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Etiquetas | Donald Trump | Pedro Sánchez | Política
¿Qué nueva realidad es la que nos ofrece Pedro Sánchez?

​RIP por la democracia española

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Están tan poco acostumbrados a emplear las neuronas para razonar sobre cuestiones importantes, a aplicar la inteligencia en buscar lo que pudiera ser más conveniente y beneficioso para la ciudadanía y a usar el sentido común para resolver los problemas que afectan a las nación y a sus pobladores, cuando nuestros gobernantes se olvidan de resolver los temas verdaderamente urgentes e importantes para el país, enfrascados en luchar contra el capitalismo, en socavar las instituciones y en apoderarse del poder aunque fuere a costa de destruir las familias, limitar las libertades, enfrentar entre sí a los ciudadanos o desacreditar a los que sostuvieran ideas distintas a las suyas aunque, para ello, tuvieran que recurrir a procedimientos censurables o poco ortodoxos, basados en aquella frase de Maquiavelo referente a que “el fin justifica los medios”, una consigna que este Gobierno se ha tomado muy en serio y la utiliza con frecuencia para gobernar a su antojo, prescindiendo de la legalidad y de la ética para imponer su voluntad sin tener en cuenta que España no es toda socialista, ni comunista ni separatista, aunque una Ley D´Hont permita que los escaños se atribuyan de una forma que favorece claramente a las minorías, en perjuicio de lo que debiera ser la expresión mayoritaria verdadera de la voluntad de los votantes y no de la suma de escaños de distintas tendencias (algunas incompatibles entre sí) que permiten que se produzcan situaciones absurdas e incongruentes que sólo conducen a verdaderos fracasos, como ha sucedido en las pasadas elecciones en las que partidos minoritarios, agrupados, consiguieron acceder a cargos importantes, incluso a sumar escaños suficientes para hacerse con el gobierno de la nación, con la fatal particularidad de que, el partido que fue el que obtuvo más votos tiene que condicionar su política a lo que se le impone por parte de aquellas minorías, gracias a las cuales ha conseguido gobernar, aunque siempre coaccionado por el chantaje de los que lo están apoyando sabedores de que, en cualquier momento, les pueden hacer caer del poder.


Cuando una persona, hablamos por supuesto del señor Pedro Sánchez, tiene la ineludible necesidad de aparecer cada día en todos los medios de prensa y copar el espacio de las TV durante unas horas cada día para machacar a los ciudadanos con peroratas interminables en las que se dedica a alabar sus grandes “éxitos”, prometer aquello que sabe que será imposible que llegue a cumplir y hacer demagogia de alto nivel cuando, para ocultar sus propios errores, disimular su incapacidad para gobernar e intentar desviar la atención de los ciudadanos hacia la oposición, culpándola de no apoyar su política que, por supuesto, consiste en hacer lo que le dé la gana, sin escuchar a nadie ni tomar en cuenta los consejos que le ofrecen desde el resto de partidos e instituciones de la nación; es evidente que está entrando en una peligrosa espiral que no le augura nada bueno para él, su gobierno y, lo que resulta más lamentable, para los ciudadanos y la nación en la que gobierna.

