En línea con lo que ha venido diciendo el Papa Francisco, el Secretario de la Conferencia Episcopal explicó con gran claridad y matización que es urgente atender a la necesidad perentoria de mucha gente en estos momentos, pero que eso no debería significar establecer una suerte de subsidio permanente que retirase del horizonte del trabajo a amplias franjas de la población.
Pienso que atender a las necesidades básicas con la fórmula técnica que se arbitre es urgente para buena parte de la población, que ya estaba en situación de extrema vulnerabilidad o que se ha visto golpeada por la pandemia y ha perdido su empleo. Pero que grupos amplios de ciudadanos vivan subsidiados de manera permanente no es un horizonte deseable ni para ellos ni para el bien común.
|