Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos
“Es cosa notable que los que más hablan son los que tienen menos que decir”, M. Prior

Una vez más los separatistas intentan darnos gato por liebre

|

Aunque ya estamos acostumbrados a que la prensa catalana, encabezada por el periódico del grupo Godó, La Vanguardia; pretenda encontrar justificaciones y conseguir adeptos para esta gran tontería colectiva que aquí, en Catalunya, se ha dado por definir como “el derecho a decidir”, un apaño con el que han pretendido evitar el enfrentamiento directo con la Constitución, sin conseguirlo por supuesto, porque no hay un solo español que no sepa que, detrás de esta frase, no existe otra cosa que el intento de los independentistas de separar a Catalunya de España. El señor Mas, a imagen y semejanza del antiguo president de la Generalitat, Jordi Pujol; pretende pasar a la Historia como aquel “héroe” carismático que consiguió independizar a los catalanes del “yugo” español; no obstante, debiera mirarse en Masiá y Companys antes de seguir adelante.

Si a nivel local deberemos reconocer que ha conseguido movilizar a una parte del pueblo catalán, al que ha engañado prometiéndoles el oro y el moro en caso de que se consiguiera la ansiada Catalunya “lliure”; es cierto que su empeño de intentar solucionar, a nivel europeo e internacional, los evidentes efectos negativos, en todos los órdenes, que se derivarían de tal decisión, para los ciudadanos del nuevo estado; no se ha conseguido más que fracaso tras fracaso, como no podría entenderse de otra manera, porque no hay nación que se preste a aceptar que una de sus regiones pudieran pretender independizarse unilateralmente, poniendo en evidente peligro la viabilidad del propio Estado. Si algún país, aparte de desmarcarse de la doctrina general imperante en la UE, se atreviera a tomar partido por el independentismo catalán, seguramente cavaría su propia tumba, dando pie a que dentro de sus propias fronteras alguna parte de su población pretendiera tomar ejemplo de los catalanes, aprovechándose de las declaraciones de su propio gobierno.

El señor Mas se ha gastado el dinero de los impuestos de los catalanes, acudiendo a diversos países; parece que, últimamente, ya son 11 los visitados por el President y su séquito de “iluminados” defensores de la ruptura con España sin que, en ninguno de ellos, haya conseguido otra cosa que ser recibido por figuras de tercera categoría que, a lo más, se han prestado a firmar algún acuerdo comercial con los empresarios del séquito del señor Mas. Algo hay que reconocerles, tanto a Mas como a Junqueras, son invulnerables al desánimo e insisten, una y otra vez, pensando que, en algún lugar del Mundo, aunque sea en Corea del Norte, van a encontrar a alguien en quien apoyarse para justificar su postura auténticamente suicida e irrealizable, de apartarse de España en unos momentos de crisis económica, con 600 mil parados, endeudados hasta las cejas, sin posibilidad de financiarse en los mercados bursátiles (al estar la deuda catalana calificada por las agencias de rating como deuda “basura” en la que ningún inversor sensato se atreve a invertir ni un euro).

Pero vean como, cuando una situación deseada no se produce, siempre existen algunos que la “inventan”, aprovechándose de la ignorancia de muchos, de la indolencia de otros y de la errónea interpretación de las circunstancia de la autonomía catalana; para conseguir una declaración, lo suficientemente ambigua, que les permita vender a aquellos que no siguen la política, no entienden de chapucerías y desean, aunque sea por una vez, como una victoria internacional del nacionalismo catalán. Hete aquí, señores, que las hueste independentistas consiguieron introducir un topo entre este grupo minoritario de los liberales europeos, un tal Marc Guerrero que aprovechándose de un congreso que este grupo celebraba en Londres y dentro de un manifiesto aprobado de cara a las elecciones europeas que se avecinan; consiguió incluir un párrafo con el que pretende hacernos creer que, todo el grupo liberal europeo, apoya la independencia del país catalán. O, así es como, el periódico catalán “La Vanguardia” lo titula a grandes titulares, en el ejemplar del día 3 del corriente mes, con el siguiente texto: “Los liberales europeos apoyan el derecho a decidir a instancias de CDC”.

Veamos, señores, lo que en realidad decía el aludido párrafo era: “una Europa que trabaja por ti” y que, después de que el representante de CDC pidiera sustituirlo, quedo redactado de la siguiente forma: “una Europa basada en la democracia auténtica y la voluntad de los ciudadanos” ¿Ven ustedes en este texto algo que avale el presunto derecho de los ciudadanos catalanes a exigir la independencia? Sin duda hay que ser muy retorcido para utilizar el texto amañado, yo diría que mal amañado, por el señor Guerrero de CDC para hacernos creer que la alusión que hace el texto a los ciudadanos no se refiera a todos los ciudadanos de la Unión europea y no precisamente a los catalanes. Se supone que, cuando hablamos de elecciones al Parlamento Europeo, nos estamos refiriendo a la voluntad de los ciudadanos de cada nación y no los de una parte determinada de ella. Se están refiriendo a las candidaturas que se presentan para ser elegidos como miembros del nuevo Parlamento europeo y no al problema catalán del que, es muy posible, que la mayoría de miembros del Partido Liberal Europeo no tengan la menor idea o sólo lo conozcan superficialmente.

Es evidente que aceptaron la nueva redacción porque, en definitiva, no vieron en él más que una reafirmación de que, en realidad, son las bases de cada nación los que votan las candidaturas y, como es evidente, nada de ello hace suponer un reconocimiento, como intentan vender los políticos catalanes y la prensa afecta, a un posible derecho de los catalanes a decidir sobre si independizarse de España o permanecer en ella. Mientras en Europa no haya establecida una Constitución supranacional, ni liberales ni socialistas ni conservadores europeos, pueden dictarnos por qué leyes nos debemos regir. Nuestra Carta Magna es la que lleva regulando nuestro Estado de Derecho y la que fija las directrices a las que deben atenerse nuestras leyes.

Y en esta Constitución queda, meridianamente, especificado el que, España, es una nación indivisible y que, por tanto, cualquier intento de conseguir, por los medios que fueren, la ruptura territorial de una parte de ella; tiene que ser solucionado mediante los mecanismos que en el mismo cuerpo legal se establecen en los que, aparte de las medidas establecidas en el Art. 151 y concordantes; en un caso extremo, tenemos las garantías del artículo 8º, para que a nadie se le ocurra utilizar la amenaza o la fuerza o el caos para conseguir sus criminales propósitos.

Ya es hora de que, el gobierno de Rajoy, tome cartas en tan deleznable desafío, para sentarles las costuras a estos “valientes” que se muestran muy engallados, muy temerarios y muy “machotes”, cuando se dan cuenta de que van avanzando sin que, las autoridades pertinentes, tomen las medidas oportunas para pararles los pies, antes de que fuere necesario recurrir a acciones más traumática para evitar que intenten conseguir su objetivo. El único peligro es que, con tanta pasividad, dándoles tanta cancha a los revolucionarios, llegue un momento en que nos volvamos a situar ante una situación similar a la de julio de 1.936 que, aunque a algunos les parece inconcebible, existen similitudes preocupantes que nos hacen temer que no estamos tan lejos de que ello pudiera ocurrir. O esta es, señores, mi visión ante semejante desmadre.

Una vez más los separatistas intentan darnos gato por liebre

“Es cosa notable que los que más hablan son los que tienen menos que decir”, M. Prior
Miguel Massanet
martes, 3 de diciembre de 2013, 09:31 h (CET)
Aunque ya estamos acostumbrados a que la prensa catalana, encabezada por el periódico del grupo Godó, La Vanguardia; pretenda encontrar justificaciones y conseguir adeptos para esta gran tontería colectiva que aquí, en Catalunya, se ha dado por definir como “el derecho a decidir”, un apaño con el que han pretendido evitar el enfrentamiento directo con la Constitución, sin conseguirlo por supuesto, porque no hay un solo español que no sepa que, detrás de esta frase, no existe otra cosa que el intento de los independentistas de separar a Catalunya de España. El señor Mas, a imagen y semejanza del antiguo president de la Generalitat, Jordi Pujol; pretende pasar a la Historia como aquel “héroe” carismático que consiguió independizar a los catalanes del “yugo” español; no obstante, debiera mirarse en Masiá y Companys antes de seguir adelante.

