Es una cantinela que empieza a cansar, eso de la muerte del papel para la prensa y que el periodismo ciudadano será la fuente de los futuros medios de comunicación. Los gurús de las grandes empresas informáticas, es decir los Gates, Page, Brin o Jobs, entre otros, auguran un final casi inmediato de los periódicos off-line y los datos que las consultoras manejan van claramente en esa tendencia. Los jóvenes, como para cualquier producto nuevo y tecnológicamente avanzado, son la clave.
En el último número, 123 de marzo de 2007, de la Revista de Libros, que patrocina Caja Madrid y dirige Álvaro Delgado-Gal, Juan Luis Manfredi Sánchez escribe sobre el periodismo que está por llegar: Sobre nuevo periodismo. En este texto, el Decano de la Facultad de Ciencias Humanas, Sociales y de la Comunicación en la Universidad SEK, desglosa punto por punto lo que considera las claves para entender la prensa que está a la vuelta de la esquina.
El tema clave, a mi modo de entender la situación periodística y que cita Manfredi, es acerca de la tan manoseada, y buscada, credibilidad del medio. Internet no será rival directo con la prensa escrita off-line en tanto que no serán -de momento sí parecen serlo- competidores para el mismo consumidor. Poco a poco parece que un término que era casi exclusivo de la radio: la inmediatez, permitirá que prensa digital y de papel tomen caminos distintos, aunque paralelos.
Muchos otros factores, como enumera Manfredi, se deberían tener en cuenta a la hora de seguir advirtiendo de la muerte de la prensa de papel. ¿Perjudicará, al papel, realmente que la banda ancha llegue a una mayoría de hogares? ¿No puede beneficiar, acaso, la prensa gratuita de papel la supervivencia de este medio?
De momento sí parece clara la tendencia que se observa -de una parte a acá- en los diarios, digámoslo de alguna manera, tradicionales, es decir, de papel, en cuanto a la hora de tratar las noticias. Manfredi lo dice de una manera más contundente: “la noticia, como género, está muerta para la prensa escrita [en papel]”. Interesante matiz a la aseveración dura y fría de “el papel a muerto”. Efectivamente, la inmediatez que nos proporciona lo digital a cualquier hora del día permite conocer las noticias al minuto, en muchas ocasiones. ¿Para qué volver a leer una noticia de... ¡ayer!? Una posible solución al estatismo del soporte tradicional es la profundización en los temas: entrevistas, análisis, reportajes o, cómo no, opiniones. Por no hablar de la comodidad -o no- del papel y su lectura en cualquier lugar; ¿podemos decir lo mismo, de momento, de lo digital?
Pero por todas las vueltas que le queramos dar a la lucha entre lo digital y lo tradicional, la prensa seguirá dependiendo del factor clave: la credibilidad. Sin credibilidad, no hay medio de información que se mantenga, ni en internet, ni en el quiosco, ni en las bocas de los metros, ni en las puertas de las universidades. Manfredi tiene claras las tres medidas a tomar de forma inmediata para que los consumidores de prensa no deserten de la lectura diaria: (1) la creación generalizada de los defensores del lector, (2) máxima comprobación posible de las noticias y (3) la recuperación de la figura del editor, que decide lo que se publica, y lo que no, en función de cada línea informativa. Exceptuando esta última medida -que considero absurda y perjudicial, si se aplica a discreción, a la larga para el medio-, las dos primeras parecen de lo más razonables para avanzar en la búsqueda de la credibilidad de los medios. Al menos como punto de partida.
Nadie sabe cuál será el futuro de la prensa, menos aún de la tradicional, pero es evidente que la aparición de un nuevo soporte: internet, obliga a todos los demás a moverse de sitio. ¿Encontrarán todos el suyo?