gesto de cara a la galería, es una sonrisa y una imagen para los seguidores.

Y todo ello, toda esa falsedad, toda ese truco, esas artimañas, van encaminada a deslumbrarnos y conseguir nuestro voto. Todo lo demás debe someterse a ello. Incluso la realidad. Incluso el lenguaje. Todo es utilizable, manipulable, para conseguir el resultado apetecido. El neolenguaje, Orwell, 1984.

Así la amnistía fiscal que hoy ha reconocido el despiste del gobierno se enmascara bajo el engaño verbal que apetezca, que venga bien o que pille más a mano del político con micrófono. Y si hay que destrozar el lenguaje para mantenerse en sus trece se le destroza. Aunque se trate del castellano, de “la más hermosa lengua que vieron los siglos”. Payasos baratos, demagogos de barrio.

Vuelve el PSOE por donde solía. “Miembras” ha dicho el que pretende regir la vida de España a partir de noviembre próximo. Y disimula el desliz, el error, la traición de subconsciente progre diciendo que era un juego, una bromita. Chabacano, barriobajero. Todo sea, incluso provocar la risa del ciudadano, por mantener el neolenguaje oficial de la hipócrita progresía. Se supone que si usamos este invento nos convertimos automática e inevitablemente en feministas, aunque al llegar a casa esclavicemos a “la propia” a base de “traeme las zapatillas que estoy muy cansado”. Feministas de salón. Fantoches de micrófono.

Son personajes fatuos, artificiosos, hueros, a los que no importan los medios con tal de alcanzar su fin. Todo vale, incluso manipular la inteligencia del votante que cree que Belén Esteban es una heroína, que Kiko Rivera y sus pantojos son seres humanos dotados de inteligencia, votantes mediocres que confunden el sentido común con los estereotipos más zafios e inteligencia con barriobajez emocional . Pero cuyo voto vale tanto como el de cualquier científico, investigador o lingüista.

Miembros y miembras, váyanse a paseo, respeten el castellano y dejen de manipular la memez emocional de aquellos votantes que no tienen dos dedos de frente. La política es una tarea mucho más seria que ustedes. Háganse a un lado.

Miembros y miembras

Pedro de Hoyos
miércoles, 22 de abril de 2015, 23:32 h (CET)
La política es pose, apariencia, es una foto detrás de una cinta de inauguración. Es vanidad, artificio; es voz impostada, palabra hueca. La política es un gesto de cara a la galería, es una sonrisa y una imagen para los seguidores.

Y todo ello, toda esa falsedad, toda ese truco, esas artimañas, van encaminada a deslumbrarnos y conseguir nuestro voto. Todo lo demás debe someterse a ello. Incluso la realidad. Incluso el lenguaje. Todo es utilizable, manipulable, para conseguir el resultado apetecido. El neolenguaje, Orwell, 1984.

Así la amnistía fiscal que hoy ha reconocido el despiste del gobierno se enmascara bajo el engaño verbal que apetezca, que venga bien o que pille más a mano del político con micrófono. Y si hay que destrozar el lenguaje para mantenerse en sus trece se le destroza. Aunque se trate del castellano, de “la más hermosa lengua que vieron los siglos”. Payasos baratos, demagogos de barrio.

Vuelve el PSOE por donde solía. “Miembras” ha dicho el que pretende regir la vida de España a partir de noviembre próximo. Y disimula el desliz, el error, la traición de subconsciente progre diciendo que era un juego, una bromita. Chabacano, barriobajero. Todo sea, incluso provocar la risa del ciudadano, por mantener el neolenguaje oficial de la hipócrita progresía. Se supone que si usamos este invento nos convertimos automática e inevitablemente en feministas, aunque al llegar a casa esclavicemos a “la propia” a base de “traeme las zapatillas que estoy muy cansado”. Feministas de salón. Fantoches de micrófono.

Son personajes fatuos, artificiosos, hueros, a los que no importan los medios con tal de alcanzar su fin. Todo vale, incluso manipular la inteligencia del votante que cree que Belén Esteban es una heroína, que Kiko Rivera y sus pantojos son seres humanos dotados de inteligencia, votantes mediocres que confunden el sentido común con los estereotipos más zafios e inteligencia con barriobajez emocional . Pero cuyo voto vale tanto como el de cualquier científico, investigador o lingüista.

Miembros y miembras, váyanse a paseo, respeten el castellano y dejen de manipular la memez emocional de aquellos votantes que no tienen dos dedos de frente. La política es una tarea mucho más seria que ustedes. Háganse a un lado.

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