El 2 de noviembre de 2006 el Instituto de Investigación del comportamiento Público del Reino Unido destapa una tendencia preocupante al decir: “Ésta que es la más liberada de las culturas adolescentes también es la más grosera, antisocial y materialista de Europa. Todo ello se debe a que los adolescentes británicos pasan su tiempo libre en ausencia de la influencia de los adultos”.
En el año 1971, el guitarrista del grupo británica THE WHO, Pete Towshend, escribió una canción titulada “Teenege Wastland” , que en castellano vendría a decir “adolescencia yerma”. Pues bien, si la adolescencia de la época de Towshend era yerma, ello no se debía a las restricciones que le imponía su generación. Peter C. Glover, comentando el panorama adolescente que se contempla en Gran Bretaña, afirma: “Irónicamente, la muerte de los restrictivos ideales familiares de la era victoriana es el conducto evidente que ha llevado al yermo”.
Gran Bretaña no es el único país que sufre el problema del incivismo adolescente. Guardando las distancias, Francia, Alemania y otros países europeos, incluida España, sufren las consecuencias de la desertización juvenil. Los medios de comunicación están salpicados de noticias cuyos protagonistas son niños y jóvenes que ponen en evidencia las consecuencias violentas de su esterilidad ideológica.
Glover se pregunta: “¿Por qué la juventud británica es más disfuncional que su homóloga europea?” Afirma: “Principalmente se debe al efectivo desmantelamiento de la familia y de su protección”. Políticas gubernamentales que retiran las ayudas familiares han contribuido a su declive. Glover dice que a esta decadencia también ha contribuido “la gradual imposición de los derechos humanos de estilo europeo y otras legislaciones han llevado a la erosión de la disciplina en el hogar y en la escuela. Ello ha llevado a un incremento de la falta de respeto a toda autoridad. Los padres, entretanto, han sido encarcelados por aplicar las pasadas de moda “zurras” para mantener a los niños en su sitio”.
Según un estudio realizado por el Instituto de Ciencia Criminal Jill Dando del Colegio Universitario de Londres, Inglaterra y Francia son los países de Europa que padecen más gravemente el problema del comportamiento antisocial juvenil. Este informe también dice que una gran mayoría de los británicos condenan el problema del alcohol y la falta de disciplina en el hogar y en la escuela.
El informe publicado por el Instituto del Comportamiento Publico del Reino Unido “afirma que la triste situación en que se encuentra la cultura juvenil es el resultado directo del colapso de la familia y de la vida comunitaria”. También han encontrado que “el riesgo incrementado del crimen juvenil” ha fomentado un miedo creciente en los adultos que los ha llevado a fijarse en el comportamiento antisocial juvenil. Este estudio también revela que el 38 por ciento de los jóvenes británicos ha consumido marihuana, el 45 por ciento de los adolescentes de 15 años pasa la mayor parte de las noches con sus amigos.
Recordemos lo dicho por Peter C. Glover: “Irónicamente, la muerte de los restrictivos ideales familiares de la era victoriana es el conducto que ha llevado al yermo”, y la conclusión a la que llega el Instituto de Investigación del comportamiento Publico del Reino Unido. “Todo ello se debe a que los adolescentes británicos pasan su tiempo libre en ausencia de los adultos”. El informe del Instituto contrasta que en Italia, normalmente el 93 por ciento de los adolescentes comen con sus familias mientras que en Gran Bretaña sólo el 64 por ciento lo hace.
Referente a la relación familiar, Nick Pearce, miembro del Instituto y colaborador del estudio, dice: “Porque no tienen esta estructurada relación con los adultos, se perjudican las oportunidades de sus vidas. No aprenden como deben comportarse, como andar por la vida, tal como lo necesitan”. El informe hace resaltar “que la falta de relación con los adultos ha dejado a los adolescentes británicos cada vez más vulnerables al fracaso”.
Se dice que los jóvenes británicos son los más libres de Occidente. No por la libertad política que gozan. Tienen libertad para practicar el «amor libre» que les ha llevado a alcanzar el número más alto de embarazos no deseados de Europa. Son libres de autoridad con lo que han conseguido la reputación de ser los más borrachos, violentos y descontrolados. Ah, estos jóvenes disfrutan de la libertad de expresión que les permite manifestar sus actitudes inmaduras y socialmente disfuncionales.
Las tendencias educativas modernas que han producido los supuestos métodos que sirven para mejorar la educación de los niños han resultado ser un gran fracaso. A pesar que se teme que el malestar que generan los adolescentes británicos se extienda por Europa, hay maneras de cortar el incremento de su comportamiento incívico o antisocial. Los británicos y quienes no lo somos hemos de volver a la «educación victoriana», a una disciplina más estricta cimentada en las enseñanzas de la Biblia. Evidentemente, la «educación victoriana» tuvo sus errores. Queriendo evitarlos, el péndulo se ha ido al otro extremo, lo cual ha hecho más mal que bien. La «educación victoriana», en el hogar y en la escuela, evidentemente suavizando sus extremos con el bálsamo de la Biblia bien entendida que limita la dureza educativa para no provocar la ira de los niños , sino para criarlos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios,6:4), restablecerá a los niños y adolescentes en el camino de la virtud y de la responsabilidad cívica.
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