Una mujer belga de 90 años llamada Suzanne Hoylaerts, se dirigió así a los médicos que la atendían para rechazar su ayuda: "No quiero respiración artificial, guardadla para pacientes más jóvenes. Yo ya he tenido una buena vida. No lloréis, hicisteis todo lo que pudisteis". A pesar de que ante la crisis sanitaria del Covid-19, nos quieren vender la idea de que necesitamos más Estado para que nos cuide, la verdad es que lo han hecho fatal. Lo hicieron fatal al principio al no impedir la manifestación del 8 de marzo, etc., y lo están haciendo fatal a lo largo de este confinamiento con normas contradictorias. Normas, hay que decir en su favor, tomadas queriendo atajar la gravedad de la urgencia que ellos mismos aumentaron. Pero sería ahondar más en el error sacar de esta crisis falsas consecuencias como es, a mi entender, la renta mínima aumentaría el número de vagos en este país. Ante el desalentador cruce de acusaciones de los partidos políticos, tenemos los heroicos sacrificios de los que pagamos sus errores, como son: sanitarios, repartidores, cajeras, etc. Y sobre todo, los ancianos a los que se les condena a morir en muchos casos debido al colapso de los hospitales. O verse obligados a inmolarse voluntariamente a sí mismos por el bien de los más jóvenes, como es el caso de doña Suzanne”.
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