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Queda en el aire, en fin, el contenido de la posible ley sobre cuestiones económicas: así, la construcción y el mantenimiento de mezquitas, o la transparencia en los flujos financieros derivados de los productos halal y de la organización de las peregrinaciones a la Meca.
La cultura católica, especialmente desde el Concilio Vaticano II, fomenta la máxima comprensión y entendimiento con hebreos y musulmanes, “merecedores de admiración por todo lo que en su culto a Dios hay de verdadero y de bueno”, en expresión de Pablo VI. Ese espíritu permite apoyar también iniciativas en el campo de la libertad religiosa, de la hermandad humana, de la cultura, de la asistencia social. Forma parte de la fraternidad humana, objeto de la famosa declaración de Abu Dabi, firmada hace ahora un año
Pero, en el plano de la acción política, no parece posible la integración, mientras subsistan fuertes posiciones que consideran irrenunciables los elementos tomados de la sharía, la ley islámica, por encima de cualquier ordenamiento jurídico estatal.
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, cuyo ideólogo sería el actual candidato a Lehendakari, Pello Otxandiano, quien decidió revisar la anterior estrategia de Bildu e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica.
El pasado martes mientras limpiaba uno de los patios de colegio que me toca dos veces a la semana, una niña intentaba proteger a una abeja que no podía volar cogiéndola con una hoja y la apartó para que nadie la pisara estando pendiente para ver si se podía recuperar a lo que se sumaron una compañera y un compañero. Gestos que demuestran más empatía que muchos adultos.
En la colosal vorágine de los tiempos modernos, nos encontramos enredados en un tejido de deseos y ansias desbocadas. Nos hemos convertido en una sociedad dominada por la avaricia, un apetito voraz que desemboca en la insaciabilidad. La hambruna crónica de la insatisfacción. Más y más por el mero más y más. Lejos queda la capacidad personal y colectiva de detenernos a pensar quiénes somos y echar la vista atrás para recapitular de dónde venimos.
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