Pero cuando el país está con una prima de Riesgo por encima de los 140 puntos (hace apenas tres meses estábamos a 94), cuando nuestra Deuda Pública está adquiriendo dimensiones desconocidas hasta ahora, mientras el FMI augura que va a llegar al 114% del PIB. El déficit público ya no tiene límites que sean capaces de parar su carrera hacia el descontrol absoluto, mientras del FMI augura que nuestro déficit público se disparará este año, del 2,6% del PIB al 9,5%. Por otra parte el PIB ha caído un 5’2% en el primer trimestre de este 2020 respecto al del primer trimestre del año 2019, y el paro de Abril aumenta respecto al mes anterior en casi 283.000 persona, alcanzando la cifra total de 3.831.203 personas, lo que supone un aumento del 7,97% respecto al mes de marzo. Y todo ello teniendo en cuenta que las personas sometidas a ERTEs, según la particular manera de entender lo que es paro de este gobierno, no están incluidas en las cifras oficiales que se han publicado; podremos fácilmente colegir que, lo mismo que, con las cifras oficiales que están proporcionando los portavoces del Gobierno respecto a nuevos contagios y fallecimientos ocasionados por el coronavirus; estos datos no incluyen más que los que fallecen los hospitales y los contagios que se desprenden de los test que se vienen aplicando a una parte de nuestra sociedad ya que se habla de sólo unos 65.000 test practicados de una población de 47 millones de personas; resulta poco menos que insultante, una falta de respeto para el pueblo y una muestra de la chulería, desvergüenza y desconsideración de quienes nos gobiernan cuando tienen la osadía de pretender aprovechar la pandemia que estamos padeciendo, para limitar nuestras libertades, imponernos leyes que se pasan por la entrepierna la Constitución e intentar, valiéndose del engaño, la desacreditación, las falsas acusaciones y las injurias, con toda la cara dura y sinvergonzonería de que son capaces nuestros dirigentes políticos del PSOE, endosarles a los partidos de los que se han venido desentendiendo desde que ganaron las pasadas elecciones, acusaciones de deslealtad, de ser los culpables de que llegara la pandemia y, para colmo de desfachatez, acusar al PP y pretender chantajearlo, después de haberlo estado insultado cada día, desde todos los medios que tienen a su alcance, para que siga apoyando al Gobierno en su proyecto de eternizar el estado de alarma, una situación que les va a las mil maravillas para poder ir colando, de matute, temas completamente ajenos a la pandemia que les sirven para irse consolidando en su tarea de convertir a España en una república destinada al fracaso, evidentemente de carácter frente populista. Sus argumentos son tan simples y obscenos que se atreven a decir que si el PP no pasa por las horcas Caudinas de apoyar todo lo que le proponga el gobierno actual, será el responsable del caos que se pueda producir en España.

Claro que se olvidan de que, entre pitos y flautas, desde la censura a Rajoy, el PSOE ha estado al frente del Ejecutivo y que, si nos encontramos en una situación tan penosa como la actual, no se le puede atribuir a la oposición sino a sus propios errores, sus metidas de pata, sus intentos de favorecer a los separatistas catalanes y vascos y, por encima de todo, haber pactado con Podemos una coalición que, con toda seguridad, si no se consigue que se aparte a Iglesias y todos su compadres comunistas del Gobierno, lo que sí es evidente es que entraremos en un caos económico, social, administrativo y financiero, que nos va a llevar directamente a tener que pedir rescate de Europa lo que, evidentemente, como le sucedió en la Grecia de Psripas, va a significar que los hombres de negro nos ajusten los machos y retrocedamos a la situación en la que nos dejó Rodríguez Zapatero en el mes de noviembre del año 2011 , a punto de tener que pedir, por primera vez, el apoyo de Europa. Aquella situación la salvaron, que nadie se olvide de ello, el señor Rajoy y el PP.

