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“Una democracia es un campo de batalla donde la ambición de pocos jefes se disputa a palmos la facultad de subyugar al pueblo, a costa de la inquietud y a veces de la sangre y la miseria del mismo pueblo”. J.P.Forner

La “democracia” que ofrece a Catalunya el señor Mas

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No hay más que dejar al tiempo que acabe por poner en su lugar a todos aquellos “iluminados” que fuere por egolatría, por su incapacidad para calibrar las consecuencias de sus actos o fuere por incompetencia e incapacidad de encontrarles solución a aquellos problemas devenidos a causa de sus propios errores; han sido capaces, solos o en compañía, de situar a un pueblo al borde de sus propia auto inmolación, en aras de no se sabe que imaginarias leyendas del pasado, de que absurdos prejuicios en contra de aquellos vecinos a los que, la insania, la propia conveniencia, los intereses políticos y unas determinadas ideologías de tipo secesionistas; han pretendido satanizar y acusar de ser los inmediatos causantes de una presunta e inexistente injusticia para la comunidad a la que pretenden representar y defender.

Porque señores, esto que se ha descrito en el párrafo anterior es justamente lo que ha estado ocurriendo en la comunidad catalana. El señor Mas, en lo que se puede considerar el paroxismo de sus habituales contradicciones, el mismo al que se le llena la boca al hablar de “democracia” y pretende justificar sus pretensiones separatistas en base al supuesto derecho democrático de unos pocos ( la población de la autonomía catalana) en contra de unos muchos, la totalidad de los españoles; como si éstos no tuvieran nada que opinar sobre esta parte del territorio nacional que lo viene siendo desde hace más de seiscientos años e incluso mucho antes cuando la península formaba parte del Imperio Romano. Pues, como decíamos, el señor Mas, en uno de sus discursos a miembros de su partido, CIU, se permitió una frase en la que queda condensado el verdadero secreto dictatorial y antidemocrático que se oculta debajo de esta barbaridad histórica de la pretendida independencia de Catalunya. Seguramente, obcecado por su confusión mental y refiriéndose a estas plataformas que intentan levantar un frente de opinión para contrarrestar la avalancha independentista, ha lanzado la siguiente filípica: “No permitiremos un frente del ´no` para el 9N”. ¡Sí, señores, esta es la muestra del espíritu democrático que nos ofrecen estos señores que pretenden gobernar Catalunya, una vez consigan separarla de España!

Lo cierto es que son muchos los frentes a los que han deben atender los partidos separatistas. Uno de los mayores es sin duda que, mientras el partido del señor Mas, especialmente la rama de Unión Democrática, parece no tener clara su postura ante la posibilidad de que el TC revocara la famosa Ley de Consultas catalana ( algo que cada día parece más evidente); no parecen dispuestos a asumir una consulta contraria a la legalidad o, como en tantas ocasiones ha repetido el mismo señor Mas, cuando ha dicho que nunca se van a poner fuera de la legalidad; tememos el empecinamiento y las amenazas de ERC, bajo el mando de don Oriol Junqueras que, cada vez, se la ve más enojada, más insegura de que se vayan a cumplir las promesas que les hicieron el resto de partidos partidarios de la consulta por el “derecho a decidir”; algo que lo vienen objetivando elevando el tono de sus amenazas de abandonar a CIU y de ir por libres si sus aliados decidieran anteponer la legalidad a la consulta o, algo que parece que flota en el ambiente, dejarse de consultas para adelantar las elecciones autonómicas a las que, al parecer, se les pretendería dar un carácter plebiscitario para, de esta manera, esquivar los efectos de una ley inconstitucional.

El otro frente puede ser el que se empiecen a notar, ante la posibilidad de que, en Escocia, triunfara el sí a la separación de los ingleses; lo que serían los efectos inmediatos de tal escisión, cuando en la City la libra esterlina ha bajado vertiginosamente hasta mínimos que, en muchos años, habían sido desconocidos sólo por los efectos de una encuesta que daba por vencedor al “sí”. Sin duda, los empresarios catalanes, ya un tanto desanimados por el efecto de lo que ha sido el escándalo del siglo en Catalunya, el hecho de que la familia Pujol se haya enriquecido a costa del dinero de los catalanes, al menos presuntamente y, en parte, reconocido por el propio don Jordi Pujol, que admitió tener un dinero en Andorra por el que no se habían pagado los correspondientes impuestos; deben de haber tomado nota de este aviso y puede que el excesivo optimismo que los políticos nacionalistas le han querido insuflar al hecho de que una Catalunya independiente se podría valer por sí sola y continuar exportando y negociando con el resto de países, se haya apaciguado un tanto al ver la dificultad de soslayar las leyes europeas sobre la exclusión de las naciones que surgieran, fruto de su escisión de un país comunitario, de poder permanecer en la UE, recibir ayudas de Bruselas o créditos y compra de deuda pública a cargo del BCE; aparte de los efectos de las leyes económicas de carácter internacional sobre los aranceles a aplicar a este tipo de nuevos estados que, sin duda, acabarían de ser la puntilla para una Catalunya, endeudada en más de 60.0000 millones de euros; con más de 400.000 parados; que dejaría de recibir las continuas ayudas del Estado español para que pueda hacer frente a los pagos domésticos y para cubrir la renovación de los bonos emitidos por la Generalitat; sin cuyo apoyo debería declararse el país en quiebra algo que, no solo sería perjudicial para los ciudadanos catalanes, sino también para el resto del país.

Un tercer frente, puede que el peor y, potencialmente, el más peligroso y perjudicial para el pueblo catalán; es algo que ya se está percibiendo en la vida cotidiana de los ciudadanos de esta autonomía y que puede dar fe de lo peligroso que puede resultar sembrar la cizaña política y el enfrentamiento entre unos catalanes y los otros; entre los mismos familiares, entre padres e hijos o entre personas que han sido amigas hasta que ha entrado en cuestión la hipotética posibilidad de la separación de la “nación” catalana del resto de España. Puede que, en esta autonomía, haya más forasteros que en el resto de comunidades españolas y, aunque pueda parecer raro, son muchísimos los residentes que continúan comunicándose entre sí utilizando el castellano o, si me apuran, el gallego, el andaluz o el mismo brasileño, árabe o chino; debido a la cantidad de inmigrantes que se han ido asentando en esta región. Todo ello, a pesar de la gran presión que, por parte de las autoridades locales y los centros de enseñanza catalanes, se está haciendo para mantener la inmersión lingüística en catalán. Puede que sea cierto que hay una parte importante de catalanes que aspiren a la independencia, pero no están tan lejos ni en número ni en cuanto a querer permanecer unidos a España, de los que quieren seguir como ciudadanos españoles y catalanes.

Esperamos, los que pertenecemos a está última opción, que el señor Rajoy se mantenga firme en las promesas que viene haciendo, en cuanto a impedir la celebración del desafío catalán, que se pretende materializar mediante la celebración, contra viento y marea, de la anunciada consulta para el 9N. Un tropiezo, una mala maniobra, un descuido o una pequeña cesión, voluntaria o robada, puede tener un efecto devastador en lo que respeta a favorecer una explosión involutiva que arrastre a los más extremistas y radicales a convertir, esta autonomía, en un verdadero infierno.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadanos de a pie, vemos como cada día que pasa el peligro de enfrentamientos y alborotos callejeros, en Catalunya, provocados por quienes quieren crear el caos entre catalanes, se hace cada vez más inminente.

La “democracia” que ofrece a Catalunya el señor Mas

“Una democracia es un campo de batalla donde la ambición de pocos jefes se disputa a palmos la facultad de subyugar al pueblo, a costa de la inquietud y a veces de la sangre y la miseria del mismo pueblo”. J.P.Forner
Miguel Massanet
miércoles, 10 de septiembre de 2014, 08:38 h (CET)
No hay más que dejar al tiempo que acabe por poner en su lugar a todos aquellos “iluminados” que fuere por egolatría, por su incapacidad para calibrar las consecuencias de sus actos o fuere por incompetencia e incapacidad de encontrarles solución a aquellos problemas devenidos a causa de sus propios errores; han sido capaces, solos o en compañía, de situar a un pueblo al borde de sus propia auto inmolación, en aras de no se sabe que imaginarias leyendas del pasado, de que absurdos prejuicios en contra de aquellos vecinos a los que, la insania, la propia conveniencia, los intereses políticos y unas determinadas ideologías de tipo secesionistas; han pretendido satanizar y acusar de ser los inmediatos causantes de una presunta e inexistente injusticia para la comunidad a la que pretenden representar y defender.

Porque señores, esto que se ha descrito en el párrafo anterior es justamente lo que ha estado ocurriendo en la comunidad catalana. El señor Mas, en lo que se puede considerar el paroxismo de sus habituales contradicciones, el mismo al que se le llena la boca al hablar de “democracia” y pretende justificar sus pretensiones separatistas en base al supuesto derecho democrático de unos pocos ( la población de la autonomía catalana) en contra de unos muchos, la totalidad de los españoles; como si éstos no tuvieran nada que opinar sobre esta parte del territorio nacional que lo viene siendo desde hace más de seiscientos años e incluso mucho antes cuando la península formaba parte del Imperio Romano. Pues, como decíamos, el señor Mas, en uno de sus discursos a miembros de su partido, CIU, se permitió una frase en la que queda condensado el verdadero secreto dictatorial y antidemocrático que se oculta debajo de esta barbaridad histórica de la pretendida independencia de Catalunya. Seguramente, obcecado por su confusión mental y refiriéndose a estas plataformas que intentan levantar un frente de opinión para contrarrestar la avalancha independentista, ha lanzado la siguiente filípica: “No permitiremos un frente del ´no` para el 9N”. ¡Sí, señores, esta es la muestra del espíritu democrático que nos ofrecen estos señores que pretenden gobernar Catalunya, una vez consigan separarla de España!

