No es infrecuente que Pedro Sánchez use un doble discurso. Por un lado lo que dice y por otro lo que hace o permite hacer. Mientras sus socios del Gobierno, con el tema del Rey emérito, se han echado al monte, lo correcto es poner orden en su casa y acabar con la evidente campaña de Podemos y la izquierda republicana y radical contra la monarquía. Pedro Sánchez debe acabar ya con las reiteradas faltas de lealtad institucional y de respeto que los representantes de Podemos están sembrando en las instituciones. Que el partido de Pablo Iglesias haya pedido que el Rey Felipe VI comparezca en el Congreso para explicar la marcha de su padre, o que Jaume Ausens, presidente del grupo parlamentario de Podemos, diga que don Juan Carlos estará pronto “en búsqueda y captura” no dejan de ser afirmaciones propias del género de la astracanada política. Si a la incapacidad de Pedro Sánchez por controlar a sus socios de Gobierno, se le suma la pésima gestión ante la crisis de la pandemia, que cada día se agudiza más, los síntomas de decadencia e inoperancia no pueden ser más evidentes.
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