Si a nivel local deberemos reconocer que ha conseguido movilizar a una parte del pueblo catalán, al que ha engañado prometiéndoles el oro y el moro en caso de que se consiguiera la ansiada Catalunya “lliure”; es cierto que su empeño de intentar solucionar, a nivel europeo e internacional, los evidentes efectos negativos, en todos los órdenes, que se derivarían de tal decisión, para los ciudadanos del nuevo estado; no se ha conseguido más que fracaso tras fracaso, como no podría entenderse de otra manera, porque no hay nación que se preste a aceptar que una de sus regiones pudieran pretender independizarse unilateralmente, poniendo en evidente peligro la viabilidad del propio Estado. Si algún país, aparte de desmarcarse de la doctrina general imperante en la UE, se atreviera a tomar partido por el independentismo catalán, seguramente cavaría su propia tumba, dando pie a que dentro de sus propias fronteras alguna parte de su población pretendiera tomar ejemplo de los catalanes, aprovechándose de las declaraciones de su propio gobierno.

El señor Mas se ha gastado el dinero de los impuestos de los catalanes, acudiendo a diversos países; parece que, últimamente, ya son 11 los visitados por el President y su séquito de “iluminados” defensores de la ruptura con España sin que, en ninguno de ellos, haya conseguido otra cosa que ser recibido por figuras de tercera categoría que, a lo más, se han prestado a firmar algún acuerdo comercial con los empresarios del séquito del señor Mas. Algo hay que reconocerles, tanto a Mas como a Junqueras, son invulnerables al desánimo e insisten, una y otra vez, pensando que, en algún lugar del Mundo, aunque sea en Corea del Norte, van a encontrar a alguien en quien apoyarse para justificar su postura auténticamente suicida e irrealizable, de apartarse de España en unos momentos de crisis económica, con 600 mil parados, endeudados hasta las cejas, sin posibilidad de financiarse en los mercados bursátiles (al estar la deuda catalana calificada por las agencias de rating como deuda “basura” en la que ningún inversor sensato se atreve a invertir ni un euro).

Pero vean como, cuando una situación deseada no se produce, siempre existen algunos que la “inventan”, aprovechándose de la ignorancia de muchos, de la indolencia de otros y de la errónea interpretación de las circunstancia de la autonomía catalana; para conseguir una declaración, lo suficientemente ambigua, que les permita vender a aquellos que no siguen la política, no entienden de chapucerías y desean, aunque sea por una vez, como una victoria internacional del nacionalismo catalán. Hete aquí, señores, que las hueste independentistas consiguieron introducir un topo entre este grupo minoritario de los liberales europeos, un tal Marc Guerrero que aprovechándose de un congreso que este grupo celebraba en Londres y dentro de un manifiesto aprobado de cara a las elecciones europeas que se avecinan; consiguió incluir un párrafo con el que pretende hacernos creer que, todo el grupo liberal europeo, apoya la independencia del país catalán. O, así es como, el periódico catalán “La Vanguardia” lo titula a grandes titulares, en el ejemplar del día 3 del corriente mes, con el siguiente texto: “Los liberales europeos apoyan el derecho a decidir a instancias de CDC”.

