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Etiquetas | Política | PP | PSOE
“Hacer obrar a un pueblo en contra de las condiciones particulares de su ser como pueblo libre, es malgastar su actividad, es desviarlo del progreso y es encaminarlo al retroceso” Esteban Echeverría

​¿Estamos bogando o ciando? ¿Gobierno de progreso o de retroceso?

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A nuestros actuales gobernantes se les llena la boca de la palabra progreso, progresista, anticapitalista, control, prohibición, intervencionismo, laicismo, democracia, feminismo (en el sentido de primar a la mujer por el mero hecho de serlo) y toda una serie de tópicos propios del pensamiento político de las izquierdas sin que, al parecer, conozcan el verdadero sentido de todas estas expresiones, salvo en lo que se pudiera entender como represión de los derechos constitucionales del pueblo español, intervencionismo económico basado en las viejas teorías de control económico por parte del Estado, de profunda raigambre comunista, en todo aquello que debería ser cometido exclusivo de los emprendedores privados y de los industriales, basados en los principios del libre mercado y la ley de la oferta y la demanda.

No deberíamos de extrañarnos porque, en este gobierno paritario que nos ha caído en suerte, seguramente la única paridad que existe en él es la de la manifiesta incapacidad, incompetencia, proselitismo sectario, fanatismo junto a la endémica idea de que todos los que no piensen como ellos están equivocados y, en consecuencia, se los debe combatir por todos los medios de los que dispone un Estado de cariz totalitario. En este aspecto doctrinario, sectario, intolerante, dictatorial y marrullero, es evidente que sí existe una perfecta paridad, una incuestionable coincidencia de pareceres y una no menos chocante idea común de cómo hurtar al pueblo el conocimiento de la realidad económica; las perspectivas de futuro; las posibilidades de caer en una nueva crisis; la incertidumbre sobre las probabilidades de evitar que aumente el desempleo y el oscurantismo absoluto sobre la idea que tienen nuestros gobernantes sobre España, su unidad y hasta dónde están dispuestos a llegar en cuanto a las concesiones que se les están dando a los independentistas, tanto catalanes como vascos, ciertamente una perfecta igualdad entre varones y hembras, a la vista de las primeras impresiones que hemos tenido ocasión de formarnos de todos y cada uno de los nuevos ministros y de las personas que han escogido para que les sirvan de lazarillos, disciplinados, obedientes y, por supuesto, dispuestos a acatar cualquier orden que se les dé, sin rechistar.

Bien. Basta una ojeada general a nuestro entorno para comprobar que no hay ni una sola de las manifestaciones que salen de la boca de nuestros ministros/ministras, coincidente con la pura realidad en la que nos encontramos inmersos. Hasta la ministra en la que se confiaba como tope para las ideas desestabilizadoras de los señores de Podemos, la señora Nadia Calviño, ya se ha añadido al coro de plañideras dispuestas a defender lo indefendible, como hemos tenido ocasión de ver anta el escándalo de la entrevista del señor Ábalos con la ministra de Maduro, la señora Delcy Rodríguez. Hablan de gobierno de progreso y acabamos de enterarnos de que, en España, las declaraciones de obra nueva han disminuido en el pasado año un 25%, un porcentaje que en la Cataluña de la señora Colau parece que supera el 55%, algo que no puede extrañar a nadie ante el hecho de que en Barcelona estamos entrando en un sistema de gobierno que para nada desmerece del que pudiera tener el señor Maduro en Venezuela.

¿Dónde están aquellas muestras de optimismo de hace apenas unos meses? El mismo Gobierno ha tenido que rectificar sus previsiones y hoy sale en la prensa que ya se han concedido, a sí mismos (¿qué pensarán en Bruselas de esto?), un mayor margen de tolerancia respecto a los márgenes del déficit público y aceptan que va a haber una rebaja del crecimiento con un desfase presupuestario que elevan al 1’8% para este año y prevé que la economía, apenas iniciado el nuevo gobierno, ya tienen que aceptar que va a crecer cuatro décimas menos que la prevista. Crisis en el campo, crisis en el sector del automóvil, crisis en la construcción y crisis con las Comunidades Autónomas a las que la ministra de Hacienda, señora María Jesús Montero, con su gracejo andaluz, les ha hecho saber que se deben olvidar de los dos mil setecientos millones de euros que el Estado les debía, por devolución del impuesto del IVA, porque el gobierno no está dispuesto a desprenderse de tal importante suma, seguramente porque tendrán otro conceptos en los que invertirlos, debido a sus planes de un aumento desproporcionado del gasto público que, aunque van a descogotarnos a impuestos, no hay suficiente recaudación para alimentar los planes monumentales que tienen previstos, para asegurarse los votos de aquellos de los suyos a los que van a beneficiar con su liberalismo con los impuestos de los españoles. No debiéramos de extrañarnos de ello, porque ya nos avisaron con lo que sucedió en Andalucía, respecto a los EREs fraudulentos y la cara dura de los sindicatos que no dudaron en tomar parte en aquella orgía de dinero de la que muchos, demasiados, se beneficiaron, en aquella ocasión en detrimento de cantidades que estaban destinadas a compensar a los trabajadores que habían sido despedidos en virtud de unos ERE amañados.

