Hay confrontaciones armadas, con armas de verdad. Y confrontaciones con armas metafóricas. Confrontaciones que se desarrollan lanzando muertos, o empresas cerradas, o banderas de España. "Miles de muertos, vosotros tenéis la culpa". "Muchas empresas se hunden". "Vais a romper España".
Hay confrontaciones agudas, rectas, y obtusas. Las agudas son las que penetran, las que se entienden. La confrontación de Mas con el estado, quiso ser aguda, pero le faltó algo. Las rectas o correctas. Las que deberían tener lugar en el Congreso. El filósofo J. A. Marina las echa de menos. Dice que sobran insultos y faltan argumentos. Las obtusas. Las que no penetran, las que no se entienden. La de Ayuso con el gobierno central es de esas.
Hay confrontaciones inteligentes, y confrontaciones mal llamadas inteligentes. La confrontación entre el PP y el PSOE, debería ser inteligente!. Debería!. Después de la moción de censura se esperan cambios. La "Confrontación inteligente" de Puigdemont. A ésta, le deberíamos cambiar el nombre.
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