Considero que los argentinos, tenemos el derecho y la obligación de conocer los antecedentes de quienes se presentan a competir electoralmente este año, en los distintos y variados espacios que se renuevan.

Desde 1983, año del retorno de la mal denominada democracia, hemos asistido al final caótico de dos gobiernos y el desprecio de las promesas realizadas en campaña por otros dos.

Es importante resaltar que cada uno de ellos, tuve amplias y profundas reflexiones sobre sus desventuras en el ejecutivo, pasando de oscuras conspiraciones a evoluciones ideológicas, una especie de actualización de las doctrinas por el paso del tiempo, ¿del mismo modo que las teorías de Carlos Marx se fueron mudando en los postulados de Adam Smith?

La esencia de un “pensamiento económico-social”, no cambia con el avance de los tiempos en forma radical, podrá variar quizás algunos aspectos menores, pero la esencia es siempre la misma.

Al principio de esta nota describí a la “mal denominada democracia”, mi intención no es denigrar al único sistema de gobierno, que puede cualquier pueblo del mundo aspirar, sino que en acuerdo con las teorías de filosofo Bernard Manin en “Los principios del Gobierno Representativo”, quien consideraba que la democracia se confundía con “un sistema de gobierno representativo”, y para ello establecía cuatro reglas básica que la diferenciaban : 1- Los funcionarios no son punibles por el incumplimiento de sus promesas electorales, 2- Las decisiones se toman a espaldas del pueblo y por arreglos políticos entre las bancadas, 3- Los funcionarios aun incumpliendo con sus mandato anterior, pueden presentarse por otro cargo lectivo y 4- El debate de ideas ha sido reemplazado por la video-política, invadiendo nuestros hogares con mensajes mediáticos e implantando pautas sociales inconcientes e los ciudadanos.

Estos aspectos en su conjunto no llevan a reflexionar en la importancia de nuestro acto como electores, ya que la incorrecta evaluación de quien sea electo tendrá beneficios o perjuicios sociales, para todos nosotros, por el período de su mandato.

Se presentan ante la ciudadanía, diversos políticos de carrera, que han venido realizando múltiples funciones en la administración publica, privilegio que hasta no hace mucho adjudicábamos a los militares, quienes podían dirigir desde una Empresa de Energía hasta la gobernación de una provincia y porque no el Ejecutivo Nacional.

Un paradigma de esta situación de por si confusa, y que complica aún mas es la de un candidato por la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, este caballero quien nació en Buenos Aires, un 13 de Enero de 1957, y quien declara como actividad profesional la de Empresario, ha ocupado de 1997, los siguientes cargos, Diputado Nacional por el Partido Justicialista de la Capital Federal. Permanece en el cargo hasta el año 2001, Presidente de la Comisión de Deportes de la Honorable Cámara de Diputados, cargo que fuera renovado hasta Diciembre del 2001, Presidente de la Comisión de Deportes de la Honorable Cámara de Diputados, cargo que fuera renovado hasta Diciembre del 2001, Reelecto Diputado Nacional en las Elecciones Legislativas de octubre de 2001, Secretario de Turismo y Deporte de la Presidencia de la Nación y Vicepresidente electo de la República Argentina.

Este deportista, tricampeón de motonáutica, se autodefinió en un reportaje de la revista Caras: ¿Cómo haces para estar con todos los gobiernos de turno? –“Yo me considero un servidor de mi país y estoy dispuesto a colaborar. Cada vez que me convocan trato de concentrar la responsabilidad de gestión que me toca en cada una de las etapas. Hace siete años que empecé, y todo lo encaré desde un punto de vista constructivo y buscando consenso.”

Por lo cual según su óptica, las ideologías han muerto, gracias a Dios, por una simple cuestión de tiempos, no lo reclamo Adolfo Hitler para dirigir el ministerio de interior, sino el holocausto judío hubiera sido aun mas cruento, ya que él se considera “un servidor de mi país y estoy dispuesto a colaborar” (sic)

El denominado "ahijado político" en una época, del Presidente Menen para la Capital, definió a su protector y mentor, diciendo en 1997, “El menemismo es el peronismo y algo más, es toda la modernización que le ha puesto Menem al justicialismo interpretando lo que está pasando en el mundo. Por eso admiro el coraje, la firmeza, la coherencia y la constancia del Presidente.”

A lo largo de estos años Daniel Scioli, ha demostrado una incoherencia en sus declaraciones y una ambición de mantenerse en puesto expectantes, no importa el bando, interesa el posicionamiento que le permita continuar en la carrera política, como cualquier operario en la empresa que lo contrata.

Ante la quiebra de la compañía familiar, Casa Scioli de Electrodomésticos, levantada con esfuerzo por el padre y fundida por los "planes de renovación y crecimiento" del motonauta Daniel, entre esos planes estaba la "importación de novedosos elementos electrónicos" que terminó en dos procesos por "contrabando". Y hoy se desgarra las vestiduras en contra de las importaciones y en defensa de la industria nacional.