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De la fragilidad a la injusticia

También trabajé en Canal 9

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Siempre que se produce un ERE en una empresa de comunicación con despidos, procedentes o improcedentes, me duele en el corazón. He trabajado en varios programas de radio, de televisión, en diarios, en semanales, tengo un poco de experiencia y cuando se produce un mazazo en la profesión lloro, y no soy de llorar.

Cuando era pequeña casi nunca lloraba ya adolescente mis amigos del pueblo cuando alguien decía que me había visto llorar nunca lo creían.

Lloro cuando algo duro y grave está atenazando a mi vida o a la sociedad. Últimamente lloro mucho, hay razones de peso para hacerlo, este martes cuando oí que Canal 9 tenía que readmitir a todos aquellos colegas que se había quedado en la calle por el ERE que estaba en marcha ya que el juez no había aceptado la propuesta del Govern valencià aplaudí, me sosegué y hablé con muchas personas acerca del nuevo devenir del Canal 9.

A las pocas horas mi alegría se tornó en pena. Nunca habíamos vivido en estos tiempos tamaña injusticia.

Tela Marinera
Trabajé en Canal 9 indirectamente, me llamaba la productora Producciones 52 para que colaboradora en el programa “Tela Marinera”, al lado de Carolina Ferre y Eduard Forés, el programa era en directo y se hacia en la sobremesa, teníamos mucha audiencia y era muy divertido. Grandes tardes en donde conocí a colegas que trabajan en la cadena en los informativos y en otros programas, los trataba en el comedor o en maquillaje y peluquería, allí todo el mundo hablaba aunque poco, el tiempo era medido y escaso, pero las maquilladoras y las peluqueras eran mujeres trabajadoras que se entregaban a su quehacer para que tú hicieses el trabajo de la mejor manera.

Conocí Valencia y los valencianos, esa fiesta, ese olor a pólvora, esa alegría y esa desazón en muchos momentos.

Soy catalana, hablo catalán habitualmente aunque cuando es preciso tengo facilidad para los idiomas, no voy a enumerar mi buena dicción, no se trata de vender nada en estos momentos.

No al catalán
En “Tela Marinera” los presentadores hablaban valenciano, yo, al fin y al cabo, también lo hablo, y con mi acento catalán podía hacer muy bien mi trabajo, pregunté y me dijeron que no: “es mejor que lo hagas en castellano, como todos los otros colaboradores”.

Esa fue la respuesta, incomprensible, lo escribí en un artículo y a Catalunya Ràdio, al programa en el que también colaboraba, la gente enviaba mensajes y hacía llamadas de teléfono preguntando el por qué hablaba en castellano en Valencia siendo catalana.

Soy hija de obreros, muy concienciada, respetuosa pero valiente en el momento de defender mis derechos. No me dejaban hablar mi lengua nativa porque “no procedía”, si en cambio lo hacía otra colaboradora que impostaba haciendo acentos especiales y “le colaba”, siempre fui de cara y siempre he necesitado trabajar, nunca me regalaron nada y jamás he sido una profesional que ha cobrado fuera de una nómina normal, tirando a bajo.

Algunas veces colaboré en el programa “Tómbola”, aunque haya personas que se empeñen en decir que iba todas las semanas, ¡ya me hubiese gustado¡ en siete años estuve siete veces, las que me llamaron y me pusieron en la quinta silla, la peor pagada de las ocupadas por el resto de colaboradores, que estaban fijos todas las semanas y con unos muy buenos estipendios a los que ni nos acercábamos los colaboradores esporádicos.

Mucho cariño
Les cogí mucho cariño, especialmente a los que no estaban en plató. Con Carolina cuando vino a vivir a Barcelona, nos vimos dos veces, una para hacerle una entrevista y otra muy casual, pero tengo el recuerdo de una relación magnífica, aprendí de Carolina y de Eduard a trabajar de forma divertida y relajada, sin pensar, sin medir. Del director del programa, Ferràn, me gustó la manera de hablar abiertamente de lo que estaba bien y todo lo contrario, o ni lo uno ni lo otro.

Cuando viajo a Valencia con mi Rafa, él es de esa ciudad, la gente me para por la calle y pregunta por la vuelta, muy especialmente del “Tela……..” y nunca he sabido qué responder, en esta profesión pasan los tiempos, pasan los estilos de hacer periodismo, los programas se finiquitan, sin saber o sabiendo demasiado. Esta es nuestra profesión. Frágil.

