Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Exhumación | Franco | Sahara
El último de los militares africanistas con delirios de emperador, sufrirá esta semana la humillación de ser trasladado a una tumba común

La exhumación de Franco y el Sahara español

|

Francisco Franco Bahamonde fue por casi cuatro décadas fue caudillo de España por la gracia de Dios. Fue también el último gobernante español que acomplejado por encabezar un imperio decadente, enfatizó su investidura con una “guardia mora” y creyó liderar una cruzada para complacencia de Dios.

La historia recuerda cómo el dictador Oliveira Salazar convirtió en provincias portuguesas a sus colonias, y en ciudadanos portugueses de pura cepa a los habitantes de Angola, Mozambique, Macao en China y Goa, Damao y Diu en la India.

Buscando no ser menos, Franco y Carrero Blanco hicieron provincia española de la colonia del Sáhara Occidental y, al estilo de un nuevo emperador Caracalla, distribuyeron documentos de identidad españoles entre los “saharauis” del desierto. En las espontáneas cortes franquistas aparecían estos “españoles” del Sahara vistiendo sus atuendos magrebíes invocando tanta identidad española como la carrera de Ben Mizian.

Se habían hecho tan españoles como nobles, los agraciados por un dictador con delirios imperiales, súbditos oriundos de parajes donde nacieron varias dinastías que gobernaron al Marruecos almorávide, y que por siglos, habían rendido pleitesía al Sultán de Marruecos.

Dicen algunos que en medio de los últimos estertores del régimen franquista, .una de las acrobacias de la agonizante dictadura fue poner los pies en polvorosa para huir cobardemente abandonando el Sahara a los moros. Es que el generalísimo había tenido la cobardía de morirse de viejo.

Nobleza obliga reconocer que ni la república perdida por los españoles ante el fascismo, ni la dictadura fanquista, respetaron jamás derechos humanos en el Marruecos que muchas ONG y seudoizquierdistas intentan convertir en el villano de esta historia.

Los obreros y campesinos del Rif o la Xebala no podían exponer sus ideales de libertad e independencia, y no tenían siquiera, ni bajo la égida de la presunta república española ni bajo el régimen falangista, derecho a sindicalizarse. Pero hoy esos principios todavía algunos grupos los agitan en España, para colmo usando como pretexto una de las últimas y más torpes decisiones de la dictadura de Franco.

Algunos invocan los Derechos Humanos en Marruecos, pero si con sinceridad quisieran hurgar en esta historia, podrían ocuparse de los últimos fusilamientos del franquismo, el 27 de septiembre de 1975, y el silencio cómplice de las autoridades argelinas al respecto, que destaca en su libro el premio Cervantes Juan Goytisolo.

Como lo consignó el mismo autor citado, caen en el ridículo cuando reclaman Gibraltar mientras siguen en Ceuta y Melilla.

Si todo esto pudiera alguna vez clarificarse, una oprobiosa historia de colonialismo, guerras con armas químicas en el RIf y opresión en el Sahara Occidental, quedaría en cierta forma saldada.

Ya en 1979 el premio Cervantes Juan Goytisolo había escrito, en su ensayo “El Problema del Sahara” y con mucha razón, que la única victoria posible para los “saharauis” era la informativa. Vale decir, la des-informativa.

Después de todo, la transmutación de un ejército independentista en un extravagante aparato de propaganda para recaudar fondos, debe ser tan humillante como el traslado de los restos de un idolatrado y glorificado caudillo a una tumba común. LAW

La exhumación de Franco y el Sahara español

El último de los militares africanistas con delirios de emperador, sufrirá esta semana la humillación de ser trasladado a una tumba común
Luis Agüero Wagner
martes, 22 de octubre de 2019, 10:59 h (CET)

Francisco Franco Bahamonde fue por casi cuatro décadas fue caudillo de España por la gracia de Dios. Fue también el último gobernante español que acomplejado por encabezar un imperio decadente, enfatizó su investidura con una “guardia mora” y creyó liderar una cruzada para complacencia de Dios.

La historia recuerda cómo el dictador Oliveira Salazar convirtió en provincias portuguesas a sus colonias, y en ciudadanos portugueses de pura cepa a los habitantes de Angola, Mozambique, Macao en China y Goa, Damao y Diu en la India.

Buscando no ser menos, Franco y Carrero Blanco hicieron provincia española de la colonia del Sáhara Occidental y, al estilo de un nuevo emperador Caracalla, distribuyeron documentos de identidad españoles entre los “saharauis” del desierto. En las espontáneas cortes franquistas aparecían estos “españoles” del Sahara vistiendo sus atuendos magrebíes invocando tanta identidad española como la carrera de Ben Mizian.

Se habían hecho tan españoles como nobles, los agraciados por un dictador con delirios imperiales, súbditos oriundos de parajes donde nacieron varias dinastías que gobernaron al Marruecos almorávide, y que por siglos, habían rendido pleitesía al Sultán de Marruecos.

Dicen algunos que en medio de los últimos estertores del régimen franquista, .una de las acrobacias de la agonizante dictadura fue poner los pies en polvorosa para huir cobardemente abandonando el Sahara a los moros. Es que el generalísimo había tenido la cobardía de morirse de viejo.

Nobleza obliga reconocer que ni la república perdida por los españoles ante el fascismo, ni la dictadura fanquista, respetaron jamás derechos humanos en el Marruecos que muchas ONG y seudoizquierdistas intentan convertir en el villano de esta historia.

Los obreros y campesinos del Rif o la Xebala no podían exponer sus ideales de libertad e independencia, y no tenían siquiera, ni bajo la égida de la presunta república española ni bajo el régimen falangista, derecho a sindicalizarse. Pero hoy esos principios todavía algunos grupos los agitan en España, para colmo usando como pretexto una de las últimas y más torpes decisiones de la dictadura de Franco.

Algunos invocan los Derechos Humanos en Marruecos, pero si con sinceridad quisieran hurgar en esta historia, podrían ocuparse de los últimos fusilamientos del franquismo, el 27 de septiembre de 1975, y el silencio cómplice de las autoridades argelinas al respecto, que destaca en su libro el premio Cervantes Juan Goytisolo.

Como lo consignó el mismo autor citado, caen en el ridículo cuando reclaman Gibraltar mientras siguen en Ceuta y Melilla.

Si todo esto pudiera alguna vez clarificarse, una oprobiosa historia de colonialismo, guerras con armas químicas en el RIf y opresión en el Sahara Occidental, quedaría en cierta forma saldada.

Ya en 1979 el premio Cervantes Juan Goytisolo había escrito, en su ensayo “El Problema del Sahara” y con mucha razón, que la única victoria posible para los “saharauis” era la informativa. Vale decir, la des-informativa.

Después de todo, la transmutación de un ejército independentista en un extravagante aparato de propaganda para recaudar fondos, debe ser tan humillante como el traslado de los restos de un idolatrado y glorificado caudillo a una tumba común. LAW

Noticias relacionadas

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto