Hay veces que la vida te obliga a elegir, entre cosas que no quieres. Hay veces que la vida te empuja para que sigas un camino que no sabes. Hay veces que la vida no tiene en cuenta lo que tú habías planeado para ti. Hay veces, que lo que nunca te hubieras atrevido a soñar, la vida te lo puso en la mesa, y te lo tuviste que tragar a disgusto pero, que a la postre, resultó ser el plato más emocionante que te hubieras podido imaginar. Hay veces que le das gracias a la vida por todo lo que te ha dado sin tú merecerlo. Sin que tú supieras lo que anidaba dentro de ti. Lo que latente dormía sin tú saberlo. Hay veces que la vida te rompe la vida, para volvértela a recomponer de la manera más insospechada. Y sufres en el camino por la incertidumbre, por aquellos castillos que las circunstancias derribó, por el futuro perfecto que pensabas que te habías labrado con tanto esfuerzo. Hay veces que, después de todo, das las gracias a la vida por componer para ti un futuro mucho mejor.
|