De la fragilidad a la injusticia
De la fragilidad a la injusticia hay un océano y me gusta cómo están actuando los colegas valencianos que están al frente de esta lucha inconcebible, estoy con ellos.

Lo que me es mas difícil de comprender en ver entre las filas de la lucha a personas que entraron a dedo porque su padre era un buen mediador, porque tienen o tenían en su momento amigos o amigas entrañables, porque gustaban al poder. Esos que veo al pie del cañón y ahora también en lucha me sorprenden, y me sorprenden porque cuando entraron, de esa forma que todos sabemos o intuimos, es cuando tenían que hacer la “guerra”, dejar que trabajaran los que luchaban por su trabajo, los que lo hacían sin cortapisas y en algunos casos les costó el puesto de trabajo y la exclusión a los pasillos. Algunos de estos que ahora protestan no han parado de dejar contentos a los que mandaban y mandan todavía en la Generalitat y cada día les enviaban el guión desde el poder político, ahora veo caras que estuvieron a toda hora al lado del poder y que nunca se revelaron contra ese ERE que dejaba fuera a más de mil de sus compañeros. El miedo les hizo cobardes y es ahora, cuando ven peligrar sus prebendas y su trabajo, en muchas ocasiones debidos a las influencias y al poder del PP, cuando elevan la voz y denuncian lo que antes debían haber denunciado, entiendo que todo el mundo tiene que comer y que nunca es tarde si la dicha es buena, pero tal vez esta rebelión en Canal 9 ha llegado un poco tarde.

Estoy con los trabajadores de Canal 9 por aquel tiempo que pasé feliz en mi trabajo, porque tengo el 50% de mi vida con las raíces en esa profesión y en esa ciudad y por ello y mucho más, lucho con ellos, lloro con ellos y espero que nadie, nunca jamás, tenga que pasar por un calvario semejante. Sólo los que lo hemos sufrido sabemos lo que se siente, como se siente, la impotencia y la rabia con la que se lucha.

¡CANAL 9 NO ES TANCA!.

También trabajé en Canal 9

De la fragilidad a la injusticia
Teresa Berengueras
jueves, 7 de noviembre de 2013, 10:18 h (CET)
Siempre que se produce un ERE en una empresa de comunicación con despidos, procedentes o improcedentes, me duele en el corazón. He trabajado en varios programas de radio, de televisión, en diarios, en semanales, tengo un poco de experiencia y cuando se produce un mazazo en la profesión lloro, y no soy de llorar.

Cuando era pequeña casi nunca lloraba ya adolescente mis amigos del pueblo cuando alguien decía que me había visto llorar nunca lo creían.

Lloro cuando algo duro y grave está atenazando a mi vida o a la sociedad. Últimamente lloro mucho, hay razones de peso para hacerlo, este martes cuando oí que Canal 9 tenía que readmitir a todos aquellos colegas que se había quedado en la calle por el ERE que estaba en marcha ya que el juez no había aceptado la propuesta del Govern valencià aplaudí, me sosegué y hablé con muchas personas acerca del nuevo devenir del Canal 9.

A las pocas horas mi alegría se tornó en pena. Nunca habíamos vivido en estos tiempos tamaña injusticia.

Tela Marinera
Trabajé en Canal 9 indirectamente, me llamaba la productora Producciones 52 para que colaboradora en el programa “Tela Marinera”, al lado de Carolina Ferre y Eduard Forés, el programa era en directo y se hacia en la sobremesa, teníamos mucha audiencia y era muy divertido. Grandes tardes en donde conocí a colegas que trabajan en la cadena en los informativos y en otros programas, los trataba en el comedor o en maquillaje y peluquería, allí todo el mundo hablaba aunque poco, el tiempo era medido y escaso, pero las maquilladoras y las peluqueras eran mujeres trabajadoras que se entregaban a su quehacer para que tú hicieses el trabajo de la mejor manera.

Conocí Valencia y los valencianos, esa fiesta, ese olor a pólvora, esa alegría y esa desazón en muchos momentos.

Soy catalana, hablo catalán habitualmente aunque cuando es preciso tengo facilidad para los idiomas, no voy a enumerar mi buena dicción, no se trata de vender nada en estos momentos.

