Hoy día nadie ya cuestiona esta tesis que la ciencia plantea: los recursos de hidrocarburos se están agotando, y si la búsqueda de fuentes de energía alternativas no tiene éxito, las perspectivas que nuestra civilización tiene son, suavemente hablando, muy pocas. El Sol puede asumir el papel de fuente de energía inagotable si se inventa la forma óptima de transformarla.
“La energía solar merece ser apoyada por el Estado, tanto en forma económica como legislativa”. Es a esta idea a la que estaba dedicada la reunión de la asociación interfaccional de diputados “Ciencia y altas tecnologías” celebrada en la sede de la Duma de Estado (el parlamento ruso) y dedicada al tema “Apoyo legislativo al desarrollo de la fotoenergía de Rusia”. La reunión estuvo presidida por el académico Jaurés Alferov, vicepresidente de la Academia de Ciencias de Rusia y Premio Nobel de Física y de Química.
“Nuestro país necesita un serio apoyo legislativo para crear ante todo un mercado interno de consumo, piensa Alferov. Este apoyo estimulará el desarrollo del mercado de consumo y, por consiguiente, el fomento de las investigaciones científicas y de la producción”. El científico recalcó que “el personal y las tradiciones que tenemos son valiosos. A pesar de los tiempos difíciles que hemos vivido, hemos logrado mantener funcionando centros científicos que trabajan activamente e instalaciones industriales”.
Veamos a qué se debe un impetuoso desarrollo de la energía solar en el mundo contemporáneo. “La humanidad tiene el Sol, que es una estrella de clase G2, de tamaño mediano que Galaxia tiene hasta 150 mil millones, como reactor termonuclear natural fiable, explica el académico Alferov. Pero es nuestra estrella que envía a la Tierra enormes cantidades de energía cuya transformación permitirá satisfacer durante cientos de años prácticamente todas las necesidades de energía que la humanidad tiene”, aseguró el científico quien indicó que la energía solar sigue siendo “pura”, lo que quita todos los problemas ecológicos, así como resuelve los problemas de la contaminación térmica que han surgido a raíz de un rápido desarrollo energético.
El método fotoeléctrico de transformación de energía solar, que los científicos califican de más prometedor en materia del desarrollo de la industria energética mundial, es en realidad bastante viejo, pero que hoy día ha obtenido un nuevo impulso. El primer estudio sobre el fotoelemento selénico fue publicado en 1876 en Gran Bretaña. En 1938, en Rusia, en el laboratorio del académico A. Ioffe fue creado el primer elemento que servía para la transformación de energía solar.
Esta circunstancia hizo que Ioffe continuara utilizando tejados de casas para cubrirlos de fotoelementos a fin de obtener energía. Nacida en Rusia, esta idea no arraigó en Rusia debido a varias causas, y la principal era la de que en nuestro país no había escasez de recursos naturales. Pero en muchos países extranjeros el “programa de tejados solares” hoy día se materializa a amplia escala. En Alemania hay hasta 100 mil tejados de este tipo; en el Japón, 200 mil y en EE.UU., su número llega a un millón.
Pero, veamos si los tejados de Rusia, y todo el territorio de nuestro país más septentrional del mundo, sirven o no para materializar programas de energía solar. “He analizado el caudal medio anual de energía solar en diversas partes de Rusia, comparándolo con lo que obtiene Europa del Sur, dijo desde la tribuna de la reunión Viacheslav Fiodorov, catedrático del Instituto de Física y Técnica en San Petersburgo. El resultado parece paradójico: en muchas zonas de Rusia el caudal anual de energía solar es mayor que en las partes más insoladas de Europa. Por ejemplo, Transbaikalia recibe más energía solar que España.
Sin embargo, no faltan escépticos (también en la cúspide del poder) que no creen conveniente aprovechar la energía del Sol si Rusia tiene de todo. “Es cierto que somos un país rico en recursos naturales. Para mí fue una gran sorpresa oír por boca del ministro de Industria y Energía, Khristenko, que de la energía solar deben ocuparse los países que carecen de recursos energéticos pero nosotros los tenemos de sobra, dijo Jaurés Alferov. Pero un país puede ser verdaderamente independiente únicamente a condición de que su economía se desarrolle a base de altas tecnologías”.
La electricidad solar debe compensar las reservas de petróleo y gas que se están agotando, y hacia fines de siglo llegará a ser predominante y ascenderá a dos terceras partes de toda la energía que se genere. Hoy día en cambio su “aportación” a las redes energéticas mundiales es más que modesta: sólo 2 gigavatios al año. El pronóstico hecho por la Comisión Europea hacia 2030 dice que esta cifra llegará a 150 gigavatios. Los principales actores en el mercado de sistemas energéticos solares son el Japón, Europa y EE.UU. donde los programas de desarrollo de energía solar ya son “nacionales”.
El programa ruso de desarrollo de energía solar también debe adquirir esta condición. Mientras los sistemas energéticos solares son costosos se necesita el apoyo del Estado, dice Jaurés Alferov. La escasez de energía solar radica en la poca densidad del flujo de energía que llega. En opinión de Alferov, una de las vías más idóneas de resolver el problema está en el aprovechamiento de la radiación solar concentrada, lo que se logra mediante sistemas de enfoque y que permite disminuir mucho el costo de los materiales semiconductores y aumentar el rendimiento de los transformadores semiconductores.
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Tatiana Sinítsina, para RIA Novosti.
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