Si, señores, con toda la caradura del mundo y con la aquiescencia cómplice de la mayoría de comunidades gobernadas por el PSOE, el actual Ejecutivo se ha saltado a la torera su obligación de que Hacienda devolviese a sus legítimos acreedores el IVA que se les debía de años atrás. Como consuelo les ha dicho que va a permitir que las comunidades afectadas (que son todas, menos la catalana, que ya lleva cobrados por adelantado muchos cientos de millones como “premio” a ser una comunidad que está pidiendo la independencia de España y que, por si fuéramos poco, resulta que uno de los presos que suponemos que por poco tiempo, sigue encerrado en la cárcel de Lledoners, el señor Junqueras, sea quien tenga en sus manos el destino de España) puedan endeudarse por encima de lo admitido. Una situación, esta de la dependencia del Gobierno del apoyo de ERC, que por extraña, absurda, ilegal (si señores, es ilegal que el destino de España, en lugar de estar en el Congreso y en el Senado, se pueda decidir entre el partido del Gobierno y un partido minoritario que, ni tan siquiera, quiere aceptar que es español, dirigido por un señor condenado a 13 años de cárcel) ¿Dónde están los recursos de inconstitucionalidad ante semejante estafa gubernamental? Mucho nos tememos que entre si serán galgo o podencos, quienes deberían mostrarse como censores implacables con la política de pasarse la Constitución por el forro de los pantalones, no parece que estén por la labor, distraídos en problemas menores que, por supuesto, no van a servir para salvar a España de la grave situación a la que la están conduciendo las izquierdas.

Resulta poco menos que incomprensible que cuando se trató de repartir las presidencias de las comisiones del Congreso, un partido que ha conseguido 52 escaños, el tercero en número de votos, por una maquinación incomprensible entre el PP y el PSOE, se haya dejado a VOX sin ninguna de ellas. ¿Qué se está pretendiendo demostrar, que la democracia no admite partidos que no piensen de acuerdo con lo que piensan los dos partidos principales? ¿Acaso el PP no tiene valores que coinciden, en un 90%, con los que sostiene el señor Abascal de VOX? Así se empieza la claudicación y es conveniente que, el señor Casado, no se deje influir por señores como Alonso y Feijoo, evidentemente más tolerantes con las ideas de los actuales gobernantes. Puede que los necesite para las elecciones en Galicia y el País Vasco, pero no le van a librar, si el PP sigue esta deriva parecida a la del señor Rajoy, de que, cuando lleguen las próximas elecciones, muchos de los que hemos votado al PP desde hace muchos años, pensemos que sería mejor apoyarnos en VOX. Para apoyar a la izquierda ya están los separatistas y los melifluos del país vasco, no pretendan ahora regresar a las ideas de Sáez de Santamaría que han sido, juntamente con el caso Gürtel, las que nos han llevado a la triste situación en la que nos encontramos los que amamos a nuestro país.

