Hemos estado con las iglesias cerradas por orden de los obispos, no del gobierno. Todos los días la misma cantinela: “Quédate en casa”. Los católicos imposibilitados de acudir al templo para poder estar con el Señor, VIVO y PRESENTE en el Sagrario. Ahora, he visto abiertas algunas iglesias, pero aún sin culto. Al menos, en una de ellas, ya he visto letreritos en los bancos señalando donde te tienes que sentar, guardando la distancia que señala el gobierno. Y ¿Qué puede decir un católico, ante esta cobarde actuación de la Jerarquía.? Se han plegado a las órdenes del gobierno y han traicionado a Cristo y a sus fieles. Judas, como pago de su traición, recibió 30 monedas de plata, ahora hemos recibido un pago mucho más espléndido: España, la nación más castigada del mundo con el coronavirus. Esto no es una fábula, me he tomado la molestia y analizando las naciones más castigadas, en relación con sus habitantes y sus fallecidos, España la más castigada: el 0’05706%, seguida por Italia con el 0’04991%. Estos datos son los que se dan oficialmente, al parecer en España hay más fallecidos que las cifras que señala el gobierno. Y el otro premio de la traición: Filas interminables de personas esperando les dan alimentos para comer y como complemento de esta traición de “quédate en casa” aún estando sano, ha originado una interminable cifras de parados y la ruina económica va a tener consecuencias dramáticas para muchas personas. Gracias a los obispos, no todos, por este sufrimiento que han originado a los fieles, pero viendo a Cristo clavado y muerto en la Cruz, esta traición se convierte en una Gracia, al asemejarnos a Cristo muerto por nuestros pecados.
|