Emmanuel Macron designó a Jean-Paul Delevoye alto comisionado para dirigir la reforma de la pensiones. Ha presentado ya un primer informe, en que señala la edad de 64 años como requisito para una pensión completa, y plantea una duración más amplia del período de cotización. Pero el presidente de la república desea seguir negociando, y ha subrayado que no está nada decidido por ahora. Espera conseguir, como en su día Raffarin, el apoyo al menos de la CFGT, el sindicato casi siempre bien dispuesto a llegar a pactos y que ha mostrado en diversas ocasiones su conformidad con el establecimiento de un sistema de pensiones universal. El Primer Ministro, Edouard Philippe, mantuvo conversaciones con los interlocutores sociales a comienzos de septiembre, con una metodología que resumió en tres palabras: “escucha, diálogo, proximidad”. Llegó a hablar de una "co-construcción", en la línea de los principios democráticos sociales tan familiares a François Hollande.
Desde luego, no se puede olvidar que, a diferencia de lo sucedido en otros momentos, hay indicios de una pérdida de poder de convocatoria por parte de los sindicatos. Las primeras huelgas convocadas por CGT no han tenido el eco esperado, ni siquiera en el clásico campo de los ferroviarios. Incluso, se intentó motivar el conflicto con peticiones relativas a salarios, reorganizaciones y reclutamiento, sin mencionar la reforma de las pensiones, que supondría la abolición del régimen especial de la SNCF (la Renfe francesa).
|