España no avanza, está estancada y, en política internacional, estamos situándonos en terreno de nadie que, fácilmente, se puede convertir en terreno pantanoso si el señor Sánchez sigue emperrado en cubrirse de lodo las botas, haciéndole el paripé al dictador venezolano, con ayuda de impresentable Rodríguez Zapatero; un personaje siniestro al que le debemos, los españoles, el que nuestra nación se encuentra otra vez en una situación parecida a la en que la dejó en el 2011, cuando tuvo que tirar la toalla. Puede que, en Europa, haya conseguido el señor Sánchez que se le admitan sus propuestas como en el caso del pulpo como animal de compañía; pero no van a tardar en averiguar que, este señor, que siempre va de farol, es un experto en ocultar la parte desagradable de los temas y en vender, con el mayor descaro del mundo, la mercancía deteriorada como si fuera de excelente calidad. Todo ello, hasta que, más bien pronto que tarde, la economía, sus reglas, nuestras propias carencias y las enemistades que nos estamos ganando a pulso con nuestra política de acercamiento a Venezuela y con esta obsesión, propia de las izquierdas, de intentar darle cabezadas al muro de acero, como es el caso de nuestro desafío, poco menos de una inconsciencia rayana en la estupidez, al pretender enfrentarse a los EE.UU del señor Trump, esperando que, en las próximas elecciones, salga otro demócrata de medio pelo o de tintes comunistas, como el demócrata señor Sanders, para que le ría las gracias. Lo malo es que puede que Trump no sea tan fácil de derrotar y el señor Sánchez vaya a tener un tiempo limitado para demostrar que, su gobierno de progreso, no es más que una pifia más de las tantas, que los distintos intentos de establecer regímenes comunistas en naciones del mundo, han acabado con la utopía de la igualdad y el intervencionismo económico, como el que fue la causa del descalabro de la URSS que hoy, de nuevo, ha recobrado su verdadero nombre: Rusia.

O así es como, señores, desde la óptica de un simple ciudadano de a pie, seguimos convencidos de que tenemos un gobierno marioneta, un gobierno con muchas mujeres feministas de pura cepa, que siguen las tácticas de todas aquellas que les han precedido en su lucha de desacreditar a los hombres. Con un añadido que puede resultarles fatal, en cuanto a los resultados de sus respectivas funciones en los distintos ministerios de que consta, nada menos que 22, el nuevo ejecutivo; lo que ha representado un incremento del coste, de este nuevo gabinete, calculado en 27 millones anuales de euros, más. Estas señoras van a tener que seguir las instrucciones del señor Sánchez, un sujeto extremadamente peligroso y con evidentes ramalazos dictatoriales, al que van a tener que supeditarse lo que, en muchas ocasiones, puede significar que tengan que actuar de forma que no sea, precisamente, la más conveniente para el pueblo español. ¡Triunfa España!/ los yunques y las ruedas/ cantan al compás/ del himno de la fe.

​¿Estamos bogando o ciando? ¿Gobierno de progreso o de retroceso?

“Hacer obrar a un pueblo en contra de las condiciones particulares de su ser como pueblo libre, es malgastar su actividad, es desviarlo del progreso y es encaminarlo al retroceso” Esteban Echeverría
Miguel Massanet
jueves, 13 de febrero de 2020, 08:27 h (CET)

A nuestros actuales gobernantes se les llena la boca de la palabra progreso, progresista, anticapitalista, control, prohibición, intervencionismo, laicismo, democracia, feminismo (en el sentido de primar a la mujer por el mero hecho de serlo) y toda una serie de tópicos propios del pensamiento político de las izquierdas sin que, al parecer, conozcan el verdadero sentido de todas estas expresiones, salvo en lo que se pudiera entender como represión de los derechos constitucionales del pueblo español, intervencionismo económico basado en las viejas teorías de control económico por parte del Estado, de profunda raigambre comunista, en todo aquello que debería ser cometido exclusivo de los emprendedores privados y de los industriales, basados en los principios del libre mercado y la ley de la oferta y la demanda.

No deberíamos de extrañarnos porque, en este gobierno paritario que nos ha caído en suerte, seguramente la única paridad que existe en él es la de la manifiesta incapacidad, incompetencia, proselitismo sectario, fanatismo junto a la endémica idea de que todos los que no piensen como ellos están equivocados y, en consecuencia, se los debe combatir por todos los medios de los que dispone un Estado de cariz totalitario. En este aspecto doctrinario, sectario, intolerante, dictatorial y marrullero, es evidente que sí existe una perfecta paridad, una incuestionable coincidencia de pareceres y una no menos chocante idea común de cómo hurtar al pueblo el conocimiento de la realidad económica; las perspectivas de futuro; las posibilidades de caer en una nueva crisis; la incertidumbre sobre las probabilidades de evitar que aumente el desempleo y el oscurantismo absoluto sobre la idea que tienen nuestros gobernantes sobre España, su unidad y hasta dónde están dispuestos a llegar en cuanto a las concesiones que se les están dando a los independentistas, tanto catalanes como vascos, ciertamente una perfecta igualdad entre varones y hembras, a la vista de las primeras impresiones que hemos tenido ocasión de formarnos de todos y cada uno de los nuevos ministros y de las personas que han escogido para que les sirvan de lazarillos, disciplinados, obedientes y, por supuesto, dispuestos a acatar cualquier orden que se les dé, sin rechistar.