Lo cierto es que son muchos los frentes a los que han deben atender los partidos separatistas. Uno de los mayores es sin duda que, mientras el partido del señor Mas, especialmente la rama de Unión Democrática, parece no tener clara su postura ante la posibilidad de que el TC revocara la famosa Ley de Consultas catalana ( algo que cada día parece más evidente); no parecen dispuestos a asumir una consulta contraria a la legalidad o, como en tantas ocasiones ha repetido el mismo señor Mas, cuando ha dicho que nunca se van a poner fuera de la legalidad; tememos el empecinamiento y las amenazas de ERC, bajo el mando de don Oriol Junqueras que, cada vez, se la ve más enojada, más insegura de que se vayan a cumplir las promesas que les hicieron el resto de partidos partidarios de la consulta por el “derecho a decidir”; algo que lo vienen objetivando elevando el tono de sus amenazas de abandonar a CIU y de ir por libres si sus aliados decidieran anteponer la legalidad a la consulta o, algo que parece que flota en el ambiente, dejarse de consultas para adelantar las elecciones autonómicas a las que, al parecer, se les pretendería dar un carácter plebiscitario para, de esta manera, esquivar los efectos de una ley inconstitucional.

El otro frente puede ser el que se empiecen a notar, ante la posibilidad de que, en Escocia, triunfara el sí a la separación de los ingleses; lo que serían los efectos inmediatos de tal escisión, cuando en la City la libra esterlina ha bajado vertiginosamente hasta mínimos que, en muchos años, habían sido desconocidos sólo por los efectos de una encuesta que daba por vencedor al “sí”. Sin duda, los empresarios catalanes, ya un tanto desanimados por el efecto de lo que ha sido el escándalo del siglo en Catalunya, el hecho de que la familia Pujol se haya enriquecido a costa del dinero de los catalanes, al menos presuntamente y, en parte, reconocido por el propio don Jordi Pujol, que admitió tener un dinero en Andorra por el que no se habían pagado los correspondientes impuestos; deben de haber tomado nota de este aviso y puede que el excesivo optimismo que los políticos nacionalistas le han querido insuflar al hecho de que una Catalunya independiente se podría valer por sí sola y continuar exportando y negociando con el resto de países, se haya apaciguado un tanto al ver la dificultad de soslayar las leyes europeas sobre la exclusión de las naciones que surgieran, fruto de su escisión de un país comunitario, de poder permanecer en la UE, recibir ayudas de Bruselas o créditos y compra de deuda pública a cargo del BCE; aparte de los efectos de las leyes económicas de carácter internacional sobre los aranceles a aplicar a este tipo de nuevos estados que, sin duda, acabarían de ser la puntilla para una Catalunya, endeudada en más de 60.0000 millones de euros; con más de 400.000 parados; que dejaría de recibir las continuas ayudas del Estado español para que pueda hacer frente a los pagos domésticos y para cubrir la renovación de los bonos emitidos por la Generalitat; sin cuyo apoyo debería declararse el país en quiebra algo que, no solo sería perjudicial para los ciudadanos catalanes, sino también para el resto del país.

Un tercer frente, puede que el peor y, potencialmente, el más peligroso y perjudicial para el pueblo catalán; es algo que ya se está percibiendo en la vida cotidiana de los ciudadanos de esta autonomía y que puede dar fe de lo peligroso que puede resultar sembrar la cizaña política y el enfrentamiento entre unos catalanes y los otros; entre los mismos familiares, entre padres e hijos o entre personas que han sido amigas hasta que ha entrado en cuestión la hipotética posibilidad de la separación de la “nación” catalana del resto de España. Puede que, en esta autonomía, haya más forasteros que en el resto de comunidades españolas y, aunque pueda parecer raro, son muchísimos los residentes que continúan comunicándose entre sí utilizando el castellano o, si me apuran, el gallego, el andaluz o el mismo brasileño, árabe o chino; debido a la cantidad de inmigrantes que se han ido asentando en esta región. Todo ello, a pesar de la gran presión que, por parte de las autoridades locales y los centros de enseñanza catalanes, se está haciendo para mantener la inmersión lingüística en catalán. Puede que sea cierto que hay una parte importante de catalanes que aspiren a la independencia, pero no están tan lejos ni en número ni en cuanto a querer permanecer unidos a España, de los que quieren seguir como ciudadanos españoles y catalanes.

Esperamos, los que pertenecemos a está última opción, que el señor Rajoy se mantenga firme en las promesas que viene haciendo, en cuanto a impedir la celebración del desafío catalán, que se pretende materializar mediante la celebración, contra viento y marea, de la anunciada consulta para el 9N. Un tropiezo, una mala maniobra, un descuido o una pequeña cesión, voluntaria o robada, puede tener un efecto devastador en lo que respeta a favorecer una explosión involutiva que arrastre a los más extremistas y radicales a convertir, esta autonomía, en un verdadero infierno.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadanos de a pie, vemos como cada día que pasa el peligro de enfrentamientos y alborotos callejeros, en Catalunya, provocados por quienes quieren crear el caos entre catalanes, se hace cada vez más inminente.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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