Pese a que la demagogia gubernamental no deja de insistir sobre lo bien que lo han hecho, se olvidan de las críticas que nos llegan del resto de Europa, de las quejas de los sanitarios y de las recomendaciones de los científicos respecto a lo que sería conveniente hacer para evitar el contagio y los fallecimientos ocasionados por el virus, una posición que ya vienen manteniendo y que ya empiezan a adoptar aquellos que siempre han venido apoyando al gobierno, pero que parece que están cansados de las arbitrariedades, las cacicadas, los desaires y las imposiciones de Sánchez y su colega de gobierno, Pablo Iglesias, crecido por estar convencido de ser una pieza fundamental en el actual gobierno, y dispuesto a aprovecharse de la oportunidad que le brinda el Covid 19 para ir avanzando en su idea de llevar a nuestra nación a una dictadura popular, como la que ayudaron a implantar en la república venezolana. Lo cierto es, y ya se está convirtiendo en preocupación principal de la ciudadanía el que, aparte del respeto y el miedo por el Covid 19 que todos tenemos, se está empezando a impacientar ante las malísimas noticias que, desde toda Europa y todos los estamentos económicos mejor informados, se anuncia respecto a que, a la finalización de la pandemia, se iniciará una nueva crisis (al parecer ya se está empezando a notar) que amenaza con ser mucho peor que la del 2008 y cuya recuperación va a ser mucho más lenta y, posiblemente, será de tal calado y profunda que nunca vamos a poder recuperar el estado de bienestar del que hemos gozado hasta ahora.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos cuesta aceptar que los que nos están gobernando sigan empeñados en enfocar los graves problemas que España está padeciendo (coronavirus, separatismo, recesión económica, desplome del PIB, crecimiento Deuda Pública, falta absoluta de control del déficit público y amenaza inminente de que un golpe de Estado incruento (o no) acabe con nuestra democracia y volvamos a la situación del 18 de julio de 1936) desde su punto de vista partidista, su sectarismo de izquierdas y su egoísmo personal, sin que les importe un ápice el futuro de España y de los españoles. Y un añadido para completar este panorama desolador: Navantia, el astillero público cuya propiedad es 100% de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), no logró la adjudicación valorada en más de 5.580 millones de dólares (5.000 millones de euros) para la construcción de una decena de fragatas de nueva generación para la U.S. Navy (La Armada de los Estados Unidos). Puede que Sánchez ya no se acuerde de cuando retiró aquella fragata que formaba parte de un grupo de combate de EE.UU pero, como es obvio, al presidente Trump y a los mandos de la navy no parece que se les haya olvidado y, aquí tenemos las consecuencias. Algunos, por otra parte, puede que no sepan de lo que se trata y de las consecuencias que se derivaron de aquella contienda de 1936. Pero, en España, todavía quedamos algunos, no muchos, que si sabemos lo que fue la posguerra española y lo que han venido siendo los intentos solapados del comunismo de retornarnos de nuevo a aquellos tiempos de crímenes y venganzas. ¡Ojalá haya quien tenga las agallas necesarias para evitar que se repitan de nuevo!

​RIP por la democracia española

¿Qué nueva realidad es la que nos ofrece Pedro Sánchez?
Miguel Massanet
miércoles, 6 de mayo de 2020, 08:20 h (CET)

Están tan poco acostumbrados a emplear las neuronas para razonar sobre cuestiones importantes, a aplicar la inteligencia en buscar lo que pudiera ser más conveniente y beneficioso para la ciudadanía y a usar el sentido común para resolver los problemas que afectan a las nación y a sus pobladores, cuando nuestros gobernantes se olvidan de resolver los temas verdaderamente urgentes e importantes para el país, enfrascados en luchar contra el capitalismo, en socavar las instituciones y en apoderarse del poder aunque fuere a costa de destruir las familias, limitar las libertades, enfrentar entre sí a los ciudadanos o desacreditar a los que sostuvieran ideas distintas a las suyas aunque, para ello, tuvieran que recurrir a procedimientos censurables o poco ortodoxos, basados en aquella frase de Maquiavelo referente a que “el fin justifica los medios”, una consigna que este Gobierno se ha tomado muy en serio y la utiliza con frecuencia para gobernar a su antojo, prescindiendo de la legalidad y de la ética para imponer su voluntad sin tener en cuenta que España no es toda socialista, ni comunista ni separatista, aunque una Ley D´Hont permita que los escaños se atribuyan de una forma que favorece claramente a las minorías, en perjuicio de lo que debiera ser la expresión mayoritaria verdadera de la voluntad de los votantes y no de la suma de escaños de distintas tendencias (algunas incompatibles entre sí) que permiten que se produzcan situaciones absurdas e incongruentes que sólo conducen a verdaderos fracasos, como ha sucedido en las pasadas elecciones en las que partidos minoritarios, agrupados, consiguieron acceder a cargos importantes, incluso a sumar escaños suficientes para hacerse con el gobierno de la nación, con la fatal particularidad de que, el partido que fue el que obtuvo más votos tiene que condicionar su política a lo que se le impone por parte de aquellas minorías, gracias a las cuales ha conseguido gobernar, aunque siempre coaccionado por el chantaje de los que lo están apoyando sabedores de que, en cualquier momento, les pueden hacer caer del poder.


