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Gracias Julia, Colau, Iglesias, Irene, Rufián, Jordi, etc. Para alguien que tiene dudas, este tipo de cosas se las aclara bastante. Siempre hay que agradecer a este tipo de miserables, a la gente que lo secundaba, a los periodistas que le apoyaban, a los medios donde estos trabajaban y a los partidos políticos que lo defendían. Gracias por ayudarme a saber en quien no debo confiar. Dejar tetrapléjico a un policía municipal de Barcelona, Juan José Salas, al que tanto Lanza como sus colegas de fechorías agredieron vilmente hasta dejar a este pobre hombre en una silla de ruedas de por vida, no era tan importante como para pasar 5 años en la cárcel, ¿verdad, Sra. Otero? Más tarde, salió tan reinsertado y la prisión le hizo tanto bien, que asesinó a Víctor Laínez, un ciudadano que cometió el terrible delito de llevar unos tirantes con la bandera de España. En fin, no sé si se dan cuenta todos ustedes, los que le apoyaron, de la grave responsabilidad en la que han recaído al respaldar a este indeseable. Quizá la ley no les pueda sancionar. Lo que no estoy tan seguro es si podrán acallar la voz de sus conciencias. Muchas gracias.
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, cuyo ideólogo sería el actual candidato a Lehendakari, Pello Otxandiano, quien decidió revisar la anterior estrategia de Bildu e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica.
El pasado martes mientras limpiaba uno de los patios de colegio que me toca dos veces a la semana, una niña intentaba proteger a una abeja que no podía volar cogiéndola con una hoja y la apartó para que nadie la pisara estando pendiente para ver si se podía recuperar a lo que se sumaron una compañera y un compañero. Gestos que demuestran más empatía que muchos adultos.
En la colosal vorágine de los tiempos modernos, nos encontramos enredados en un tejido de deseos y ansias desbocadas. Nos hemos convertido en una sociedad dominada por la avaricia, un apetito voraz que desemboca en la insaciabilidad. La hambruna crónica de la insatisfacción. Más y más por el mero más y más. Lejos queda la capacidad personal y colectiva de detenernos a pensar quiénes somos y echar la vista atrás para recapitular de dónde venimos.
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