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Un barbero aconseja al gobierno

Venancio Rodríguez Sanz, Zaragoza
Lectores
sábado, 28 de marzo de 2020, 10:20 h (CET)

He visto que la gente se hace propósitos para cuando salgamos del coronavirus. Y he oído que algunos dicen que habrá que consumir cosas del país para ayudar a las empresas y por ende, a todos a salir de la crisis económica. Pero yo pienso, si todos los países hacen lo mismo, ¿acaso podemos prescindir del comercio exterior? Por otra parte, hay empresas españolas en otros países. Y por otra parte, esas empresas españolas se aprovechan de la mano de obra barata de esos países para venderlo a España a unos precios sin competencia. Esto último, además de ser injusto, es inmoral, porque promueve la explotación de una forma como ya todos conocemos: el dinero no tiene ética, escrúpulos, no cree en Dios, es tímido pero falso, no tiene familia, ni amigos, ni nada de nada… Yo propondría gravar las importaciones con aranceles. De esa forma volveríamos al producto fabricado en España. Aunque, el que realmente le apetezca comprar cordero de otros países, que lo compre si tiene ese capricho y va sobrado: no hay porqué cerrar ninguna puerta. Esto no sería una medida nacionalista, sino que sería una medida humanitaria, pues no promocionaríamos la explotación infantil etc. Y protegeríamos la producción fabricada en territorio español y la vuelta a casa de nuestros empresarios y sus empresas: esto supondría más trabajo para todos.


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Entre las múltiples experiencias que he vivido a lo largo de mi vida destacan las tres semanas que permanecí embarcado, allá por los ochenta, en el Ramiro Pérez, un barco mercante en el que realicé el viaje Sevilla-Barcelona-Tenerife-Sevilla enrolado como un tripulante más.

Una rotonda es el espejo de una sociedad. Cuando quieras saber cómo es un país, fíjate en cómo se aborda una rotonda, cómo se incorpora la gente y cómo se permite –o no– hacerlo a los demás. Ahí aparece la noción de ceda el paso, esa concesión al dinamismo de la existencia en comunidad, la necesidad de que todo esté en movimiento, de que fluya la comunicación y que todo el mundo quede incorporado a la rueda de la vida.

 
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