Cuando una persona, hablamos por supuesto del señor Pedro Sánchez, tiene la ineludible necesidad de aparecer cada día en todos los medios de prensa y copar el espacio de las TV durante unas horas cada día para machacar a los ciudadanos con peroratas interminables en las que se dedica a alabar sus grandes “éxitos”, prometer aquello que sabe que será imposible que llegue a cumplir y hacer demagogia de alto nivel cuando, para ocultar sus propios errores, disimular su incapacidad para gobernar e intentar desviar la atención de los ciudadanos hacia la oposición, culpándola de no apoyar su política que, por supuesto, consiste en hacer lo que le dé la gana, sin escuchar a nadie ni tomar en cuenta los consejos que le ofrecen desde el resto de partidos e instituciones de la nación; es evidente que está entrando en una peligrosa espiral que no le augura nada bueno para él, su gobierno y, lo que resulta más lamentable, para los ciudadanos y la nación en la que gobierna.

Pero cuando el país está con una prima de Riesgo por encima de los 140 puntos (hace apenas tres meses estábamos a 94), cuando nuestra Deuda Pública está adquiriendo dimensiones desconocidas hasta ahora, mientras el FMI augura que va a llegar al 114% del PIB. El déficit público ya no tiene límites que sean capaces de parar su carrera hacia el descontrol absoluto, mientras del FMI augura que nuestro déficit público se disparará este año, del 2,6% del PIB al 9,5%. Por otra parte el PIB ha caído un 5’2% en el primer trimestre de este 2020 respecto al del primer trimestre del año 2019, y el paro de Abril aumenta respecto al mes anterior en casi 283.000 persona, alcanzando la cifra total de 3.831.203 personas, lo que supone un aumento del 7,97% respecto al mes de marzo. Y todo ello teniendo en cuenta que las personas sometidas a ERTEs, según la particular manera de entender lo que es paro de este gobierno, no están incluidas en las cifras oficiales que se han publicado; podremos fácilmente colegir que, lo mismo que, con las cifras oficiales que están proporcionando los portavoces del Gobierno respecto a nuevos contagios y fallecimientos ocasionados por el coronavirus; estos datos no incluyen más que los que fallecen los hospitales y los contagios que se desprenden de los test que se vienen aplicando a una parte de nuestra sociedad ya que se habla de sólo unos 65.000 test practicados de una población de 47 millones de personas; resulta poco menos que insultante, una falta de respeto para el pueblo y una muestra de la chulería, desvergüenza y desconsideración de quienes nos gobiernan cuando tienen la osadía de pretender aprovechar la pandemia que estamos padeciendo, para limitar nuestras libertades, imponernos leyes que se pasan por la entrepierna la Constitución e intentar, valiéndose del engaño, la desacreditación, las falsas acusaciones y las injurias, con toda la cara dura y sinvergonzonería de que son capaces nuestros dirigentes políticos del PSOE, endosarles a los partidos de los que se han venido desentendiendo desde que ganaron las pasadas elecciones, acusaciones de deslealtad, de ser los culpables de que llegara la pandemia y, para colmo de desfachatez, acusar al PP y pretender chantajearlo, después de haberlo estado insultado cada día, desde todos los medios que tienen a su alcance, para que siga apoyando al Gobierno en su proyecto de eternizar el estado de alarma, una situación que les va a las mil maravillas para poder ir colando, de matute, temas completamente ajenos a la pandemia que les sirven para irse consolidando en su tarea de convertir a España en una república destinada al fracaso, evidentemente de carácter frente populista. Sus argumentos son tan simples y obscenos que se atreven a decir que si el PP no pasa por las horcas Caudinas de apoyar todo lo que le proponga el gobierno actual, será el responsable del caos que se pueda producir en España.

