Llegaron las elecciones europeas y comenzamos a recibir mensajes variados. La
encuesta del CIS nos dio sus previsiones de que los dos partidos mayoritarios perderían
votos, mientras crecerían algo los minoritarios de la izquierda, pero no los minoritarios
de la derecha. ¿Tienen incidencia las encuestas en la emisión del voto?
Publicar que determinadas formaciones no conseguirán nada es advertir a los que
pudieran pensar en votarlos, que desperdiciarían su voto, en cambio, si los partidos
minoritarios de izquierda crecen, los votantes de esta tendencia tienen más opciones
para un voto útil, restando así votos al partido socialista.
Creo que los españoles estamos pensando utilizar estas elecciones europeas para ajustar
cuentas con los dos grandes partidos. Unos no han olvidado la nefasta gestión del Sr.
Rodríguez Zapatero y otros esperaban que la del Sr. Rajoy resolviera rápidamente los
problemas y cumpliera el programa con el que se presentó a las elecciones.
El debate televisivo Cañete-Valenciano me ha resultado decepcionante. La señora
Valenciano demostró un mayor dominio del gesto desdeñoso, la mirada envolvente, la
rotundidad de sus afirmaciones, aunque no fueran ciertas, mientras que el señor Cañete,
estuvo envarado, a la defensiva con datos, sin duda ciertos, pero que su oponente
despreciaba con la maestría de una actriz consumada que recita el papel que le han
asignado.
Cada vez que el señor Cañete se refería a la herencia recibida con datos económicos y
estadísticos, la señora Valenciano se mofaba con su desparpajo burlesco y acusaba al
Sr. Rajoy de todos los males que padecemos y de los que el gobierno anterior no tendría
ninguna responsabilidad, según su parecer ¿?.
Encorsetado en los datos económicos, no supo el señor Cañete hablar de otra parte de
la herencia recibida de los gobiernos socialistas, tan grave o más que la económica. Me
refiero a la ingeniería social aplicada por Rodríguez Zapatero con su nefasta asignatura
de educación para la ciudadanía, el divorcio exprés, el matrimonio entre personas del
mismo sexo o la ley de plazos del aborto, vendida como “derecho de la libertad de las
mujeres” que utilizó como bandera la señora Valenciano.
Resultó deprimente que el señor Cañete respondiera tímidamente con el caso de aborto
de menores de edad y confesara que para la ley que prepara el gobierno se buscará el
mayor consenso. Es decir, que el PP no apuesta claramente por los derechos del niño
en gestación, por la vida, por si ello le hace perder votos, como tampoco apuesta por la
familia, a pesar de lo que dijera en su programa.
La señora Valenciano clamó contra los recortes en educación a lo que el señor Cañete
opuso algunas cifras que pasaron desapercibidas, cuando tenía la ocasión de recordar el
desastre educativo que comenzó con la LOGSE de Rubalcaba, cuyos resultados están
a la vista con los informes PISA, abandono escolar, pase de unos cursos a otros con
suspensos, conceder becas a los que no estudian, etc. etc.
¿De Europa se habló algo? De lo que se hace en la CE y de lo que ha hecho el señor
Cañete en ella, habló con datos y cifras, que no podían competir con la actuación lírica
de la señora Valenciano que ofrecía unos cambios maravillosos si llegan a mandar en
la CE los socialistas y lo mal que irán los derechos y libertades de los trabajadores si
mandan los del Partido Popular. ¡Demagogia barata!
¿Qué hago el 25? ¿A quién voto?