Veamos, señores, lo que en realidad decía el aludido párrafo era: “una Europa que trabaja por ti” y que, después de que el representante de CDC pidiera sustituirlo, quedo redactado de la siguiente forma: “una Europa basada en la democracia auténtica y la voluntad de los ciudadanos” ¿Ven ustedes en este texto algo que avale el presunto derecho de los ciudadanos catalanes a exigir la independencia? Sin duda hay que ser muy retorcido para utilizar el texto amañado, yo diría que mal amañado, por el señor Guerrero de CDC para hacernos creer que la alusión que hace el texto a los ciudadanos no se refiera a todos los ciudadanos de la Unión europea y no precisamente a los catalanes. Se supone que, cuando hablamos de elecciones al Parlamento Europeo, nos estamos refiriendo a la voluntad de los ciudadanos de cada nación y no los de una parte determinada de ella. Se están refiriendo a las candidaturas que se presentan para ser elegidos como miembros del nuevo Parlamento europeo y no al problema catalán del que, es muy posible, que la mayoría de miembros del Partido Liberal Europeo no tengan la menor idea o sólo lo conozcan superficialmente.

Es evidente que aceptaron la nueva redacción porque, en definitiva, no vieron en él más que una reafirmación de que, en realidad, son las bases de cada nación los que votan las candidaturas y, como es evidente, nada de ello hace suponer un reconocimiento, como intentan vender los políticos catalanes y la prensa afecta, a un posible derecho de los catalanes a decidir sobre si independizarse de España o permanecer en ella. Mientras en Europa no haya establecida una Constitución supranacional, ni liberales ni socialistas ni conservadores europeos, pueden dictarnos por qué leyes nos debemos regir. Nuestra Carta Magna es la que lleva regulando nuestro Estado de Derecho y la que fija las directrices a las que deben atenerse nuestras leyes.

Y en esta Constitución queda, meridianamente, especificado el que, España, es una nación indivisible y que, por tanto, cualquier intento de conseguir, por los medios que fueren, la ruptura territorial de una parte de ella; tiene que ser solucionado mediante los mecanismos que en el mismo cuerpo legal se establecen en los que, aparte de las medidas establecidas en el Art. 151 y concordantes; en un caso extremo, tenemos las garantías del artículo 8º, para que a nadie se le ocurra utilizar la amenaza o la fuerza o el caos para conseguir sus criminales propósitos.

Ya es hora de que, el gobierno de Rajoy, tome cartas en tan deleznable desafío, para sentarles las costuras a estos “valientes” que se muestran muy engallados, muy temerarios y muy “machotes”, cuando se dan cuenta de que van avanzando sin que, las autoridades pertinentes, tomen las medidas oportunas para pararles los pies, antes de que fuere necesario recurrir a acciones más traumática para evitar que intenten conseguir su objetivo. El único peligro es que, con tanta pasividad, dándoles tanta cancha a los revolucionarios, llegue un momento en que nos volvamos a situar ante una situación similar a la de julio de 1.936 que, aunque a algunos les parece inconcebible, existen similitudes preocupantes que nos hacen temer que no estamos tan lejos de que ello pudiera ocurrir. O esta es, señores, mi visión ante semejante desmadre.

Noticias relacionadas

La libertad de expresión es un derecho fundamental que abarca las libertades de opinión, información y prensa, es esencial para ejercer otros derechos humanos y participar activamente en una sociedad libre y democrática, pero lo mismo en España que toda Europa, este derecho se enfrenta a desafíos y tensiones debido a la censura y a las restricciones.

Tras conocer por la prensa que un juzgado ha abierto diligencias de investigación por una denuncia contra su esposa, el presidente del Gobierno ha publicado una carta abierta dirigida a la ciudadanía en el antiguo Twitter, en la que afirma que: "Vive con impotencia el fango que se esparce sobre su mujer", y se pregunta si debe continuar o renunciar, motivo por el cual cancela su agenda, y se da de plazo hasta el próximo lunes, para meditar su futuro.

Pedro Sánchez habría dado por amortizada la actual legislatura y, con un golpe de efecto, anunciará presumiblemente el 29 de abril el adelanto de las Elecciones Generales para el próximo otoño, con la esperanza de renacer cual Ave Fénix y obtener unos resultados que le permitan conformar un Gobierno en solitario tras fagocitar los restos del naufragio de la efímera candidatura unitaria de izquierdas Sumar y con apoyos externos de los grupos nacionalistas periféricos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto