Hace muy pocos días el PSOE presentaba un informe en el que se decía que no existía ninguna intención de regularizar dentro del sistema laboral español la práctica de la prostitución. Este informe, que dejaba bien claro la inconstitucionalidad de cualquier tipo de intento en esa dirección, fue presentado por la diputada Lourdes Muñoz, y como bien dice en su blog, la prostitución, la trata y el tráfico de seres humanos están completamente ligados y, como situaciones, no son separables. No son palabras vacías. La prostitución mueve en España la friolera de 18.000 millones de euros, cantidad de dinero generada por las más de 300000 prostitutas que trabajan en nuestras calles. Lo más gracioso de todo es que uno de los argumentos que se esgrimen para intentar hacer pasar la prostitución como un trabajo respetable es que, como tal, hay unos empresarios - y empresarias-, y trabajadores que no cotizan como tales...

La realidad es que menos del 2% del total de las prostitutas se dedican a ello de forma racional, y las que lo hacen de forma profesional y consciente desde luego no tienen nada que ver con el resto. La inmensa mayoría son explotadas por mafias organizadas que se reparten entre Europa del Este y el Africa subsahariana. Mafias que consiguen introducir a las prostitutas en nuestro país y exigen su explotación como pago por el viaje, cuando no son simplemente secuestradas, traídas y posteriormente vendidas a otros prostíbulos. Existen escalofriantes descripciones de viajes que comenzaron en Lituania con la promesa de un buen trabajo en Italia, y tras un periplo que llevó a estas mujeres desde Italia a Francia, de Francia a España, y de aquí a Portugal, terminaron siendo detenidas, una verdadera bendición para ellas, en la frontera canadiense dentro de un contenedor de camión, cuando iban a ser enviadas a algún prostíbulo de carretera estadounidense, desde donde tienden a desaparecer tras la frontera mejicana.

Otra de las mayores imbecilidades que he llegado a escuchar al respecto es que la prostitución cumple algún tipo de función social (¿...?). No sé si es que se refieren a lo de engordar a los explotadores, todo puede ser. En nuestro país la prostitución tiene una historia de permisividad que viene de los tiempos de los primeros Borbones. Tanto es así que no hace mucho, allá cuando Paquiño, el del Ferrol, las prostitutas llegaron a estar obligadas a tener cierto carnet de sanidad en regla, y sino estaba en regla las prostitutas eran obligadas a irse para casa. Sin embargo, ya en tiempos de Paquiño, las mujeres que se dedicaban a la prostitución arrastraron historias que ponen los pelos como escarpias que las había llevado a ese mundo que no tiene nada de bonito ni glamuroso. Hoy día el problema es más complejo. Siguen existiendo prostíbulos que ejercen de forma más o menos permitida la prostitución, tanto es así que la Generalitat está planteándose crear una ordenanza al respecto. Que alguien me lo explique, porque sino es regulable, si es ilegal, no entiendo como demonios se va crear una ordenanza al respecto, es más, si lo que se intenta regular es ilegal, igual de ilegal será la ordenanza que se haga a tal efecto. Ya digo, mientras siguen existiendo prostíbulos en los que las mujeres ejercen la prostitución resulta que a los dueños de esos locales no se les puede llamar proxenetas, no señor, son empresarios. Y yo lo que me pregunto es si existe alguna diferencia con el "empresario" que hace lo mismo, pero en la calle. Tal vez es que la diferencia estribe en que el primero mete a sus explotadas en una casa, y el segundo usa la vía pública para exhibir su mercancía.

Es evidente que tampoco es que ayude mucho la cantidad de anuncios de servicios relacionados con la prostitución que llegamos a ver en todos los medios de comunicación, y en ellos incluyo la televisión. A ciertas horas de la noche se nos informa en algunas cadenas que por el módico precio de un SMS se nos enviará la foto de las hermosuras corporales de Latviana, belleza eslava, o de Lina, belleza brasileira. Otra forma moderna de explotación "laboral" en tiempos de una globalización que convierte a una chica de Europa del Este con sueños de una vida mejor en una prostituta en un local de alterne de carretera en Cataluña - y lo de Cataluña lo he dicho como ejemplo... bueno, también por lo de la ordenanza-.

Suena de fondo "Lilí Marleen", de Lale Andersen.

Buenas noches, y buena suerte...