Un político honrado se prepara para una rueda de prensa, no “prepara” y amaña una rueda de prensa.
Las democracias sanas no se sostienen en una votación cada cuatro años sino que su esencia se basa en un parlamentarismo activo y en una opinión pública bien formada y mejor informada.
Muchos tenemos la impresión de que Sánchez nos quiere hacer comulgar con ruedas de prensa, amañadas y preparadas de antemano en preguntas y en respuestas.
Y las sospechas de un enorme fraude por parte de Sánchez crecen día tras día. Además de que él, en sí mismo considerado, es todo un fraude, es evidente que cuando alguien busca coartadas, en todo y para todo, es que algo oculta y tiene necesidad de tapar sus vergüenzas.
Desde la coartada falsa de la falta de apoyo de algunos partidos, para formar gobierno, a consecuencia de cuya negativa tuvo que echarse en brazos del comunismo y del separatismo, hasta la de una Europa insolidaria, pasando por las necesidades económicas y el apoyo a los más débiles o la igualdad tan pregonada, todo en Sánchez son excusas, burladeros (se esconde y se burla de los ciudadanos) y disculpas y cortinas de humo para ocultar su impotencia como gestor de los asuntos públicos.
La gran coartada es el coronavirus. Una tragedia real que azota al mundo entero, pero que en España tiene proporciones inusitadas e injustificables gracias a la nefasta y errática gestión de Sánchez que se afana en buscar coartadas, incluso para justificar muertes.
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