Iglesias, Pablo, se cree un salvapatrias, pero el único y genuino salvador de la patria es Sánchez. Por eso, aunque manda Iglesias, Sánchez, al menos de forma nominal, es el presidente.
Aún así, y pese a la claridad de ideas (mira que si los recortes en sanidad que supuestamente hizo Rajoy, hubieran afectado, presuntamente, a los cerebros de los que eran futuros gobernantes) la figura de Franco emerge desde Mingorrubio y a la lucecita de El Pardo, sucede la lucecita de La Moncloa en horas, días y meses sin tiempo para el descanso en bien de los españoles y las españolas. La diferencia está en que los programas de humor, en tiempos de Franco, solían emitirse en horario de noche.
En consecuencia, me gustaría compartir con todos ustedes que ya solamente nos falta la pertinaz sequía. Pero todo se andará, porque ya nos dijo Sánchez que la “nueva normalidad, va a ser una normalidad vigilada”. O lo que es lo mismo, sequía de libertades.
O sea, que con la entrada de la tercera fase en muchos lugares de España, Sánchez ha dado paso al “primer año triunfal” porque, en consecuencia, es el hombre que todo lo hace bien.