No al catalán
En “Tela Marinera” los presentadores hablaban valenciano, yo, al fin y al cabo, también lo hablo, y con mi acento catalán podía hacer muy bien mi trabajo, pregunté y me dijeron que no: “es mejor que lo hagas en castellano, como todos los otros colaboradores”.

Esa fue la respuesta, incomprensible, lo escribí en un artículo y a Catalunya Ràdio, al programa en el que también colaboraba, la gente enviaba mensajes y hacía llamadas de teléfono preguntando el por qué hablaba en castellano en Valencia siendo catalana.

Soy hija de obreros, muy concienciada, respetuosa pero valiente en el momento de defender mis derechos. No me dejaban hablar mi lengua nativa porque “no procedía”, si en cambio lo hacía otra colaboradora que impostaba haciendo acentos especiales y “le colaba”, siempre fui de cara y siempre he necesitado trabajar, nunca me regalaron nada y jamás he sido una profesional que ha cobrado fuera de una nómina normal, tirando a bajo.

Algunas veces colaboré en el programa “Tómbola”, aunque haya personas que se empeñen en decir que iba todas las semanas, ¡ya me hubiese gustado¡ en siete años estuve siete veces, las que me llamaron y me pusieron en la quinta silla, la peor pagada de las ocupadas por el resto de colaboradores, que estaban fijos todas las semanas y con unos muy buenos estipendios a los que ni nos acercábamos los colaboradores esporádicos.

Mucho cariño
Les cogí mucho cariño, especialmente a los que no estaban en plató. Con Carolina cuando vino a vivir a Barcelona, nos vimos dos veces, una para hacerle una entrevista y otra muy casual, pero tengo el recuerdo de una relación magnífica, aprendí de Carolina y de Eduard a trabajar de forma divertida y relajada, sin pensar, sin medir. Del director del programa, Ferràn, me gustó la manera de hablar abiertamente de lo que estaba bien y todo lo contrario, o ni lo uno ni lo otro.

Cuando viajo a Valencia con mi Rafa, él es de esa ciudad, la gente me para por la calle y pregunta por la vuelta, muy especialmente del “Tela……..” y nunca he sabido qué responder, en esta profesión pasan los tiempos, pasan los estilos de hacer periodismo, los programas se finiquitan, sin saber o sabiendo demasiado. Esta es nuestra profesión. Frágil.

De la fragilidad a la injusticia
De la fragilidad a la injusticia hay un océano y me gusta cómo están actuando los colegas valencianos que están al frente de esta lucha inconcebible, estoy con ellos.

Lo que me es mas difícil de comprender en ver entre las filas de la lucha a personas que entraron a dedo porque su padre era un buen mediador, porque tienen o tenían en su momento amigos o amigas entrañables, porque gustaban al poder. Esos que veo al pie del cañón y ahora también en lucha me sorprenden, y me sorprenden porque cuando entraron, de esa forma que todos sabemos o intuimos, es cuando tenían que hacer la “guerra”, dejar que trabajaran los que luchaban por su trabajo, los que lo hacían sin cortapisas y en algunos casos les costó el puesto de trabajo y la exclusión a los pasillos. Algunos de estos que ahora protestan no han parado de dejar contentos a los que mandaban y mandan todavía en la Generalitat y cada día les enviaban el guión desde el poder político, ahora veo caras que estuvieron a toda hora al lado del poder y que nunca se revelaron contra ese ERE que dejaba fuera a más de mil de sus compañeros. El miedo les hizo cobardes y es ahora, cuando ven peligrar sus prebendas y su trabajo, en muchas ocasiones debidos a las influencias y al poder del PP, cuando elevan la voz y denuncian lo que antes debían haber denunciado, entiendo que todo el mundo tiene que comer y que nunca es tarde si la dicha es buena, pero tal vez esta rebelión en Canal 9 ha llegado un poco tarde.

Estoy con los trabajadores de Canal 9 por aquel tiempo que pasé feliz en mi trabajo, porque tengo el 50% de mi vida con las raíces en esa profesión y en esa ciudad y por ello y mucho más, lucho con ellos, lloro con ellos y espero que nadie, nunca jamás, tenga que pasar por un calvario semejante. Sólo los que lo hemos sufrido sabemos lo que se siente, como se siente, la impotencia y la rabia con la que se lucha.

¡CANAL 9 NO ES TANCA!.

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