Bien. Basta una ojeada general a nuestro entorno para comprobar que no hay ni una sola de las manifestaciones que salen de la boca de nuestros ministros/ministras, coincidente con la pura realidad en la que nos encontramos inmersos. Hasta la ministra en la que se confiaba como tope para las ideas desestabilizadoras de los señores de Podemos, la señora Nadia Calviño, ya se ha añadido al coro de plañideras dispuestas a defender lo indefendible, como hemos tenido ocasión de ver anta el escándalo de la entrevista del señor Ábalos con la ministra de Maduro, la señora Delcy Rodríguez. Hablan de gobierno de progreso y acabamos de enterarnos de que, en España, las declaraciones de obra nueva han disminuido en el pasado año un 25%, un porcentaje que en la Cataluña de la señora Colau parece que supera el 55%, algo que no puede extrañar a nadie ante el hecho de que en Barcelona estamos entrando en un sistema de gobierno que para nada desmerece del que pudiera tener el señor Maduro en Venezuela.

¿Dónde están aquellas muestras de optimismo de hace apenas unos meses? El mismo Gobierno ha tenido que rectificar sus previsiones y hoy sale en la prensa que ya se han concedido, a sí mismos (¿qué pensarán en Bruselas de esto?), un mayor margen de tolerancia respecto a los márgenes del déficit público y aceptan que va a haber una rebaja del crecimiento con un desfase presupuestario que elevan al 1’8% para este año y prevé que la economía, apenas iniciado el nuevo gobierno, ya tienen que aceptar que va a crecer cuatro décimas menos que la prevista. Crisis en el campo, crisis en el sector del automóvil, crisis en la construcción y crisis con las Comunidades Autónomas a las que la ministra de Hacienda, señora María Jesús Montero, con su gracejo andaluz, les ha hecho saber que se deben olvidar de los dos mil setecientos millones de euros que el Estado les debía, por devolución del impuesto del IVA, porque el gobierno no está dispuesto a desprenderse de tal importante suma, seguramente porque tendrán otro conceptos en los que invertirlos, debido a sus planes de un aumento desproporcionado del gasto público que, aunque van a descogotarnos a impuestos, no hay suficiente recaudación para alimentar los planes monumentales que tienen previstos, para asegurarse los votos de aquellos de los suyos a los que van a beneficiar con su liberalismo con los impuestos de los españoles. No debiéramos de extrañarnos de ello, porque ya nos avisaron con lo que sucedió en Andalucía, respecto a los EREs fraudulentos y la cara dura de los sindicatos que no dudaron en tomar parte en aquella orgía de dinero de la que muchos, demasiados, se beneficiaron, en aquella ocasión en detrimento de cantidades que estaban destinadas a compensar a los trabajadores que habían sido despedidos en virtud de unos ERE amañados.

Si, señores, con toda la caradura del mundo y con la aquiescencia cómplice de la mayoría de comunidades gobernadas por el PSOE, el actual Ejecutivo se ha saltado a la torera su obligación de que Hacienda devolviese a sus legítimos acreedores el IVA que se les debía de años atrás. Como consuelo les ha dicho que va a permitir que las comunidades afectadas (que son todas, menos la catalana, que ya lleva cobrados por adelantado muchos cientos de millones como “premio” a ser una comunidad que está pidiendo la independencia de España y que, por si fuéramos poco, resulta que uno de los presos que suponemos que por poco tiempo, sigue encerrado en la cárcel de Lledoners, el señor Junqueras, sea quien tenga en sus manos el destino de España) puedan endeudarse por encima de lo admitido. Una situación, esta de la dependencia del Gobierno del apoyo de ERC, que por extraña, absurda, ilegal (si señores, es ilegal que el destino de España, en lugar de estar en el Congreso y en el Senado, se pueda decidir entre el partido del Gobierno y un partido minoritario que, ni tan siquiera, quiere aceptar que es español, dirigido por un señor condenado a 13 años de cárcel) ¿Dónde están los recursos de inconstitucionalidad ante semejante estafa gubernamental? Mucho nos tememos que entre si serán galgo o podencos, quienes deberían mostrarse como censores implacables con la política de pasarse la Constitución por el forro de los pantalones, no parece que estén por la labor, distraídos en problemas menores que, por supuesto, no van a servir para salvar a España de la grave situación a la que la están conduciendo las izquierdas.

