Monseñor Argüello informó sobre la reunión de la Conferencia Episcopal Española, con fecha 8 de Julio. El análisis del informe se puede reducir a una crítica al Gobierno actual; no tengo nada que objetar a ese informe por que es cierto; pero creo que es necesario analizar por qué hemos llegado a esta situación. Yo también soy Iglesia y por tanto puedo expresar mi opinión; los sucesos no acaecen por casualidad sino por causalidad, es decir, que hay una causa que origina esa situación. Me refiero a lo que yo he vivido y experimentado como ciudadano católico. Hay que recordar que muchos miembros de la Jerarquía y del clero, en tiempos de la “oprobiosa dictadura”, pedían libertad y democracia. Franco murió en el año 1975 y en 1978 se promulgó la Constitución que tenemos. En aquellos tiempos, todas las leyes eran de acuerdo con la ley natural y la doctrina católica. En la Iglesia ya se había desatado una gravísima crisis. El mismo día que el Papa Pablo VI dijo que “el humo de Satanás se ha infiltrado por alguna grieta en la Iglesia”, el Cardenal Tarancón decía que “por fin ha llegado la primavera a la Iglesia”. Como se puede observar existía una contradicción evidente. Yo voté que no a la Constitución por que veía lo que se nos venía encima; sin embargo el Cardenal Tarancón y otros miembros de la Jerarquía y del clero decían que un católico podía aprobar aquella Constitución. La puerta quedó abierta; Satanás empezó a llevar a cabo su demolición de la España católica. Astuto y taimado daba dos pasos hacia adelante y para que la alarma no subiese demasiado, daba uno hacia tras, pero con poca o nula oposición de la Jerarquía católica siguió con la misma actuación, dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. La sociedad empezó a sufrir las consecuencias de esa situación y fue empeorando progresivamente hasta encontrarnos en la situación actual, que tenemos un gobierno socio-comunista y esto refleja sin duda alguna, el estado moral de la sociedad, de la España católica que teníamos solo quedan residuos. Tristemente mis presagios no fueron infundados, la realidad ha superado con creces a las más catastróficas suposiciones. ¿Tiene remedio esta situación? Por supuesto que sí, pero hay que pasar de los lamentos a las obras; la mayoría de la sociedad está temerosa viendo la gravísima situación, el remedio consiste en recuperar los valores cristianos que hicieron de España una gran Nación, por tanto la Conferencia Episcopal debiera llamar a la conversión. Solo con una conversión, como ocurrió en Nínive, podríamos recuperar la paz , la alegría, la ilusión y la esperanza.
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