Claro que se olvidan de que, entre pitos y flautas, desde la censura a Rajoy, el PSOE ha estado al frente del Ejecutivo y que, si nos encontramos en una situación tan penosa como la actual, no se le puede atribuir a la oposición sino a sus propios errores, sus metidas de pata, sus intentos de favorecer a los separatistas catalanes y vascos y, por encima de todo, haber pactado con Podemos una coalición que, con toda seguridad, si no se consigue que se aparte a Iglesias y todos su compadres comunistas del Gobierno, lo que sí es evidente es que entraremos en un caos económico, social, administrativo y financiero, que nos va a llevar directamente a tener que pedir rescate de Europa lo que, evidentemente, como le sucedió en la Grecia de Psripas, va a significar que los hombres de negro nos ajusten los machos y retrocedamos a la situación en la que nos dejó Rodríguez Zapatero en el mes de noviembre del año 2011 , a punto de tener que pedir, por primera vez, el apoyo de Europa. Aquella situación la salvaron, que nadie se olvide de ello, el señor Rajoy y el PP.

Pese a que la demagogia gubernamental no deja de insistir sobre lo bien que lo han hecho, se olvidan de las críticas que nos llegan del resto de Europa, de las quejas de los sanitarios y de las recomendaciones de los científicos respecto a lo que sería conveniente hacer para evitar el contagio y los fallecimientos ocasionados por el virus, una posición que ya vienen manteniendo y que ya empiezan a adoptar aquellos que siempre han venido apoyando al gobierno, pero que parece que están cansados de las arbitrariedades, las cacicadas, los desaires y las imposiciones de Sánchez y su colega de gobierno, Pablo Iglesias, crecido por estar convencido de ser una pieza fundamental en el actual gobierno, y dispuesto a aprovecharse de la oportunidad que le brinda el Covid 19 para ir avanzando en su idea de llevar a nuestra nación a una dictadura popular, como la que ayudaron a implantar en la república venezolana. Lo cierto es, y ya se está convirtiendo en preocupación principal de la ciudadanía el que, aparte del respeto y el miedo por el Covid 19 que todos tenemos, se está empezando a impacientar ante las malísimas noticias que, desde toda Europa y todos los estamentos económicos mejor informados, se anuncia respecto a que, a la finalización de la pandemia, se iniciará una nueva crisis (al parecer ya se está empezando a notar) que amenaza con ser mucho peor que la del 2008 y cuya recuperación va a ser mucho más lenta y, posiblemente, será de tal calado y profunda que nunca vamos a poder recuperar el estado de bienestar del que hemos gozado hasta ahora.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos cuesta aceptar que los que nos están gobernando sigan empeñados en enfocar los graves problemas que España está padeciendo (coronavirus, separatismo, recesión económica, desplome del PIB, crecimiento Deuda Pública, falta absoluta de control del déficit público y amenaza inminente de que un golpe de Estado incruento (o no) acabe con nuestra democracia y volvamos a la situación del 18 de julio de 1936) desde su punto de vista partidista, su sectarismo de izquierdas y su egoísmo personal, sin que les importe un ápice el futuro de España y de los españoles. Y un añadido para completar este panorama desolador: Navantia, el astillero público cuya propiedad es 100% de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), no logró la adjudicación valorada en más de 5.580 millones de dólares (5.000 millones de euros) para la construcción de una decena de fragatas de nueva generación para la U.S. Navy (La Armada de los Estados Unidos). Puede que Sánchez ya no se acuerde de cuando retiró aquella fragata que formaba parte de un grupo de combate de EE.UU pero, como es obvio, al presidente Trump y a los mandos de la navy no parece que se les haya olvidado y, aquí tenemos las consecuencias. Algunos, por otra parte, puede que no sepan de lo que se trata y de las consecuencias que se derivaron de aquella contienda de 1936. Pero, en España, todavía quedamos algunos, no muchos, que si sabemos lo que fue la posguerra española y lo que han venido siendo los intentos solapados del comunismo de retornarnos de nuevo a aquellos tiempos de crímenes y venganzas. ¡Ojalá haya quien tenga las agallas necesarias para evitar que se repitan de nuevo!

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