Resulta poco menos que incomprensible que cuando se trató de repartir las presidencias de las comisiones del Congreso, un partido que ha conseguido 52 escaños, el tercero en número de votos, por una maquinación incomprensible entre el PP y el PSOE, se haya dejado a VOX sin ninguna de ellas. ¿Qué se está pretendiendo demostrar, que la democracia no admite partidos que no piensen de acuerdo con lo que piensan los dos partidos principales? ¿Acaso el PP no tiene valores que coinciden, en un 90%, con los que sostiene el señor Abascal de VOX? Así se empieza la claudicación y es conveniente que, el señor Casado, no se deje influir por señores como Alonso y Feijoo, evidentemente más tolerantes con las ideas de los actuales gobernantes. Puede que los necesite para las elecciones en Galicia y el País Vasco, pero no le van a librar, si el PP sigue esta deriva parecida a la del señor Rajoy, de que, cuando lleguen las próximas elecciones, muchos de los que hemos votado al PP desde hace muchos años, pensemos que sería mejor apoyarnos en VOX. Para apoyar a la izquierda ya están los separatistas y los melifluos del país vasco, no pretendan ahora regresar a las ideas de Sáez de Santamaría que han sido, juntamente con el caso Gürtel, las que nos han llevado a la triste situación en la que nos encontramos los que amamos a nuestro país.

España no avanza, está estancada y, en política internacional, estamos situándonos en terreno de nadie que, fácilmente, se puede convertir en terreno pantanoso si el señor Sánchez sigue emperrado en cubrirse de lodo las botas, haciéndole el paripé al dictador venezolano, con ayuda de impresentable Rodríguez Zapatero; un personaje siniestro al que le debemos, los españoles, el que nuestra nación se encuentra otra vez en una situación parecida a la en que la dejó en el 2011, cuando tuvo que tirar la toalla. Puede que, en Europa, haya conseguido el señor Sánchez que se le admitan sus propuestas como en el caso del pulpo como animal de compañía; pero no van a tardar en averiguar que, este señor, que siempre va de farol, es un experto en ocultar la parte desagradable de los temas y en vender, con el mayor descaro del mundo, la mercancía deteriorada como si fuera de excelente calidad. Todo ello, hasta que, más bien pronto que tarde, la economía, sus reglas, nuestras propias carencias y las enemistades que nos estamos ganando a pulso con nuestra política de acercamiento a Venezuela y con esta obsesión, propia de las izquierdas, de intentar darle cabezadas al muro de acero, como es el caso de nuestro desafío, poco menos de una inconsciencia rayana en la estupidez, al pretender enfrentarse a los EE.UU del señor Trump, esperando que, en las próximas elecciones, salga otro demócrata de medio pelo o de tintes comunistas, como el demócrata señor Sanders, para que le ría las gracias. Lo malo es que puede que Trump no sea tan fácil de derrotar y el señor Sánchez vaya a tener un tiempo limitado para demostrar que, su gobierno de progreso, no es más que una pifia más de las tantas, que los distintos intentos de establecer regímenes comunistas en naciones del mundo, han acabado con la utopía de la igualdad y el intervencionismo económico, como el que fue la causa del descalabro de la URSS que hoy, de nuevo, ha recobrado su verdadero nombre: Rusia.

O así es como, señores, desde la óptica de un simple ciudadano de a pie, seguimos convencidos de que tenemos un gobierno marioneta, un gobierno con muchas mujeres feministas de pura cepa, que siguen las tácticas de todas aquellas que les han precedido en su lucha de desacreditar a los hombres. Con un añadido que puede resultarles fatal, en cuanto a los resultados de sus respectivas funciones en los distintos ministerios de que consta, nada menos que 22, el nuevo ejecutivo; lo que ha representado un incremento del coste, de este nuevo gabinete, calculado en 27 millones anuales de euros, más. Estas señoras van a tener que seguir las instrucciones del señor Sánchez, un sujeto extremadamente peligroso y con evidentes ramalazos dictatoriales, al que van a tener que supeditarse lo que, en muchas ocasiones, puede significar que tengan que actuar de forma que no sea, precisamente, la más conveniente para el pueblo español. ¡Triunfa España!/ los yunques y las ruedas/ cantan al compás/ del himno de la fe.

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