No voy a referirme a las respuestas personales ante las múltiples consecuencias de la pandemia. Como muestra la experiencia de las catástrofes –incluso, para los privilegiados que hemos conocido la guerra sólo por relatos y libros-, se pueden acentuar crisis íntimas que llevan a revolverse contra Dios o a negar radicalmente su presencia en el mundo. Son reacciones a lo Voltaire ante el terremoto de Lisboa, o la tremenda pregunta: ¿dónde estaba Dios en Auschwitz? No necesariamente se acepta la respuesta que ofrece la teología de la Cruz, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles, según la síntesis de san Pablo.
Sin embargo, en este tiempo de mayor reflexión, con más espacio para lecturas reposadas, detecto planteamientos muy positivos ante el hecho religioso, como un renacer del sentido espiritual de la vida. Entre tantos lugares, me remito al chat organizado por la redacción de Le Monde con motivo de la Pascua. Invitó a Eric Vinson, profesor de Sciences Po, especialista en la materia, a responder a las preguntas de los lectores sobre hecho religioso, laicidad, espiritualidad. La conversación, a tumba abierta, refleja que vivimos una crisis global, también espiritual y religiosa, porque replantea “todo nuestro modo de vivir, nuestra organización, nuestras prioridades entre lo individual y lo colectivo”. En ese sentido, Vinson consideraba significativo que el presidente de la República –oficialmente laica, no se olvide- hubiera mantenido una videoconferencia el 23 de marzo con los responsables de las principales familias espirituales de Francia.
Para no alargarme, citaré sólo su respuesta a por qué los hombres siguen pareciendo tener necesidad de Dios: “Según mi información, no existe sociedad humana que carezca duraderamente de religión (es); y si todas las religiones conocidas no se refieren al Dios monoteísta, todas me parecen referirse a “divinidades”, de una manera o de otra. En esto, sí, la idea de ‘Dios’ es importante, y siempre actual, porque una amplia mayoría de habitantes de este planeta (quizá el 80%) continúan adhiriéndose a ella”.