Históricamente, ya desde Cánovas, la derecha española ha carecido de una ideología clara e inequívoca, fuera de algunos postulados económicos, y se ha enfrentado con las manos vacías al socialismo. A falta de ideología, Nuñez Feijóo ha optado por un perfil moderado, nada frentista, rotundo en sus afirmaciones y ha presentado una hoja de servicios basada en la gestión coherente y eficaz de los asuntos públicos dentro de los postulados de una derecha avanzada. Cualquiera de sus declaraciones, antes y después de las elecciones, son y han sido un torpedo en la línea de flotación de los socialistas, sin necesidad de replicas airadas ni de entrar en los asuntos previamente señalados por la izquierda.
Feijóo replica con sus propias armas y desde sus propios planteamientos y no con argumentos que intentan contrarrestar los de los adversarios que, en definitiva, supone siempre entrar en su juego.
Ahora que tantos plantean un cambio de caras en la dirección del Partido Popular, lo que habría que ver es la forma de cambiar estrategias de oposición. Las que se han puesto a contribución hasta ahora se muestran ineficaces.
La eficacia es Núñez Feijóo o, sí se quiere, su forma de entender la política.
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